El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) inaugura mañana en Montevideo su 53ª asamblea anual, en la que sus gobernadores discutirán el impacto de la crisis de la deuda en Europa y las medidas proteccionistas que campean en la región.
El presidente del organismo, el colombiano Luis Alberto Moreno, había adelantado la semana pasada en Washington que entre los temas centrales de la Asamblea estaría "la seguridad ciudadana", en un contexto de aumento de los homicidios y la violencia en América Latina.
Pero aunque la agenda oficial de la cita está centrada en seguridad y en el fomento de la participación de los jóvenes en la sociedad, los ministros de Economía y Finanzas y presidentes de bancos centrales deberán enfocar sus discusiones en los efectos del crítico contexto internacional en América Latina.
"Será imprescindible (...) pasar revista a la crisis en Europa" y a la "capacidad de respuesta del banco a la crisis", dijo el gerente de Planificación Estratégica del BID, Koldo Echebarría, en rueda de prensa.
El evento tendrá lugar además en momentos en que medidas proteccionistas que traban los flujos comerciales tensan las relaciones entre los países latinoamericanos.
Perú, Chile, México, Colombia, y algunos países del Mercosur evalúan incluso demandar a Argentina ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por las restricciones impuestas a sus productos para ingresar a ese país, informó el martes el viceministro peruano de Comercio Exterior, Carlos Posada.
Con este trasfondo, la reunión, que también convoca a la Corporación Interamericana de Inversiones (CII) del BID, comenzará el jueves con algunos seminarios, pero las asambleas de gobernadores se concentrarán domingo y lunes.
Según Echebarría, los ministros de Economía y Finanzas y presidentes de bancos centrales evaluarán diferentes instrumentos a disposición del organismo para contribuir a paliar efectos en la región de eventuales turbulencias financieras adicionales a consecuencia de la crisis europea.
En particular, explicó el funcionario, se trata de instrumentos destinados a garantizar la capacidad de gasto de los países. Entre estos mecanismos, mencionó líneas de crédito "de contingencia", es decir, disponibles para que los países las utilicen según sus necesidades financieras.
Aunque "la región viene haciendo un muy buen trabajo en los últimos años" debe estar preparada para la eventualidad de que las cosas "empeoren" y para "enfrentarse a mayores turbulencias en el entorno macroeconómico", por ejemplo a las "consecuencias de un ajuste fiscal en Estados Unidos el próximo año", estimó Echeberría.