El  juez 26 penal municipal de Bogotá, con función de control de garantías, cobijó con medida de aseguramiento en establecimiento carcelario a 10 integrantes de una red dedicada al microtráfico en el centro de la capital del país, entre ellos tres policías activos.

En desarrollo de una audiencia pública, la Fiscalía señaló que la red se puso al descubierto luego de un seguimiento de casi un año, en el cual fueron interceptadas más de 50 líneas telefónicas y se ubicaron por lo menos 800 llamadas, al igual que registros fílmicos de sitios de entrega y lugares donde se empacaban los alucinógenos.

Según el fiscal del caso, desde el 9 de  marzo del 2008 comenzó el seguimiento. Tres patrulleros de la Policía cobraban mensualmente entre 2 y 3 millones de pesos, para permitir la distribución de la droga en la localidad. Los traficantes entregaban los alucinógenos en pequeñas cápsulas que tenían un precio de mil pesos, de las cuales proveían más de mil por día.

El seguimiento fílmico, la entrega de dinero y la labor de cada uno de los integrantes de la red fue constatado por las labores de la Policía Judicial. Dos residencias fueron allanadas. Los patrulleros, identificados como Robinson Bolaños Ruiz, Jorge Eliécer Ríos Tapiero y Oliverio Apache Llanosm, no aceptaron cargos por los delitos de cohecho propio.

También recibieron medida de aseguramiento y no aceptaron los cargos por los delitos de cohecho por dar u ofrecer, tráfico, fabricación y porte de estupefacientes en concurso con concierto para delinquir Gustavo Amado Alzate, Freddy Alonso Campuzano Jiménez, John Edison Ortìz Cuello, Carlos Arturo Carrero Sánchez, Grísbeth Navarro y las hermanas Magally y Maria Eugenia Jiménez Alvarado, quienes eran las personas que dirigían la red.