Codas | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Noviembre de 2022

¿Recuerdan cuando Petro propuso hacer un tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla, pasando por Villavicencio? Ahora adopta una idea igualmente estrafalaria: hacer una carretera de 1.500 km entre Buenaventura y Puerto Carreño (Vichada) con un ferrocarril “en algunas zonas montañosas”.

No hay estimativos de tiempo ni costo, ni análisis de la necesidad, ni de los beneficios. Pero un país que necesita mejorar las carreteras existentes, que carece de vías terciarias, que en los inviernos ve gravemente afectada su infraestructura de puentes etc. no puede pensar en desperdiciar sus pocos recursos en semejante proyecto.

Recordemos el ferrocarril del Magdalena, de 770 km paralelo al río y en zona plana, entre La Dorada y Santa Marta el cual fue terminado e inaugurado y … abandonado cuando se liquidaron los Ferrocarriles Nacionales en 1991. En 1999 se inició la rehabilitación y desde entonces de vez en cuando transita un tren.

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Hablando de los estragos del invierno, hay que agradecer los esfuerzos del gobierno y de entidades privadas para ayudar con ropa, utensilios y demás, a los damnificados que lo han perdido todo. Pero aliviamos lo inmediato sin pensar en soluciones definitivas y a largo plazo. A los que viven en condiciones precarias y de alto riesgo (incluso ciertas zonas de Ciudad Bolívar) hay que establecerlos en lugares seguros. Para eso se inventaron las casas prefabricadas que se montan muy rápido. Solamente es necesario adecuar los terrenos con servicios. Pero si las famosas casas de Providencia, destruidas en noviembre de 2020 por el huracán Iota, no se pudieron montar en el plazo previsto y aún no han sido totalmente restauradas, quizá sea mucho pedir eso para tantos otros lugares afectados, que cuentan con una burocracia ineficiente e incapaz de abordar estos problemas.

Y, a propósito, un amigo ingeniero me dijo que en las zonas donde se desbordan los ríos y las quebradas hay que prevenir futuras inundaciones. Sugiere que, como una solución inmediata, en las quebradas se construyan jarillones con sacos rellenos de cemento, arena y grava de río o retal de ladrillo. No sé si eso funcione, pero dejo la idea.

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George Orwell popularizó en su novela “1984” la expresión “Gran Hermano” al hablar de un Estado en el que la vigilancia sobre los ciudadanos conduce a la represión política. Pero lo interesante es que la sociedad moderna cuenta con miles de millones de ojos (cámaras de seguridad) que vigilan las calles y también, no se puede negar, el interior de nuestras viviendas.

Las películas policiacas nos muestran cómo, con base en las cámaras de vigilancia, hoy es posible seguir prácticamente por todas partes a una persona que se mueve en carro. Sin ellas muchos de los crímenes quedarían impunes. Un estudio de la Universidad de los Andes lo demostró respecto de Medellín. El feminicidio de Yuliana Samboní, la pequeña de siete años asesinada en diciembre de 2016 por Rafael Uribe, pudo ser aclarado gracias a que las cámaras de vigilancia pudieron seguir la trayectoria del vehículo que se usó para el crimen.

La Corte Constitucional decidió que la policía no puede utilizar esa información sino en coordinación con la Fiscalía y orden judicial porque afecta el habeas data y la información privada.

Pienso que hay que distinguir entre las cámaras “privadas”, al interior de las viviendas, y las que vigilan las calles, donde no se aplica el principio, y no sé si la sentencia lo hace. De lo contrario se estaría haciendo un gran daño a la seguridad de las ciudades.

Recordemos que la Corte también prohibió el uso de cámaras para imponer multas de tránsito.