“Punto de equilibrio" | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Diciembre de 2020

“Es necesario que los moderados de izquierda intenten buscar una solución con los moderados de derecha, ese es normalmente el camino para una solución democrática”. (Pasquino)

 

A RAÍZ de la reciente determinación del senador Benedetti de retirarse del partido de la U para formar parte la "Colombia Humana", decisión personal muy respetable, envió un mensaje en Twitter donde muy a su estilo define a los de "Centro" como "tibios, buchiplumas, tenues y difusos."

Dirán algunos que cuando habló de "centro" quiso referirse quienes acompañaron a Sergio Fajardo y a Humberto De La Calle en las pasadas elecciones en la primera vuelta y para la segunda lo hicieran en blanco, pues la definición de "tibio" se volvió común despectivamente en su contra.

Sin embargo, lo de difuso y tenue, sugiere más bien una dificultad visual del mismo Benedetti, sobre otras formas de pensar diferentes a la suya.

Entre tanto, "buchiplumas" tal como lo define el diccionario, se usa para referirse a "alguien que promete y no cumple, o que se las echa de algo sin poder hacerlo" o se trata de una persona insignificante".

En ese orden de ideas, olvida el Honorable Senador, que alrededor de las dimensiones económica y social existe una amplia gama de posiciones políticas, no menos válidas que la de los extremos.

En la dimensión económica son dos ideologías opuestas, izquierda y derecha, hoy en proceso de revisión, y en la dimensión la social, el autoritarismo y el liberalismo.

Las cuales al combinarse configuran un amplio mapa ideológico y "cuatro grandes sistemas como el totalitarismo, el conservadurismo, el socialismo y el liberalismo, siendo el "centro político" aquel punto en el que se cruzan unas y otras.

Definición tomada de expertos tratadistas en ciencias políticas, y no de expresiones vacías o alevosas que poco aportan al debate.

En Colombia se cree que si no se es uribista, necesariamente se tiene que ser petrista o fajardista, sin admitir más alternativas. Antipática, intimidatoria, absolutista y asfixiante forma de encasillar a la gente por conveniencia, cuando lo correcto es dejar que cada quién defienda sus puntos de vista y ejerza libremente el derecho a votar por quién le plazca.

Otro cantar, prudente, analítico, autónomo, reflexivo y cerebral, sería al momento de los acuerdos y coaliciones, si la gente no se dejase llevar por la impulsividad de entregarle a otro la facultad de decidir por él.

Mucho menos, admitir que converja la ignorancia sumada, al narco y al miedo, la corrupción, la violencia o el vandalismo como método "válido" para acceder al poder.

"El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás". (Herbert Spencer).

Nuestros lectores podrán considerar esta como una utopía por parecer "impracticable", pero lo cierto es que se trata de cortar por lo sano, y procurar un "punto de equilibrio" necesario para construir una propuesta de beneficio general, sin la agresividad de las extremas y con el debido respeto por la libertad de pensamiento.