Fantasma de la destitución planea sobre el presidente Castillo | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 4 de Diciembre de 2021
Redacción internacional

DESDE su ajustado triunfo -menos de un punto porcentual- en la segunda vuelta electoral de junio pasado, sobre Pedro Castillo comenzó a rondar el fantasma de la destitución presidencial. Hoy, está en el ‘corredor de espera’ y con una alta probabilidad que ello ocurra.

Este izquierdista maestro rural, representante de Perú Libre, venció en el balotaje presidencial a la repitente candidata de la derecha, Keiko Fujimori (Fuerza Popular) por un poco más de 44 mil votos, lo que la llevó a exigir un reconteo de cientos de actas electorales. Tras semanas de incertidumbre y a tan solo ocho días de iniciar el mandato, fue proclamado oficialmente Castillo como el ganador.

Pero, por razones que pueden ir desde ingenuidad e inexperiencia política hasta falta de carácter, ya que se especula que quién ordena y decide es Vladimir Cerrón, el fundador y actual secretario de Perú Libre, quien al verse impedido jurídicamente para buscar la presidencia eligió a Castillo para llegar al poder en ‘cuerpo ajeno’, el novel mandatario está hoy en alto riesgo de ser ‘defenestrado’ por el Congreso.

Una seguidilla de errores y malas decisiones desde el primer minuto del día uno de su mandato no solo lo convirtieron en el blanco de los cuestionamientos de la oposición de derecha, dentro y fuera del Parlamento, sino que hicieron que dilapidara en pocos meses el capital político que logró, gracias básicamente al hartazgo ciudadano con los partidos tradicionales.

De la conformación de su primer gabinete con ministros cuestionados bien por su empatía con grupos terroristas o investigados por corrupción, lo que derivó en su forzoso cambio, pasó rápidamente a otros hechos gravemente cuestionados y que sobrepasaron el tema de los nombramientos. Así, acaba de ser denunciado por sostener reuniones con empresarios fuera del palacio presidencial y citado por la Fiscalía por supuestas presiones para favorecer con ascensos a algunos militares. Así, el presidente que ha sido reiterativo en su argumento de que no llegó al poder para "repetir las viejas prácticas del pasado" y se defiende de su complicada situación señalando que hay un complot político para “atentar contra la voluntad popular”, se está quedando sin argumentos y apoyo popular. La reciente encuesta de Ipsos sitúa en 57% la desaprobación a su gestión.

Castillo ajusta precisamente hoy 130 días en el sillón presidencial, acosado por denuncias la oposición y pugnas en el oficialismo, lo que llevó a la salida de una docena de ministros, así como a levantar sospechas sobre sus actuaciones. Y si de antemano se creía que no completaría su mandato de cinco años, lo que no se vislumbraba era que en tan poco tiempo el Congreso promoviera una moción de censura para destituirlo.

Un año después de que Perú hubiera tenido tres mandatarios en apenas cinco días, enfrenta de nuevo la posibilidad de una salida abrupta de su presidente.

Dominado por la oposición de derecha, el Congreso decidirá este martes si acepta debatir una moción de destitución del presidente izquierdista Pedro Castillo, lo que recuerda las caídas de los mandatarios Pedro Pablo Kuczynski en 2018 y Martín Vizcarra en 2020.

"El actuar del presidente deja mucho que desear", expresó la legisladora Heidy Juárez, de Alianza para el Progreso (centroderecha), al apoyar la moción presentada el 26 de noviembre por tres partidos de derecha, entre ellos el fujimorista Fuerza Popular, la segunda minoría en el Congreso.

"El objetivo de estos grupos es vacar al presidente sin ningún sustento y con absoluta irresponsabilidad", reaccionó Castillo, quien no ha tenido, como se esperaba, un apoyo público de los parlamentarios de Perú Libre.

Las cuentas

Admitir el debate de la moción no está garantizada, pues este paso requiere el 40% de los votos de los legisladores asistentes. Y para remover a un presidente, cuya figura es la ‘incapacidad moral’ se necesitan los votos de al menos 87 del total de 130 parlamentarios.

