Aguas residuales, un problema bajo investigación académica | El Nuevo Siglo
EXPERTOS DE la facultad de Ingeniería Ambiental de la UAN, adelantan estudios sobre aguas residuales.
/Cortesía
Martes, 30 de Noviembre de 2021
Redacción Medio Ambiente

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la escasez de agua afecta a más del 40% de la población a nivel mundial y se estima que al menos una de cada cuatro personas se verá afectada por su escasez para 2050.

Por eso, la protección del agua y su limpieza son una prioridad de la agenda global para las siguientes décadas.

La Universidad Antonio Nariño (UAN) trabaja para llevar a cabo, desde sus laboratorios, investigaciones enfocadas en el tratamiento de aguas residuales, modificando los procesos tradicionales para hacer que la depuración no sea un desarrollo costoso, sino que se convierta en una alternativa contundente a través de la biorrefinería.

“La biorrefinería utiliza materiales de origen biológico y bioprocesos, los cuales tienen como componente principal el uso de recipientes denominados biorreactores. Dentro de los biorreactores, los microorganismos depuran las aguas residuales usando el material orgánico contaminante como alimento y materia prima para generar productos como biocombustibles y biofertilizantes”, informó Juan Valderrama, profesor asociado y Líder del grupo Gresia de la UAN.

Asimismo, Valderrama especificó que uno de los aspectos más relevantes del enfoque de biorrefinería, es que hay una corriente de residuos que alimenta a varios biorreactores en simultánea. De esa manera lo que es un residuo para un proceso se convierte en materia prima para otro. Esta característica trae como resultado el aprovechamiento de los residuos y la disminución de los desperdicios.

¿Qué son los biorreactores?

Son recipientes que permiten mantener condiciones controladas como la temperatura y aireación, para el cultivo de microorganismos. Un caso particular de biorreactores es el que se usa para hacer depuración de aguas residuales.

En este caso los más utilizados, en el mundo, son los de lodos activados, los cuales cuentan con impulsores de alta potencia para mantener un mezclado uniforme y facilitar el ingreso de oxígeno a las aguas residuales. El componente clave en un biorreactor son los microorganismos, quienes son los que hacen el trabajo de depuración y -precisamente- en beneficio de estos microorganismos se trata de inyectar la mayor cantidad de oxígeno posible a las aguas residuales dentro del biorreactor.

No obstante, existen biorreactores que se operan sin oxígeno y usan microorganismos especiales denominados anaerobios. Estos biorreactores, aunque más lentos, cumplen con la tarea.

Al final, lo más importante es que el biorreactor, independientemente de su geometría, facilite generar un ambiente favorable para el crecimiento microbiano. De cierta manera, la eficiencia de depuración de las aguas residuales es proporcional al bienestar de los organismos que crecen dentro de ellos.

Todo este trabajo se ha hecho con el equipo de profesores que forman parte de la Escuela Territorial del Agua de la UAN, de la cual también forma parte el grupo de investigación de la Facultad de Ingeniería Ambiental (Gresia).


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En esa línea, David Aperador Rodríguez, coordinador de la Escuela Territorial del Agua, señaló que desde allí se han venido realizando toma de muestras de agua para analizarlas y verificar parámetros de calidad como sólidos sedimentables, turbiedad, pH, conductividad eléctrica, oxígeno disuelto, coliformes y macroinvertebrados (bioindicadores).

Según los resultados, se plantean hipótesis del estado del agua y se dan recomendaciones a las comunidades. Adicionalmente, se analizan las muestras de calidad del agua de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales, y porcentajes de tratamiento, para brindar recomendaciones al personal interesado, ya sean de entes gubernamentales o de las comunidades en general.

“Bajo este proyecto, algunas de las investigaciones fueron apoyadas por empresas como la Transportadora de Gas Internacional (TGI), entidad que brindó el soporte para la aplicación de las iniciativas a una institución educativa en la zona rural de Puerto Boyacá.

El objetivo es entrenar a los estudiantes como multiplicadores de las tecnologías en sus hogares y para que instalen equipos piloto en el colegio en colaboración con sus profesores”, concluyó Rodríguez.