Petro, la máquina de hacer dinero | El Nuevo Siglo
Sábado, 1 de Diciembre de 2018

He de confesar que yo defendía la honestidad material del senador Petro. Yo consideraba que el exterrorista que generosamente habíamos indultado y acogido en nuestra sociedad, -sin pagar condena por los atroces delitos cometidos y sin haber pedido perdón a las víctimas, todo hay que decirlo-, se había regenerado y había entrado a jugar con las reglas del Estado de Derecho.

Es verdad que jugando con esas reglas a prometido sustituirlas; es cierto que su promesa de valor es la revolución y el cambio absoluto; es innegable que su socialismo lo lleva a atizar las guerras de clase y los odios entre las personas y nadie pone en duda que es el mejor exponente antisistema pues, de alguna manera, para él, el Estado continúa siendo un instrumento de dominación de clases puesto al servicio de unas élites a las que él llama constantemente, “mafias”.

Pero todo ello lo hacía dentro de las reglas democráticas que le ofrecimos cuando lo indultamos, eso creía yo. De hecho, no fueron pocas mis disputas con mis compatriotas conservadores y, con los más conservadores (los del centro democrático), por el hecho de defender la honestidad material del Dr. Petro.  

Pero la sorpresa que me llevé fue mayúscula cuando apareció el video en el que, sin sonrojo y estupor, el político recibe millones en efectivo y los empaca, cual gánster americano, en una bolsa plástica.

Hay muchos cuestionamientos aun sin respuesta: que cuando sucedió; que quiénes aparecen en el video; que el origen de la plata; que el propósito del mandado etc… pero el hecho, de por sí, es tan elocuente como macabro.

En Colombia no es delito recibir plata en dinero, pero es muy mal visto, máxime cuando se le paga a un político de profesión y cuando éste, además, ha fustigado tan fuertemente el fenómeno del clientelismo y la corrupción política.

Grave también, que haya mentido en su defensa: que era plata de campaña etc... ¿Y los registros? etc... Ya desmentido el préstamo por Simón Velez, no me dirán que por ser un amnistiado a él no se le aplica el delito de fraude procesal, o electoral, o falsedad en documentos privados y públicos, o topes electorales de campaña o, si me apuran, concierto para delinquir. Esperaremos el juicio con atención.

Tampoco nadie niega lo sucio del hecho: ¿una grabación como garantía de qué? ¿Si era tan limpia y sana la transacción por qué grabarla a escondidas y no abiertamente? En Colombia, como en ninguna otra parte quizás, el efectivo huele a sangre. ¿Por qué recibir esa plata en efectivo? ¿Por qué no usar cuentas bancarias del banco de su patrocinador Jaime Gillinski? No quiero pensar que el Dr. Petro es otra máquina de hacer plata a través de la política.

*Miembro Corporación Pensamiento Siglo XXI.

@rpombocajiao