Negociaciones posbrexit se extienden ahora bajo amenaza de veto | El Nuevo Siglo
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó que "vamos a esforzarnos hasta el último momento, hasta el último segundo de este proceso para garantizar la unidad entre nosotros".
AFP
Viernes, 4 de Diciembre de 2020
Redacción internacional con AFP y Europa Press

La incertidumbre sobre un entendimiento entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido por sus relaciones posbrexit aumentó con la amenaza francesa de bloquear un acuerdo no satisfactorio, mientras las conversaciones en Londres llegan a una intensa fase final.

Los equipos de negociadores mantienen en Londres una dramática carrera contra el reloj para tratar de hallar un acuerdo en los tres temas pendientes: derechos pesqueros, competición y ayudas estatales, y gestión legal del eventual acuerdo, en especial la solución de controversias.



Cualquier acuerdo aún tendría que ser ratificado por las partes antes del 31 de diciembre, ya que el 1 de enero de 2021 el Reino Unido abandonará el mercado único europeo y las relaciones comerciales pasarían a ser regidas por las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

En Londres, un portavoz del gobierno británico admitió que las negociaciones estaban en un momento difícil. "Queda muy poco tiempo. Nos encontramos en un momento difícil de las negociaciones", dijo.

Al inicio de la jornada, el secretario británico de Comercio, Alok Sharma, apuntó en una entrevista que era una fase "difícil" de las negociaciones, y reforzó que la prioridad de Londres es hacer que "la UE reconozca que el Reino Unido es una nación soberana e independiente".

"Es sobre esta base que se hará un acuerdo", señaló.

Pero en este esfuerzo de última hora las capitales europeas ya no esconden la preocupación de que la UE insista en un acuerdo aún a precio de hacer concesiones que vayan más allá de aquello que los países están dispuestos a aceptar, las llamadas 'líneas rojas'.

En una entrevista, el secretario francés para Asuntos Europeos, Clément Beaune, dijo ayer que "si hubiera un acuerdo que no fuera bueno... nos opondríamos". A la pregunta de si Francia impondría un veto dijo: "Sí, todos los países tienen derecho a veto".

"Quiero decirles a nuestros pescadores, a nuestros productores, a los ciudadanos que nos escuchan, que no aceptaremos un acuerdo con malas condiciones", dijo Beaune, quien agregó que Francia siempre ha sido "transparente". "A veces, los británicos, un poco menos".

Por su lado, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó en Bruselas que era necesario "garantizar" la unidad europea en las negociaciones que se desarrollan en Londres.

"Vamos a esforzarnos hasta el último momento, hasta el último segundo de este proceso para garantizar la unidad entre nosotros", expresó el funcionario.

Preguntado por estas palabras de Beaune, Michel, subrayó que los Veintisiete han mantenido la "unidad" durante todo el proceso de negociación del Brexit, aunque muchos auguraban una "división dramática" tras el referéndum de 2016, al tiempo que garantizo que trabajarán "hasta el último segundo" para que siga siendo así.

El exprimer ministro belga evitó hacer "predicciones" sobre lo que pasará entre Bruselas y Londres en las próximas "horas o días", pero indicó que cualquier eventual acuerdo entre las dos partes sobre la relación comercial que tendrán deberá ser aprobado por el lado británico y también por todos los Estados miembros.

"Los Estados miembros tendrán que decir cuál es su análisis tras haber estudiado lo que esté encima de la mesa", señaló Michel, quien explicó que los socios europeos se fijarán en el "equilibrio global" del posible acuerdo.

En la misma línea, el presidente del Consejo europeo apuntó que la UE desea un pacto, pero también está preparada para "todas las posibilidades". La cuestión de la igualdad de condiciones recordó es "clave" para el bloque y "esencial" para que un eventual acuerdo sea "aceptable" en todas las capitales.

Bruselas y Londres han intensificado sus contactos para poder alcanzar un acuerdo antes de que expire el periodo de transición del Brexit el 1 de enero, pero siguen existiendo discrepancias entre ambas partes. Fuentes diplomáticas aseguraban esta semana que el bloque llegó ya "al último milímetro" al que podía llegar sin salirse de sus líneas rojas y advertían de que nuevas concesiones podrían provocar la ruptura de las negociaciones.

Relación desequilibrada

En Bruselas, un diplomático europeo aseguró que varios países europeos (Bélgica, Italia, Holanda, España y Dinamarca) compartían las preocupaciones francesas sobre concesiones en las negociaciones para hallar una solución a las diferencias.

Algunos de esos países estarían preocupados por concesiones no consensuadas en materia pesquera, al tiempo que para otros los temores se concentran en las normas para la futura participación de empresas británicas en el altamente regulado mercado europeo.



"No queremos quedar trancados en una relación desequilibrada durante décadas. No queremos tener que explicar a nuestras empresas porqué son desplazadas en su mercado por corporaciones británicas en un ambiente menos regulado", expresó el diplomático.

En el ámbito europeo, fuentes diplomáticas mencionan una preocupación por la abierta preferencia de Alemania y la Comisión Europea en hallar un acuerdo rápidamente.

Ayer Steffen Seibert, portavoz de la canciller Angela Merkel, salió al cruce de esas versiones al afirmar que "la UE está lista para alcanzar un acuerdo posbrexit, pero no a cualquier precio".

En ese cuadro, dirigentes del Parlamento Europeo ya adelantaron que precisarían de tiempo para revisar el documento antes de someterlo a ratificación, y que no se limitarán a estampar un sello a cualquier documento que les presenten a última hora.

Los líderes de la Unión Europea tienen agendada una cumbre el 10 de diciembre, y en Bruselas trascendió que varios de ellos ya adelantaron que desean tener toda la información disponible.

Así, diplomáticos europeos en Bruselas sugirieron que otra opción sería dejar que el Reino Unido salga el 1 de enero del mercado único sin un acuerdo e intentar nuevas rondas de negociación más tarde en el año 2021.

Temores de Irlanda

El gremio de restaurantes de Dublín teme que el Brexit provoque a final de año un cese en la importación de patatas británicas.

Aunque tienen sus propios cultivos, los irlandeses prefieren utilizar los tubérculos del país vecino para preparar uno de sus platos favoritos, a menudo acompañado de pescado empanado en el tradicional "fish and chips".

Pero la semana pasada el gobierno irlandés advirtió a los dueños de restaurantes que cuando el 31 de diciembre termine el período de transición de posbrexit, se pueden prohibir las importaciones de patatas procedentes del Reino Unido.

Irlanda es un país europeo históricamente pobre donde la patata siempre ha sido un alimento básico, la amenaza de escasez y la incertidumbre por su suministro, tiene una importancia altamente simbólica pues recuerda la infame "hambruna de la papa" de 1845-1849, que le costó la vida a un millón de personas y provocó que otros dos millones tuvieran que emigrar.

Además de las patatas, las interminables discusiones entre Londres y Bruselas sobre el acceso de los pescadores comunitarios a los ricos caladeros británicos tras el hacen temer a los irlandeses verse también privados de pescado.

Si no hay acuerdo, se podría negar totalmente a sus pescadores el acceso a las aguas británicas, donde en la actualidad faenan de forma intensiva.

Esto pondría en peligro la supervivencia de su famoso plato típico.