Pareciera curioso que en un mundo con tendencia secular se destacara electoralmente un candidato católico provida que resultó ganador en la pasada contienda electoral, pasando a la segunda ronda con el 28%. José Antonio Kast un experimentado político y abogado de origen alemán, con 55 años, padre de 9 hijos, político y fundador del Partido Republicano, que en la pasada contienda electoral también participó, disputará el próximo 19 de diciembre la presidencia de la república de Chile con el contendor izquierdista Gabriel Boric, de 35 años.
Lo interesante de esta posibilidad de triunfo de este candidato es que en el mundo actual caracterizado por las posiciones llamadas “progresistas” de marcado corte populista, un defensor de la vida, la familia y los valores cristianos, se revele como la primera opción a la presidencia de Chile, donde este socialcristiano pueda ofrecer al maduro pueblo chileno una opción de gobierno diferente a las tendencias que se observan en Latinoamérica, provenientes de ideas de izquierda que han sido un modelo de atraso, pobreza, antidemocracia y fracaso en el continente.
Siendo Kast un acérrimo defensor de la vida, la familia, la libre empresa, la propiedad privada, la democracia y la institucionalidad, podrá dar un avance económico, social y político a Chile y un ejemplo a los países latinoamericanos para que se proyecten hacia buenos gobiernos que ofrezcan seguridad, bienestar y estabilidad a las naciones, más aún en un mundo que tiende a la interrelación entre economía y cultura.
La característica de ser un catolico comprometido, que reza todas las noches antes de dormir, hace que se entienda que sus actos deben ser colocados a Dios y eso habla bien de una persona, lo que no significa que quien no tenga esa practica obre de mala manera, pero si es significativo el hecho de hacerlo y confesarlo. En fin, este candidato y probable nuevo presidente chileno, de alcanzar el triunfo el 19 de diciembre, marcará un hito en el continente reforzando la democracia y dando ejemplo de madurez política a las naciones que lo conforman.
Colombia el año entrante definirá los próximos cuatro años de gobierno (2022-2026) y como están las cosas, se va a presentar una situación muy similar a la de Chile, donde un candidato populista de la extrema izquierda se va enfrentar con el candidato de la derecha y centro derecha que resulte de las consultas interpartidarias y coaliciones que se están moviendo en el ámbito político colombiano.
Esperamos que Chile, en su sensatez y conciencia, entienda que las promesas populistas son un cáncer para las naciones, que elijan a Kast como nuevo presidente para estabilidad y avance de ese país, que ya ha sufrido bastante con anteriores experiencias demagogas que les ha traído atraso y desolación. Buenos gobiernos y maduros son garantía democrática para que nuestro continente progrese económica y socialmente, evitando esas migraciones masivas producto de regímenes totalitarios como Venezuela y Nicaragua sumidos en la pobreza y desespero.