Visión del Banco de la República para el remate del año y el 2023 | El Nuevo Siglo
PESE A que los consumidores seguirán demandando productos, serán más prevenidos dada la alta inflación en el país.
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Domingo, 27 de Noviembre de 2022
Redacción Economía

Una revisión a fondo de cómo terminará la economía este año y los retos que se vienen encima para 2023, dio a conocer el Banco de la República en su último informe de política monetaria.

La inflación, el crecimiento, las tasas de interés, el déficit de cuenta corriente, el desempleo y el consumo se convierten en los principales retos del país tanto en este final de 2022 como para el año nuevo

Crecimiento

Señala el Emisor que en el tercer trimestre la economía colombiana continuó exhibiendo una fortaleza importante, aunque con un crecimiento más moderado frente a lo observado en la primera mitad del año. Lo anterior se daría después de la fuerte recuperación experimentada desde finales de 2021 y de alcanzar niveles del PIB superiores a los observados antes de la pandemia.

Con esto, para el tercer trimestre presentó un crecimiento anual del PIB del 7 %, que si bien es superior al pronóstico contemplado en el Informe de julio, en términos trimestrales implicaría una moderación importante del ritmo de crecimiento.

PIB 2023

Para 2023 y 2024 la economía colombiana debería presentar tasas de crecimiento menores a las registradas en los últimos dos años, las cuales le permitirían reducir gradualmente los excesos de demanda y converger hacia valores del producto más sostenibles en el largo plazo. En los próximos dos años la economía colombiana enfrentaría condiciones financieras externas más apretadas que las estimadas en el informe anterior, que implican costos de financiamiento más altos. Además, los socios comerciales registrarían tasas de crecimiento bajas y menores que las contempladas en informes pasados, en un contexto de alta inflación externa y una política monetaria global más restrictiva.

Todo esto debe llevar a que el consumo total caiga, sobre todo en la primera mitad de 2023, y que la inversión mantenga niveles inferiores a los registrados antes de la pandemia, a pesar de que para esta última se supone una dinámica importante en las obras civiles adelantadas por los gobiernos locales que entran en su último año de mandato. De esta forma, se espera que la actividad económica se desacelere de manera importante frente a lo observado en 2021 y lo esperado para todo 2022. Dicho pronóstico podría contemplar un retroceso en los niveles del PIB en el primer trimestre de 2023, con lo cual el crecimiento para el año completo sería del 0,5%.

Demanda interna

Señala el Banco que la demanda interna habría continuado aumentando sobre los niveles ya muy altos alcanzados en el segundo trimestre, aunque a un menor ritmo, en particular por una expansión trimestral más moderada del consumo privado. No obstante, los indicadores disponibles sugieren que el consumo privado continuaría sosteniéndose en niveles históricamente altos, lo que le permitirían mantener una tasa de crecimiento anual significativa, aunque menor que la de la primera mitad del año. Por componentes, el consumo de servicios seguiría siendo el más dinámico.

Para el consumo de bienes en general se espera un crecimiento trimestral más moderado, en parte por la ausencia de jornadas sin IVA. A este comportamiento apuntan cifras como el ISE terciario, las ventas al por menor, las cifras de transacciones de algunos bancos comerciales, los desembolsos de crédito de consumo y las matrículas de vehículos. Por otro lado, se prevé que el consumo público se sostenga en niveles similares, dada la buena dinámica registrada por el empleo de algunas entidades del Gobierno y por el aumento de los gastos asociados con el regreso a la presencialidad desde principios de año.

Con todo esto, la menor dinámica del consumo total contribuiría a una desaceleración del crecimiento de la demanda interna, tanto en términos de tasas anuales, como trimestrales; no obstante, este tipo de gasto seguiría siendo el de mayor aporte al crecimiento.



Inversiones

En el tercer trimestre la inversión continuó impulsada por el gasto en maquinaria y equipo, lo cual estaría compensando parcialmente el escaso dinamismo que muestra la inversión en construcción. Para este periodo se registró un alto crecimiento anual de la formación bruta de capital fijo y similar al observado en el segundo trimestre.

Sin embargo, la expansión en términos trimestrales fue pequeña, debido principalmente a que la inversión en vivienda y en otros edificios y estructuras continuaría exhibiendo poco dinamismo, en particular por el pobre desempeño del segmento no VIS y de las obras civiles. Para estas últimas se espera una mejor dinámica hacia finales de año y 2023, en la medida en que avance la ejecución de varios proyectos de algunas administraciones locales.

En contraste con lo anterior, la inversión en maquinaria y equipo habría registrado un crecimiento anual notable en el tercer trimestre, manteniendo los niveles históricamente altos observados en la primera mitad del año. Así lo sugieren las cifras de importaciones de bienes de capital observadas a agosto y los avances de la DIAN a septiembre, que muestran de nuevo un aumento importante en el rubro de equipo de transporte. Pese al crecimiento esperado de la inversión en capital fijo, en este trimestre esta se mantendría un 3,7 % por debajo de los niveles observados antes de la pandemia.

Desempleo

Dado el comportamiento reciente del mercado laboral y las previsiones en materia de actividad económica, se estima que la tasa de desempleo nacional continúe estable en lo que resta de 2022 y que en 2023 se sitúe, en promedio, en un 11 % (en un rango entre el 9,2 % y 12,8 %). La información disponible de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) muestra un mercado laboral que registra crecimientos anuales del empleo, aunque con señales de estabilización en los últimos meses, especialmente en el área urbana. La dinámica del empleo ha sido jalonada por el segmento asalariado, mientras que el no asalariado ha crecido a un menor ritmo y es donde, en especial, se aprecian señales de estabilización.

Cuenta corriente

Para 2022 se proyecta un déficit en la cuenta corriente del 6 % del PIB, mayor que el observado en 2021 (5,6 % del PIB). El mayor desbalance externo estaría asociado, en parte, con el aumento de las importaciones de bienes y servicios durante el año, explicado principalmente por el crecimiento de la demanda interna y por los mayores precios de las materias primas, en especial los de los combustibles y los de los insumos para la industria y la agricultura. Además, la dinámica de la actividad económica local y los precios elevados de los hidrocarburos incrementarían la remisión de utilidades al exterior de las empresas con capital extranjero que operan en el país

En 2023 el déficit de la cuenta corriente se reduciría y representaría el 3,9 % del PIB, acorde con el ajuste esperado de la demanda interna. La menor dinámica prevista del consumo y la caída de los precios mundiales de insumos y productos implicarían un menor valor de las importaciones de bienes y servicios. Asimismo, las menores rentas esperadas de la inversión extranjera directa (IED), junto con la normalización de los costos globales del trasporte marítimo de mercancías y una balanza favorable en los servicios turísticos, restarían presiones sobre el desbalance externo.

Tasas de interés

La mediana de la tasa de interés de política esperada por los analistas se ubica en 11,5 % para el cuarto trimestre de 2022 y en 9,2 % para el cierre de 2023. En la encuesta mensual de expectativas, realizada por el Banco de la República y aplicada a los analistas, la mediana de las respuestas ubica la tasa de interés de intervención vigente para el cuarto trimestre de 2022 en 11,5 %. Para el cuarto trimestre de 2023 los analistas proyectan un 9,2 % y para el tercer trimestre de 2024 la ubican en 6,6 %.