Paralelo entre Macron y Duque | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Diciembre de 2018

En el marco de la coyuntura de protestas y movilizaciones que viven los países que gobiernan, resulta casi forzoso hacer un paralelo entre los presidentes Macron y Duque quienes, además de su juventud, son afines en su formación en estudios de filosofía y en temas sobre el manejo de la economía. Me atrevo a pensar que también lo son en políticas de globalización, el libre comercio y el cambio climático. Lo que los diferencia de las posturas del gobierno Trump. Por ello, los identifican las recomendaciones de la OCDE sobre el manejo macroeconómico y el incremento de la productividad.

El presidente Macron, quien fuera ministro de economía y asuntos digitales exitoso, ante los reparos de un sector del partido socialista en el que militaba, declaró que había dejado de serlo ubicándose más en el centro del espectro político. Hoy como gobernante enfrenta una ola de movilizaciones que promueve el movimiento conocido como los “chalecos amarillos”, expresión más de la Francia rural, que comenzó protestando por el incremento en los carburantes y al que se han unido los controladores de tráfico aéreo, entre otros, lo que ha afectado su popularidad.

Las protestas ya llevan tres semanas y han desencadenado desmanes y actos de violencia con heridos y capturas, por lo que el presidente Macron dijo que “los culpables de la violencia no quieren cambios o mejoras; lo que quieren es el caos, y con este accionar traicionan las causas que dicen servir”. Macron se vio obligado a suspender por seis meses el alza en el impuesto a los combustibles y anunciar la congelación de las tarifas de la luz y el gas natural durante el invierno.

En Colombia las movilizaciones las protagonizan los estudiantes de las universidades públicas, que han contado con la solidaridad de las centrales obreras, que reclaman mayores recursos para tales universidades a pesar del acuerdo a que llegó el gobierno con los rectores de tales establecimientos educativos. A las motivaciones se ha unido la Ley de Financiamiento para equilibrar las finanzas públicas que contemplaba un incremento del IVA que incluía productos de la canasta familiar, y que terminó ajustándose. También terminó afectando al presidente Duque en las encuestas.

Es claro que todos queremos mejores salarios, mejor seguridad social, mejores pensiones, pero, para ello, hay que incrementar la productividad y ser mejores contribuyentes. Ninguna de las aspiraciones anteriores se puede conseguir por decreto. Se puede discutir la necesidad de priorizar el gasto público, cómo, por ejemplo, recortarle recursos al sector de hidrocarburos, al de las TIC, apelar a los recursos de las regalías para el plan de ajuste fiscal, según ha propuesto el dirigente Jorge Enrique Botero, pero, si es cierto que los costos de las empresas son muy altos, entonces ¿cómo esperar que crezcan y se expandan produciendo nuevas fuentes de empleo?

Colombia tiene diferentes retos y muy complejos problemas, pero no se pueden resolver todos al mismo tiempo. El gobierno tiene que priorizar políticas e identificar las mayores urgencias. El derecho a la protesta es legítimo sin vandalismos.