Los retos cafeteros | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Diciembre de 2022

Récord en valor de cosecha y precio interno 

* La compleja agenda del sector para el 2023

 

Soplan buenos vientos para los cafeteros en Colombia, sobre todo para los más de 600 municipios en donde el campesinado y las economías locales tienen como principal motor este cultivo. Las cifras así lo evidencian, empezando porque el valor de la cosecha entre octubre del año pasado y septiembre del actual alcanzó un precio récord de 14,5 billones de pesos, en tanto que las exportaciones al décimo mes de este 2022 ya suman 3.748 millones de dólares, un 36% más que en el mismo periodo de 2021.

Es claro que en este resultado no solo han influido factores como los altos precios internacionales y la caída en la producción brasileña en los últimos dos años, además del fortalecimiento del dólar, sino otras circunstancias igualmente estratégicas como la buena productividad de los cafetales colombianos y los esfuerzos por mantener los estándares de calidad del grano. Los cultivadores han recibido el impacto de esta época de vacas gordas, al punto que en estos momentos el precio que se está pagando por la carga de café está por encima de los 2,4 millones de pesos, el más alto en la historia. Asimismo, la densidad de siembra de matas por hectárea no tiene antecedentes.

A ello debe sumarse, según el corte de cuentas presentado esta semana por la Federación del ramo, otros resultados positivos como la consecución de casi medio centenar de clientes nuevos y la apertura de mercados en Kuwait, Vietnam y Malta. No menos clave ha sido el aumento sustancial en el pago de primas por cafés especiales y por aquellos producidos bajo estándares de sostenibilidad en más de 220 mil fincas. Destacable, igualmente, es que las empresas del gremio (Buencafé, Procafecol y Almacafé) aumentaron sus utilidades en el ejercicio anual.

Sin embargo, mantener ese alto ritmo productivo y de rentabilidad no será fácil. Por el contrario, son muchos y de alto calado los retos que debe enfrentar la industria cafetera en el corto y mediano plazos. A los recientes altibajos del dólar y un escenario internacional y local marcado por la desaceleración (con riesgo de recesión a bordo), se suma que Brasil ha podido recuperar terreno en los últimos meses y va rumbo a volver a sus niveles de participación en la oferta global del grano. Esto implicará una rebaja en el precio internacional y el interno, como es apenas obvio.

También se requiere fortalecer aún más los mecanismos de asistencia técnica así como acelerar los programas de renovación de cafetales con variedades resistentes a las plagas y las contingencias climáticas, de forma tal que no se afecte la cantidad ni la calidad del grano. Ello es más urgente por la persistencia este año del drástico fenómeno climático de La Niña, que incluso podría extenderse hasta comienzos del próximo. La misma Federación alerta que la reducción en la producción en años recientes se ha dado por efecto del cambio climático (especialmente el aumento de las lluvias) y un bajo nivel de renovación de cultivos.

Es trascendental, asimismo, optimizar los costos de producción y un sistema más eficiente en cuanto a manejo de contingencias y riesgos propios de la actividad. No menos crucial es garantizar la estabilidad financiera del Fondo Nacional del Café y aquí juega rol clave, según la Federación, que los productores honren sus compromisos de entregas a futuro. De igual manera es imperativo seguir impulsando la sostenibilidad ambiental en toda la cadena productiva.

Solo en la medida en que esos retos sean asumidos con decisión, los niveles de producción aumentarán y, por ende, las exportaciones y la rentabilidad. Ello es urgente ante el riesgo de una caída en los precios internacionales que golpearía fuertemente los ingresos de las más de 550 mil familias que viven del grano. Aquí es vital, acorde con la ruta delineada por el Ministerio de Hacienda, consolidar el Fondo de Estabilización de Precios del Café y expedir una regulación para la eventual exportación de cafés robusta…

Como se ve, el futuro inmediato de los cafeteros exige que la Federación, el Ejecutivo y los cultivadores aúnen más esfuerzos. Ha sido un buen año pero los retos que asoman son de alta exigencia, tanto por factores internos como externos.