Colombia sumergida | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Noviembre de 2022

Bucear es una experiencia profunda, nunca mejor dicho. Sumergirse en el mundo subacuático implica estar en disposición de reconocer otras formas de vida. Aislarse del ruido y dejarse arrullar por las burbujas que se exhalan es, también, explorar al interior de uno mismo; es hacer una especie de meditación que instala en el cuerpo una sensación ingrávida de calma y bienestar.

Para algunos, el buceo es un estilo de vida y todo lo que hacen en la superficie gira en torno a la próxima inmersión y al anhelo de regresar a las profundidades. Unos bucean por razones recreativas, otros por razones deportivas o profesionales y muchísimos otros lo hacen una vez en la vida, por calmar la curiosidad. En todos los casos, se trate de inmersiones largas o cortas, o se descienda muchos o pocos metros, con o sin equipos, se trata de una actividad que implica riesgos.

El buceo en Colombia no ha parado de crecer desde los años 70. En 1977 nació la Federación Colombiana de Buceo con la intención de formalizar esta práctica que, hasta ese momento, se daba de manera empírica. En 1981, al afiliarse esta organización a la Federación Mundial, se amplió su enfoque y pasó a ser la Federación de Actividades Subacuáticas -Fedecaas-, que incluye disciplinas como la natación con aletas, la apnea, el rugby, el hockey y la pesca submarina. La actividad se desarrolló articulando a sectores muy diversos que confluían en el interés por el mundo sumergido; aun así, y a pesar de que muchos instructores se vincularon a la federación y acogieron los lineamientos internacionales, muchos otros continuaron desarrollando la actividad de manera informal (y peligrosa). Hoy, Colombia no cuenta con regulación alguna y las organizaciones echan de menos una herramienta normativa que sustente este oficio. 

Con la intención de subsanar este vacío, hace poco fue radicado en el Congreso de la República un proyecto de ley que busca regular el ejercicio del buceo, fortalecer la capacidad de las instituciones para garantizar los derechos fundamentales de quienes lo practican y proteger los ecosistemas acuáticos, entre otros aspectos. Cuidar la vida de las personas es el propósito principal de esta iniciativa.

El texto presentado establece el ámbito de aplicación de la ley a personas naturales y jurídicas que buceen en piscinas, aguas marítimas, fluviales, lacustres y demás cuerpos de agua; bien sea que desarrollen una actividad comercial, industrial, institucional, recreativa, de investigación científica, militar, deportiva, o similar. Además, establece que es la Autoridad Marítima Nacional la entidad que ejercerá el control y vigilancia de la actividad.

Colombia cuenta con un enorme potencial para desarrollar el buceo, en tanto actividad económica; razón de más para regularlo y garantizar que sea seguro para las personas y para los ecosistemas. La inmersión en este nuevo proyecto de ley apenas comienza; en las profundidades hay todo un mundo por descubrir y por valorar. Conocer y acompañar esta discusión es lo único que garantizará que el buceo salga a flote y saque lo mejor de este país.

@tatianaduplat