Bosques del occidente de Antioquia, refugio para el oso andino | El Nuevo Siglo
EL REGISTRO de un oso andino se dio en el marco del desarrollo del proyecto “Preservando, gestionando y restaurando la biodiversidad colombiana a través de la innovación responsable”.
Instituto Humboldt
Martes, 7 de Diciembre de 2021
Redacción Medio Ambiente

La captura en video de un oso andino (Tremarctos ornatus) fue posible gracias a las investigaciones del genómica poblacional de la especie en el Parque Nacional Natural Paramillo, con el fin de generar información relevante para asesorar las decisiones de gestión de la especie.

Durante esta investigación, realizada en alianza con Parques Nacionales Naturales y que contó con la participación de la Alcaldía Municipal de Peque y la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, se recolectaron muestras de pelos y excrementos para hacer análisis genéticos y se instalaron dos cámaras trampas para desarrollar estudios ecológicos sobre la presencia de esta especie. Las cámaras fueron ubicadas en dos sectores del área de amortiguación del PNN Paramillo en donde se encuentran los parches más grandes de bosque altoandino y páramo que sirven de refugio para los osos.

Las cámaras trampa se instalaron en senderos que comunican las zonas de páramo del PNN Paramillo, al occidente de Antioquia, siguiendo las observaciones de los rastros de alimentación y la presencia y uso de estos ecosistemas por parte del oso andino. Los dispositivos permanecieron activos aproximadamente durante dos meses y fueron configurados para tomar 3 videos por captura, cada 15 segundos, a unos 50 centímetros del suelo y estuvieron activos las 24 horas, con el sensor de movimiento en automático. El resultado fue la captura en video por primera vez de un ejemplar adulto de oso andino en el parque.

Por otra parte, es también la primera vez que se recolecta material genético en esta zona. Según explica Paola Pulido-Santacruz, investigadora adjunta del Instituto Humboldt, estos nuevos hallazgos permitirán avanzar en el estudio de la estructura genómica de esta población de osos andinos y servirán para conocer la conectividad genética y el estado de conservación en relación a otras poblaciones en el país. “Hay muy poca información de la especie en esta región y estos hallazgos se vuelven de suma importancia para la construcción de estrategias de manejo y conservación”, concluyó.


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En este proyecto se priorizaron cinco Unidades Núcleo de Conservación (UNC) dentro de la “Estrategia para la Conservación del Oso Andino en los PNN de Colombia”. Cada UNC se caracteriza por tener parches de hábitat compuestos en un 80% o más por áreas protegidas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) y un 20% o menos de efecto antrópico. La genética sirve para el estudio y la conservación de las especies al evaluar el grado de conectividad entre las poblaciones de osos dentro y entre las UNC, además de valorar si el área establecida - igual o mayor a 3.800 km² - es suficiente para mantener poblaciones viables.

“Estos resultados permiten articular las necesidades e intereses de Parques Nacionales Naturales de Colombia y la estrategia de conservación de la especie, en donde buscamos hacer un monitoreo sistemático, en el que se incremente el número de cámaras trampa, el tiempo de muestreo (de 6 a 12 meses) y el área cubierta para obtener más información sobre el uso espacio-temporal de esta área y los recursos que demanda el oso andino. Así mismo futuras estrategias que busquen evaluar la ocupación real, así como la conectividad estructural y funcional de otras áreas, el uso de senderos y la restauración de áreas aledañas a estos será importante para asegurar la supervivencia de esta especie dentro del área protegida y de la población al norte de la cordillera occidental”, aseguró Arnold Argel, biólogo, de Parque Nacional Natural Paramillo.

Finalmente, después de dos meses de grabaciones, se registraron, además del oso andino, al menos cinco (5) especies de animales de tamaños medianos y grandes: la tayra (Eira barbara), la ardilla de cola roja (Syntheosciurus granatensis), el tigrillo lanudo (Leopardus tigrinus), el venado de montaña (Mazama temama) y dos especies de aves: la pava maraquera (Chamaepetes goudotii) y el tinamú montañero (Nothocercus bonapartei intercedens). Cabe destacar que la pava es considerada una especie endémica de la zona y el tigrillo lanudo y el oso andino se encuentran en categoría de amenaza.

De acuerdo con Carlos Cáceres, líder de campo, las cámaras trampa registraron una amplia población de tayras (Eira barbara), una especie carnívora común en este tipo de bosques y que generalmente anda en grupos de al menos dos individuos en busca de alimento.