Duque, Presidente | El Nuevo Siglo
Domingo, 27 de Mayo de 2018

Estas líneas se escriben el viernes.

Pero, cuando el lector las tenga a su disposición estará en desarrollo la jornada electoral, convocada en 2018, para elegir al nuevo Presidente de la República.

Cada quien tomará la decisión que considere mejor para Colombia, a raíz de sus convicciones e ideas sobre lo que más le conviene a la patria.

De eso se tratan los veredictos populares.

No obstante el respeto que debe tenérsele al libre ejercicio del derecho al voto, es importante referirse a las razones por las cuales conviene la elección de Iván Duque este domingo.

En primer lugar, Duque es candidato a la presidencia porque así lo decidieron los colombianos.

Hay que recordar que la alianza para reconstruir a Colombia acordó la celebración de una consulta popular, con el fin de escoger el nombre de su vocero a la jefatura del Estado.

Dicha consulta la ganó el aspirante de centro democrático con un importante número de votos.

Y Marta Lucía Ramírez es la fórmula a la vicepresidencia por las mismas razones.

Un millón y medio de electores dieron lugar a su presencia en el tarjetón conjuntamente con Iván Duque.

De otro lado, el programa que están defendiendo los dos, en todo el territorio nacional, es la consecuencia de un proceso ampliamente participativo.

Con respecto a Duque, sus planteamientos son el fruto de 35 foros programáticos que se realizaron en los distintos departamentos del país, donde se escucharon propuestas de cinco precandidatos, ideas, sugerencias y planteamientos concretos de la comunidad, y la voz de expertos en las diversas materias que se trataron.

Además, el aspirante de centro democrático las propuso durante la consulta y ganó con ellas.

Con respecto a Marta Lucía, la situación es idéntica.

Tenía un programa estructurado, lo expuso, defendió y explicó, y con él logró el segundo lugar que la convirtió en candidata a la vicepresidencia.

Estamos, pues, de cara a una fórmula de origen democrático, que propone un programa de estirpe, igualmente, democrática.

Adicionalmente, los hechos le están dando la razón a quienes criticaron constructivamente, muchos aspectos del acuerdo Santos-Timochenko.

Episodios recientes, como el de alias Santrich, por ejemplo, dan cuenta de que las advertencias que se hicieron tenían el propósito de anticipar los problemas en busca de corregir, oportunamente, el rumbo.

Como si fuera poco, el registro electoral con el que inició, después del 11 de marzo, su trabajo la fórmula Duque-Ramírez es de seis millones de votos.

Por esa razón, desde aquella fecha, en todas las mediciones de opinión que han hecho las principales empresas encuestadores del país son los líderes.

Habida cuenta de las dificultades del país, y de la magnitud de los cambios que deben hacerse, es fundamental elegirlos en la primera vuelta.

Para tal efecto, se requiere un mandato claro, que se recibirá con una copiosa votación el 27 de mayo.

Por otra parte, la legitimidad política del nuevo jefe del estado debe ser incontrovertible.

No hay duda en el sentido de que ella se tendrá con la elección de Duque el próximo domingo.

Así mismo, elegirlo en las condiciones mencionadas le otorgará un prestigio popular y de opinión que resulta fundamental para orientar a la nación en la dirección que decidan los electores.

Como si lo anterior fuera poco, el país necesita una economía dinámica, solidaria y cristiana, en la que ganen los trabajadores y los empleadores, para tener buena política social, construir equidad y generar empleo.

Todo lo anterior se logrará sobre el trípode la legalidad, el emprendimiento y la equidad a fin de que podamos vivir y trabajar tranquilos.

Duque Presidente.