Tara epigenetica | El Nuevo Siglo
Miércoles, 4 de Diciembre de 2019

El dicho afirma: “lo que se hereda no se hurta”, predicado cierto, resume elementalmente un acontecimiento corriente de la vida y que se destaca históricamente en ciertos casos deslumbrantes y lleva a concluir que la influencia de los padres con respeto a sus hijos o a sus nietos es trascendental, los de políticos, congresistas, ministros, gobernadores, alcaldes y generales. Recordemos, verbigracia, la causa de la tragedia de Armero o el fracaso del Incora y la guerra indígena en el Cauca.

Otro ejemplo, la familia Strauss no solamente confirma esa simple conclusión, en el mundo musical deslumbra la admiración y el placer. Johann Strauss I, el padre, tenía una orquesta que dio origen a La Marcha Radetzky, composición que creo una fama destacada y que influyo en su hijo Johann Strauss II, autor de El Danubio Azul, obra musical que invadió el mundo y, también, Johann III el nieto compuso la opereta El gato y la sonrisa.

Analizada esta virtud, los analistas coinciden en reconocer que es una sucesión genética, fenómeno que últimamente se viene debatiendo, entendiendo que el medio ambiente influye en las características del temperamento y la personalidad del individuo que habita en ese escenario.

Muestra de esa empírica suposición es la organización y dominio familiar del poder en Corea del Norte; los reemplazos que se han venido haciendo  KimII-sum; Kim Jong-il y   Kim Jong-un. También puede citarse lo sucedido en el Perú: el gobierno del aberrado   Alberto Kenya Fujimori, ahora imitado por sus hijos Keiko en libertad desde el sábado pasado y Kenji,  que persiguen “aristocráticamente”  el sillón presidencial que su padre dejó hace 18 años,  en medio de un escándalo imperdonable.

Esos fenómenos se asimilan a la epigenetica, una asimilación de las incidencias de los genes y su relación con el ambiente, según los expuesto por el maestro científico Conrad Hal Waddington en 1942, pero que visto mucho más ampliamente se llega a concluir que su incidencia no es siempre fisiológica, sino sicológica, pues el mal ejemplo cunde y de ahí lo que se ha reseñado en este breve ensayo, tanteo con el cual se intenta explicar las conductas de algunos de los personajes del poder en este medio colombiano, que lo han arribado aprovechándose del “capital” que sus padres les han dejado, herencia que democráticamente no vislumbra, pues la ignorancia histórica reina en el pueblo.

A raíz del asesinato del joven Dilan Cruz, en las redes antisociales han divulgado el comentario que anuncia la suerte de su familia, su padre y su madre, episodios que los críticos de la protesta popular contra las políticas del gobierno, evocan para sostener que la conducta de la víctima “se supone” es el resultado del mal ejemplo de sus progenitores. Esta suposición se asimila a lo que aquí se resume. El trastorno bipolar, el depresivo, la psicopatía, el suicidio que el Procurador pide prevenir y otras anomalías, afectaciones producidas por el medio ambiente que altera los genomas.