Alta informalidad laboral, freno de mano a nuevos empleos | El Nuevo Siglo
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Lunes, 30 de Diciembre de 2019
Redacción Economía

El mayor impedimento en la generación de empleo de calidad es la alta informalidad laboral. Así lo destaca una investigación de Fedesarrollo. Señala la entidad que el “empleo de calidad” es un concepto que abarca varias dimensiones de la vida laboral.

Dentro de este término se encuentran características como la intensidad y duración del tiempo de trabajo, la capacidad que tiene el trabajador de desarrollar sus habilidades y crecer a través de sus labores, y el entorno físico y social donde se desenvuelve. Estos aspectos son importantes en la medida en que unas buenas condiciones de trabajo favorecen el bienestar físico y mental de los trabajadores, la productividad y el desempeño general de las empresas. En Colombia y América Latina y el Caribe la alta informalidad es uno de los factores que más afecta la calidad de los empleos. La informalidad impide el acceso a los beneficios de la seguridad social, obstaculiza la aplicación de las leyes que regulan las horas de trabajo y la remuneración, y está asociada a empleos en empresas con menos de cinco trabajadores que suelen tener una baja productividad y no promueven el desarrollo de habilidades.

Las diferencias

La calidad del empleo en el país también puede ser vista a través de la satisfacción y el nivel de realización personal que sienten las personas en su trabajo. El subempleo en 2018, tanto el subjetivo como el objetivo, revirtió la tendencia decreciente que se observaba desde 2012. Este deterioro continuó en lo corrido de 2019, pues la población ocupada que manifestó querer y poder trabajar más horas a la semana fue 27,5% en la definición subjetiva y 10,7% en la definición objetiva aumentando, respectivamente, 1,6 puntos y 0,9 puntos relativos a los promedios de 2018. En particular, el subempleo ha estado compuesto en su mayoría por subempleados por ingresos, seguidos por la categoría de subempleados por competencia y los clasificados como subempleados por insuficiencia de horas.

Las malas condiciones laborales no se trasmiten de forma homogénea a todos los ocupados, existiendo brechas en la calidad del empleo específicamente entre hombres y mujeres. Las mujeres presentan mayores tasas cuando se observan características como el desempleo (1,7 puntos superior que los hombres), los ocupados en trabajos inestables (7,3 puntos superior a los hombres) y la informalidad (6,2 puntos superior en los hombres). Sin embargo, las brechas más importantes que experimentan las mujeres se dan en la tasa de ocupación con ingresos muy bajos (11,9 puntos mayor a la de los hombres), la proporción de los ocupados en empleos con horas insuficientes de trabajo (13,1 mayor a la de los hombres) y en la población económicamente inactiva (22,3 puntos mayor a la de los hombres).

La estabilidad

También se han encontrado brechas en la estabilidad laboral entre distintos grupos de edad, al observar los tipos de contrato con los cuales se afilia el empleado al lugar de trabajo. Los contratos a término indefinido dan mayor seguridad al empleado por los costos de despido, los cuales son crecientes con los años de estancia en la empresa. Los contratos a término fijo permiten una mayor flexibilidad laboral por parte del empleador; mientras las personas sin contratos son las más vulnerables al no tener acceso a seguridad social y a las prestaciones sociales. La inestabilidad laboral por la falta de contrato afecta mayormente a los trabajadores entre 15 y 24 años, de los cuales el 48,3% estaba trabajando en 2018 sin un contrato laboral, 20,7 puntos superior al grupo de personas entre 25 y 64 años.

En la tarea de generar buenas condiciones laborales, tanto salariales como no salariales, la OCDE presenta algunas recomendaciones de política en temas de informalidad, seguridad laboral, equidad de género y desarrollo de habilidades. En primer lugar, se propone reducir los niveles de informalidad laboral que ponen a las personas fuera del alcance de las políticas institucionales de provisión, protección y redistribución, por medio de reducciones a los costos no laborales, revisiones del salario mínimo, y reducciones de los costos y trámites del registro empresarial. Por otro lado, una tarea importante a solucionar es la reducción en los tiempos de desempleo, por lo que se debe conectar de forma más efectiva las fuentes de oferta y demanda de trabajo. Para este cometido se propone mejorar las plataformas de servicio público de empleo, ampliando tanto la cobertura a más ciudades como el espectro de empleos ofrecidos en la plataforma. Asimismo, los seguros de desempleo se deberían complementar con programas de capacitación para aumentar la probabilidad de encontrar vías de ingreso propias y estables, especialmente en jóvenes y en la población adulta de menores ingresos y con bajo capital humano. Para reducir las brechas de género en el acceso al mercado laboral y trabajos de calidad es necesario promover la crianza compartida de los niños entre padre y madre. Esto requiere de incentivos laborales que les den el espacio a los padres para tomar parte de la crianza, como licencias compartidas para madres y padres y provisión de servicios de cuidado infantil en los sitios de trabajo.