La moción la presentaron parlamentarios de los partidos derechistas Avanza País, Fuerza Popular y Renovación Popular, que en conjunto suman 55 votos. El oficialismo tiene una cifra similar, con el plante de los 37 congresistas del Perú Libre. Los 20 votos restantes, que están repartidos en los seis partidos con representación en el hemiciclo serán los que inclinen la balanza. Y, según analistas, lo haría hacia la derecha.

"Declárase la permanente incapacidad moral del Presidente de la República, ciudadano José Pedro Castillo Terrones", dice la moción.


Le puede interesar: Venezuela expulsa observadores electorales de la Unión Europea


La incertidumbre política levanta nubarrones sobre la economía peruana: el dólar está en alza y cae la inversión privada, lo que frenaría el crecimiento. Todo ello en medio de la pandemia del covid.

"La moción de destitución pone su granito de arena en aumentar la incertidumbre", dijo el economista independiente Jorge González Izquierdo.

Perú vive hoy un deja vú, ya que la presunta "incapacidad moral" también fue invocada para retirar del poder a Kuczynski y más recientemente a Vizcarra.

El 21 de diciembre de 2017, Kuzcynski (derecha) sobrevivió a un intento de vacancia gracias a los votos de Kenji Fujimori y una decena de fujimoristas disidentes, lo que enfureció a su hermana Keiko Fujimori, jefa del partido.

Sin embargo, el antiguo banquero de Wall Street renunció el 21 de marzo de 2018, un día antes de que el Congreso votara una segunda moción que, previsiblemente, iba a ser aprobada.

Entre tanto Vizcarra, quien debía completar el mandato de Kuczynski, superó un intento de destitución el 18 de septiembre de 2020, pero no pudo escapar del segundo dos meses después. Ello desató multitudinarias protestas, reprimidas con saldo de dos muertos y un centenar de heridos.

La represión generó una ola de repudio que condujo a la dimisión de Manuel Merino, el jefe parlamentario derechista que lo había reemplazado cinco días antes. Fue sustituido por el legislador centrista Francisco Sagasti, quien le entregó el poder a Castillo, el 28 de julio. 

Si se llegase a dar el visto bueno para debatir la moción y luego se avalara la destitución de Castillo, asumiría el mando en Perú, la vicepresidenta Boluarte, quien posiblemente enfrentaría similar destino. 

Si ella también fuera obligada, vía Congreso, a dejar el poder, el cargo sería para la actual jefa del Congreso, la derechista María del Carmen Alva, quien tendría que convocar a elecciones en seis meses.

Analistas como el sociólogo Fernando Rospigliosi, asesor de Fujimori, consideran que “la mejor salida a la crisis sería la destitución de Castillo y de su vicepresidenta para convocar a nuevas elecciones que si bien entrañan el riesgo de que no lleven a una situación mejor, es mucho menor a que el que tenemos ahora que nos lleva al desastre".

De la cohesión de la izquierda y sus afines políticos minoritarios en el Congreso pende el inmediato futuro de Castillo. Y aunque no prospere el intento legislativo para sacarlo del poder, que de seguro no será el único, el maestro-presidente debe encarar a la Fiscalía, donde fue citado a declarar por la supuesta injerencia de su gobierno en los ascensos militares, así como a la Contraloría y la Procuraduría que investigan posibles actos de corrupción en sus reuniones con empresarios y funcionarios en su lugar de residencia.

Frente a estas últimas investigaciones ha instado a la justicia a que acelere las pesquisas para desligar su gestión de esa supuesta corrupción. “Vamos a transparentar mi actuación”, dijo hace pocos días, no sin antes reiterar que “no estoy aquí para satisfacer apetitos particulares, personales, ni para hacer arreglos bajo la mesa”.

Este martes, la derecha y la izquierda peruana protagonizan en el Congreso un decisivo pulso por el futuro del país, ya que implicará la continuidad o el retiro forzado del presidente Castillo. Unos pocos votos darán la ‘sentencia’./Redacción internacional