El abogado vallecaucano Armando Palau Aldana, delegado al Cuarto Congreso Liberal, inició hace una década la ruta de defensa de un ideario del Liberalismo, construido bajo los lineamientos de la socialdemocracia que congrega la Internacional Socialista, en armonía con las normas de la Constitución del 91 que evidencian una contradicción entre el capitalismo salvaje y el Estado Social de Derecho, en el anhelo de sentar las bases para una propuesta política liberal, con el fin de anhelar que Colombia salga avante de la ignominia y la injusticia social, logrando una versión moderna del Contrato Social de Rousseau, la Plataforma Ideológica y los Estatutos del Partido.
Otra visión. Pero, según el señor Palau, un excluyente sector con una visión que no comparte, hace cuatro años está empeñado en moldear y quebrantar una historia de 180 años de luchas sociales, con múltiples matices y altibajos, para acercarla a un rampante neoliberalismo; empezó con César Gaviria, seguido de Rafael Pardo, y ahora está en manos de un grupo de parlamentarios que fungen en nombre del Partido y ocupan la Dirección Plural, intentando sacar casi a sangre y fuego una espuria constituyente liberal, con el propósito de aprobar la contrarreforma que derrotaron las mayorías liberales hace dos años en el citado Congreso.
Tribunal. Para el dirigente valluno, no obstante que la contrarreforma aprobada en el Consejo Electoral por J. J. Vives (quien llegó a ese escenario estatal en nombre del Partido y luego traicionó el ideario liberal), se desapareció el Tribunal de Garantías; se dejó provisionalmente que siguiera su expedita labor de justipreciar la defensa de los Estatutos, hasta tanto se aprobara en la espuria constituyente liberal la retrógrada reforma. Este colegiado organismo jurisdiccional del Partido continuó su brillante labor pletórica de argumentos liberales, declarando que la contrarreforma riñe con los Estatutos, dejando además en la tarde del martes 29 sin bases estatutarias la constituyente. En el mismo día, luego de este alto veredicto, la Dirección Plural entró en cólera, tomó venganza de los ilustres jurisconsultos y procedió a asaltar al emblemático Partido Liberal, dejando sin funciones al Tribunal de Garantías En esta demencia neoliberal concurrieron los parlamentarios Delgado, Prieto, Amín, Durán, Cristo, Velasco y Gaviria, y la delegada Verdugo, mientras que no firmaron los congresistas Franco, Pizo, Vargas y la delegada González.
Galimatías. Pero ocurre que el contenido de la resolución es un galimatías, que solo se develó cuando la Dirección Plural tomó una segunda determinación indicando que los Magistrados del Tribunal de Garantías habían fenecido, pero podrían asistir por derecho propio como constituyentes, en el colmo de la desfachatez. En esta ocasión en el concurso de punibles hubo un trueque, firmó la delegada González y no lo hizo el senador Delgado, pero se conservó el resto de la fracturada correlación de fuerzas. Ni siquiera el díscolo de Uribe tuvo bajo su gobierno la osadía de revocarles las funciones a la Sala Penal de la Corte o a los magistrados de la Constitucional.