Durante la rendición de cuentas del Ministerio de Transporte, el jefe de esa cartera, Guillermo Reyes, afirmó que la prioridad del Gobierno nacional durante los próximos cuatro años serán las vías terciarias, ahora llamadas “caminos comunitarios para la paz total”, en lugar de las carreteras 4G y 5G.

El ministro sostuvo que “la infraestructura de transporte está vinculada con el objetivo del Gobierno de alcanzar la justicia económica y ambiental, pasando de una economía extractivista a una economía productiva, que busca transformar la infraestructura nacional, pues durante los últimos años se trabajó mucho en carreteras 4G y 5G, pero la intención ahora es desarrollar y potenciar los modos aéreo, fluvial y férreo, que fueron abandonados por los gobiernos anteriores”.

Lo dicho por el jefe de la cartera va en línea con lo que aseveró el presidente Gustavo Petro el pasado 7 de diciembre.

“Alguien dirá, o lo leía en la prensa, que US$6.000 millones, lo que costaría comprar tres millones de hectáreas para entregárselas a los pobladores rurales colombianos, como se acordó en los acuerdos de paz, es mucha plata para entregársela a los campesinos. Pero sí se van y se tiran un poco de plata en unas 4G de autopistas que solo sirven para importar productos de los puertos para matar la producción nacional en las grandes ciudades de Colombia. Allí sí no es costoso, no es costoso porque quienes van por esas autopistas son las tractomulas, cargadas de las mercancías de los dueños del gran capital en Colombia”, sostuvo el mandatario.

Conexiones

Por su parte, Alejandro García, representante de la Alianza Verde, aseguró que priorizar las vías terciarias es necesario, pero advierte que también lo es tener vías 4G para permitir la conexión con los puertos para sacar los productos de las regiones.

“Nada nos ganamos sacando los productos de las zonas rurales, si después no hay una vía que permita la conexión con los puertos. Colombia se ha desarrollado del transporte terrestre y eso es algo que no va a cambiar de la noche a la mañana”.

Por otra parte, el representante Alejandro Toro, del Pacto Histórico, manifestó que apoya la decisión del Gobierno, destacando que, en efecto, las 4G generaron una dinámica diferente en materia de comercio, pero resalta que muchos municipios empezaron a desaparecer del mapa debido a esto.

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“Las vías terciarias posibilitan sacar los productos de los sectores periféricos. No podemos quitarles el sustento a los campesinos, y eso pasa por ampliar y mejorar las vías terciarias, fortaleciendo todo lo que tiene que ver con el tema férreo y navegable”, sostuvo Toro.

En cuanto a las vías terciarias, el jefe de cartera comentó que durante el cuatrienio se invertirán alrededor de $8 billones para intervenir 33.000 km de ellas.

Por otra parte, cabe recordar que el Presupuesto General de la Nación fue aprobado por un monto de $405,6 billones, 15,1 % más que el establecido para el 2022.

De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, en cabeza de José Antonio Ocampo, en el monto aprobado hay “un aumento significativo (frente al presentado por el Gobierno anterior) en programas sociales, programas en favor de la paz, reforma agraria, educación, salud, vivienda social, acueducto y vías terciarias”.

Entre tanto, cabe mencionar que durante los diálogos vinculantes uno de los temas a los que más se le dio prelación fue al de las vías terciarias, entre otros como salud, educación y seguridad alimentaria.

Mantenimiento

De acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en vías terciarias la prioridad se centra en la construcción y mantenimiento, en crear bancos de maquinaria amarilla; en seguridad, combatir la delincuencia común y organizada en las zonas urbanas (transporte público) y rurales, así como implementar programas de resocialización.

Según cifras del Invías, apenas el 10 % de esta red de vías se encuentra en buen estado, lo que repercute en el proceso de comercialización de alimentos desde el campo, pues dentro de los costos de estos bienes el transporte es uno de los rubros con más peso y que termina afectando también al consumidor final, es decir, a los colombianos que compran los productos en los supermercados de barrio o en grandes cadenas.