Colombianos escépticos frente a los avances en seguridad | El Nuevo Siglo
Los colombianos siguen muy agobiados con los delitos del día a día: Llorente
Viernes, 25 de Noviembre de 2022
Redacción Política

Los colombianos conocen, en su mayoría (67%), la política de Paz Total. El 79% dice entenderla y 85% apoyarla. Así lo revela la más reciente medición de la encuesta Polimétrica de Cifras y Conceptos, que incluyó un módulo especial, en alianza con la Fundación Ideas para la Paz (FIP), sobre esta iniciativa que lidera el presidente Gustavo Petro.

“Ese alto entendimiento y aceptación lo asocio con la idea de que, en general, los colombianos siempre hemos preferido la vía negociada y la paz”, dijo María Victoria Llorente, directora de la FIP, durante la presentación de los resultados. “Esa ha sido una constante de las encuestas de los últimos 20 años. Sin quitarle mérito, a que la Paz Total es una política de muy alto reconocimiento”, añadió.

Cuando se indaga quiénes son las personas que más la apoyan y cuáles las que menos, el resultado es predecible. El 93% de quienes están de acuerdo con la Paz Total se consideran afines a una ideología de izquierda. “Donde menos apoyo hay es en personas que se identifican con una ideología de derecha, ingresos medios y sin hijos”, explicó César Caballero, director de Cifras y Conceptos.

“Los resultados evidencian que todavía seguimos polarizados frente al asunto de la paz”, dijo Llorente, aunque destacó que sorprende que el nivel de aceptación sea tan alto, siendo una encuesta urbana.



Pesimismo

Los colombianos son escépticos frente a la mejora de la seguridad y las condiciones de vida que traerían las negociaciones con los grupos criminales que se propone la Paz Total. Solo el 26% cree que mejorará la seguridad y el 29% que cambiarán las condiciones de vida de las comunidades. Se suma que hay dudas en que el Gobierno logre, realmente, que los grupos armados se sometan a los diálogos de paz. Solo el 18% cree que lo harán. “Los colombianos siguen muy agobiados con los delitos del día a día”, dice Llorente.

“Durante las negociaciones con las extintas Farc, siempre hubo una brecha entre la aceptación del proceso en las zonas afectadas por la violencia y las ciudades. Hoy vemos que hemos evolucionado y hay un espaldarazo a la ‘paz total’”, sostuvo Llorente.

Frente a la posibilidad de que haya negociaciones de paz o sometimiento a la justicia, las dos vías que ha propuesto el Gobierno para lograr la Paz Total, sobresale que, mayoritariamente, los colombianos prefieren que el ‘Clan del Golfo’ y las oficinas de narcotráfico se sometan (55% y 59%, respectivamente) y que con el Eln se negocie (59%).

Así los grupos armados hagan todo lo posible para no distinguirse entre cuáles son más políticos y menos criminales, hay cierta claridad sobre el camino que hay que abordar. Mientras más se baja en la escala de la criminalidad, la gente tiene claro que la vía es el sometimiento”, dijo Llorente.

Divisiones

La gran fractura de los colombianos urbanos es sobre qué hacer con las disidencias. Están divididos en mitades: 43% dice que la vía es la negociación, y 49% el sometimiento. “Esto puede estar reflejando la confusión que ha dejado ver el mismo Gobierno. La ley de Orden Público que recién aprobó el Congreso es ambigua sobre el camino que habría que tomar”, explicó la directora de la FIP.

Llorente hizo un llamado para que se prioricen asuntos como coordinar la justicia con el poder ejecutivo. “Se necesita ir más allá de la norma y encontrar una estrategia para ponerse de acuerdo”, dijo. Y agregó que es necesario entender que los problemas de seguridad deben ser discriminados desde lo local y lo nacional, así como conocer y reconocer las capacidades locales para atender a cada región.

La FIP seguirá buscando acompañar el desarrollo de la política de seguridad y convivencia ciudadana, por medio de la articulación con los ministerios de Justicia, Interior, el Departamento Nacional de Planeación y diferentes miradas de expertos, para dinamizar este proceso de política pública, aseveró. “Nuestras propuestas le apuntan a ir más allá de los qué de los problemas y enfatizar en los cómo, con la ciudadanía en el centro. Esto significa pasar de una defensa institucional a una defensa de los derechos de la ciudadanía”, puntualizó María Acosta, investigadora de la FIP.