Vargas Llosa, “el inmortal” de Francia | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Diciembre de 2021

El pasado 25 de noviembre los medios de comunicación registraron que el nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, había sido elegido miembro de la Academia Francesa en reemplazo del filósofo Michel Serres, quien falleció en 2019.  Del mismo modo, se anunció que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, como protector, debía aprobar la elección del nuevo académico en una audiencia especial y que luego podía tomar posesión en una ceremonia privada.

Con su ingreso a este importante centro académico de la intelectualidad francesa, Vargas Llosa hará parte del selecto círculo de lo que allá se conoce como “los inmortales”, para denominar a los miembros de la Academia Francesa que tienen el encargo de velar por la preservación de la lengua de su país, aunque Vargas Llosa no ha escrito un solo texto en francés, así su obra haya sido traducida a la lengua de Víctor Hugo. También hace parte de la Legión de Honor de Francia; distinción que alcanzó a compartir con los célebres escritores Gracia Márquez, Carlos Fuentes y Octavio Paz.

Se nota un especial interés de Vargas Llosa en hacer parte de organizaciones de carácter académico. Ya lo era de la Academia Peruana de la Lengua desde 1975, de la Real Academia Española desde 1994, en donde fue recibido por el escritor Camilo José Cela, y de otras academias. Es como una manera de ir esculpiendo la estatua que lo llevará a la inmortalidad con su propio cincel. En ese sentido debemos decir que su personalidad contrasta con la de García Márquez, quien parecía no gustar mucho de academias de letras; recordemos que alguna vez propuso jubilar la ortografía. En 2007 recibió el homenaje que la Real Academia de la Lengua le ofreció en Cartagena para celebrar sus 80 años de vida y los 40 años de la publicación de Cien años de soledad.

A propósito del tema, alguna vez tuve oportunidad de preguntarle al sacerdote jesuita Manuel Briceño Jáuregui, entonces director de la Academia Colombiana de la Lengua, si en esa corporación habían considerado la posibilidad de hacer miembro honorario de la misma a García Márquez. Y él me respondió que sí lo habían contemplado pero que no lo habían hecho hasta entonces porque no sabían si esa posible designación era de su agrado.

Dicen que Vargas Llosa parece recibir con complacencia preseas, doctorados honoris causa, distinciones académicas y títulos nobiliarios que, aunque esas iniciativas provengan de otros, él no se disgusta mucho con que se los concedan. Lo cierto es que el príncipe Inca de las letras latinoamericanas, quien estuvo casado con una tía política y una prima peruanas, ahora es el esposo de una dama del jet set internacional, doña Isabel Preysler; desde 1993 tiene la nacionalidad española, y en 2011 le fue otorgado el título de marqués por el rey de España Juan Carlos I. Ojalá su voluntad postrera no sea la de que lo entierren en el Valle de los Caídos o en el Panteón de París.