La situación de las destilerías del país no es solo un hecho meramente regional, es un problema del Estado colombiano que traspasa los límites territoriales de nuestros departamentos, para convertirse en un tema que amerita el concurso y “acompañamiento del gobierno del primer mandatario del país”, dijo el excandidato a la Cámara de Representantes por el Movimiento Político MIRA y dirigente de esta colectividad en el departamento de Caldas.
Según el vocero del MIRA, Ramírez Olarte, “es inadmisible que en la situación de riesgo en la que se encuentra la totalidad de Industrias Licoreras de la Nación, no haya lazos de solidaridad y políticas efectivas que permitan hacer un frente común contra las situaciones problemáticas que generan el contrabando y el ingreso de los licores extranjeros al país; como para que mínimamente las fronteras departamentales abran sus mercados”.
“No puede pasarle a la Industria Licorera de Caldas, lo que sucedió con la CHEC, la cual fue entregada en bandeja de plata por parte de un sector político indolente de Caldas a los antioqueños, para congraciarse y hacerle el favor político al presidente de turno, aduciendo una quiebra inminente y total de la energética caldense, cuando realmente lo que se requería era capacidad de gestión y de administración”, enfatizó el vocero del Movimiento MIRA en Caldas.
“No podemos perder de vista la importancia que tiene la ILC en el departamento, para la Salud y la Educación, lo que requiere no solo políticas agresivas de comercialización de los productos, sino que deje de convertirse en un emporio de intereses políticos y particulares; para que no sea de nuevo una nueva entrega de nuestro patrimonio a otros dirigentes, que después nos demuestren que sí era posible su rentabilidad” dijo finalmente el abogado y político Armando Ramírez Olarte.