Se llaman Farc | El Nuevo Siglo
Martes, 28 de Diciembre de 2021

Hace poco, en un ejemplo de desconcierto que vale la pena repasar para clarificar, para destacar la incongruencia e improvisación absolutas, el Departamento de Estado le comunicó al Congreso la posibilidad de excluir a las Farc de su listado de organizaciones terroristas.
Me explico. Los Estados Unidos se inventaron ese listado para que la inclusión en él tuviera consecuencias concretas.
Y para que la exclusión del mismo se basara en los intereses nacionales y no fuese tan solo un guiño diplomático basado en complacencias ideológicas, amiguismos, o simples impulsos políticos coyunturales.
Dicho de otro modo, los burócratas del Departamento de Estado no sabían cómo lidiar con la complejidad del fenómeno pero, aun así, echaron a rodar la idea tan solo para contemporizar con las celebraciones del quinto aniversario de los negociados de La Habana.
Por una parte, si lo que se les antojaba era retirar de la lista a un partido político llamado “Comunes”, nacido de los acuerdos, estaban en serios aprietos porque, de suyo, esa no es la organización que figuraba en el listado.
Se trata de una serie de exguerrilleros panzones, cardiópatas y enfrentados entre sí por los cuantiosos recursos que, con suma complacencia les prodiga Iván Duque ( quien solo tardó cuatro meses en olvidar que fue elegido por las victoriosas fuerzas del ‘No’ en el plebiscito del 2016 ).
En pocas palabras, si lo que se quería era sacar del catálogo a esa organización -que sigue dejando muchas dudas en el tintero-, la prudencia obligaba a pensarse muy bien las cosas antes de caer en el ridículo diplomático.
Pero, como si fuera poco, el problema de fondo es que la organización terrorista que sí aparece explícitamente en la lista sigue existiendo, sigue llamándose del mismo modo y sigue siendo la que siempre ha sido desde 1964.
Equívocamente, algunos la llaman “disidencias” y otros “Segunda Marquetalia”, pero su verdadero nombre es “Farc”, tal como puede verse en una simple pesquisa electrónica.
Son la pura y dura continuidad de Marulanda, Arenas, Reyes, Cano, Jojoy y Santrich. 
Son las mismas Farc de siempre, son las que continuaron en armas durante el proceso, las que gozan del amparo del régimen cubano, operan desde Venezuela con la anuencia de Maduro, están comandadas por el mismo Iván Márquez que tan inteligentemente lideró las negociaciones en La Habana, y se expanden por el territorio colombiano con mayor eficiencia revolucionaria que nunca.
En resumen, el Departamento de Estado también se vio en serias dificultades para sostener que no quería ignorar a esa agrupación en su catálogo de referencia.
En tales condiciones, ¿a quién querían retirar, a quién querían dejar, o más bien, a quién querían premiar los norteamericanos con el manejo de su flamante listado?
En otras palabras, la pedagogía estratégica es necesaria en este caso para dejar clara una sola idea: las Farc ( las mismas de toda la vida ) nunca han salido de la lista de las organizaciones terroristas de los EEUU. 
vicentetorrijos.com