Los Biden vuelven a la mira republicana en la Cámara | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Lunes, 21 de Noviembre de 2022
Redacción internacional

INDEPENDIENTEMENTE de la investigación que desde hace cinco años le realiza la justicia por delitos fiscales y falsa declaración para comprar un arma, Hunter Biden y el presidente estadounidense volverán a estar bajo el escrutinio político de los republicanos en el Congreso por el usufructo comercial que logró el primero aprovechándose de la influencia de su padre cuando fungía como vicepresidente, y del segundo, por sus políticas gubernamentales.

La retoma conservadora de la Cámara de Representantes, resultado de las recientes elecciones de medio término, no sólo dificultará la gobernabilidad del mandatario demócrata, sino que vuelve a priorizar en la agenda legislativa los pasados negocios de Hunter Biden, así el aprovechamiento que otros miembros del entorno familiar hicieran del peso político del hoy mandatario, lo que a mediados del año pasado llegó a ser calificado por algunos medios de comunicación estadounidense como “Biden Inc”.

Los republicanos alcanzaron el jueves, sin concluir el escrutinio, las 218 bancas de esa cámara baja, quitando la mayoría a los demócratas que sumaban 213, lo que de inmediato modificó tanto el juego como el control político, ya que desde la oposición tuvieron que contemplar impotentes las acusaciones e investigaciones contra su líder, el expresidente Donald Trump, quien acaba de oficializar su tercera candidatura presidencial y enfrenta dos indagaciones penales que, por decisión del Departamento de Justicia este viernes, las supervisará un fiscal independiente, Jack Smith.

Es así como la agenda del Comité de Investigación de la Cámara de Representantes abrirá investigaciones contra el presidente Biden, que van desde haber tenido conocimiento y/o permitido años atrás que su hijo Hunter monetizara sus conexiones políticas y la injerencia rusa en las presidenciales del 2016 hasta el improvisado retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán, el aumento de la inmigración ilegal y el manejo de la pandemia de covid-19.

Así estarán bajo su escrutinio el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y Anthony Fauci, exasesor médico sanitario del actual gobierno, y el consejero especial Robert Mueller, quien denunció una red de contactos entre la campaña de Trump y agentes de Moscú.

"El Dr. Fauci fue advertido por los principales científicos desde un inicio de que el virus parecía genéticamente manipulado y probablemente filtrado desde un laboratorio de Wuhan…Pese a estos hechos, descartó esas ideas en público como teorías de conspiración", aseguró en un comunicado el republicano James Comer, que espera dirigir el comité de investigación a partir del 3 de enero.

Y aunque por ahora descartan las crecientes voces que abogan por iniciar un proceso de destitución del presidente Biden, que este domingo festeja sus 80 años de edad y evalúa una candidatura a la reelección, han prometido "realizar una rigurosa supervisión para frenar los abusos de poder y la corrupción gubernamental”.

Pero, sin duda y no con ánimo revanchista como lo han calificado analistas y medios de comunicación norteamericana de izquierda, el ojo escrutador de los parlamentarios conservadores se centrará sobre Hunter Biden, cuyos negocios son investigados por el FBI que tras cinco años encontró evidencias de delitos fiscales y falsa declaración para comprar un arma de fuego.

En estos dos casos se está a la espera que el fiscal federal de Delaware, la patria chica de la familia presidencial, determine si presenta cargos contra el abogado, financista y lobista de 52 años, quién en reiteradas ocasiones ha dicho que no actuó mal en ninguna de sus actividades comerciales, aunque admitió que pudo haber violado la ley federal en el segundo de ellos ya que lo hizo cuando aún tenía problemas de drogadicción, una de las prohibiciones legales.

Ese incidente data de 2018, cuando el arma de fuego de su propiedad fue arrojada por su entonces novia a un contenedor de basura en Wilmington y encontrada por la policía.



¿Sabía el ‘Gran Tipo’?

Las investigaciones contra el Hunter que, como señalamos, van desde sus negocios y algunas mentiras hasta presunta corrupción y lavado de dinero, se prolongaron el tiempo por factores como la pandemia del covid-19, la campaña presidencial del 2020 y el control demócrata del Congreso en los dos primeros años de Joe Biden en la Casa Blanca.

Hunter Biden, hoy con 52 años, se convirtió en centro de la polémica bipartidista desde hace varios años cuando entró en el consejo de administración de la empresa ucraniana Burisma, ganando más de 50.000 dólares al mes, desde 2014 hasta 2019, el mismo período en que su padre fungió como vicepresidente de Barack Obama. Esa gran productora de gas estaba registrada en Chipre (paraíso fiscal) y tenía muy mala reputación.

En esa época, Burisma anunció que Hunter Biden se encargaría de representar a la compañía ante las organizaciones internacionales, sin dar más detalles. Años después el mismo explicó que su contratación estuvo relacionada con la anexión de Crimea por parte de Rusia y su supuesto apoyo a los rebeldes del este de Ucrania

Nada de ello sería sospechoso o irregular, salvo por la ‘coincidencia’ de que su padre, el vicepresidente de Estados Unidos era el encargado por el presidente Obama para manejar los asuntos de Ucrania. ¿Tráfico de influencias? ¿Conflicto de intereses? o ¿Un cargo bien pago y sin funciones definidas por sólo llevar el apellido Biden?

Una o todas pueden ser las respuestas, máxime cuando Hunter confirmó a comienzos de este año las acusaciones de los republicanos en el sentido de que se benefició del nombre y posición gubernamental de su padre en ese entonces. “Fui reclutado por Burisma probablemente porque vieron “mi nombre como oro”.

Aquí vale destacar dos hechos: primero que Burisma es propiedad del empresario Mykola Zlochevski, que más tarde se convirtió en diputado del prorruso Partido de las Regiones. Entre 2010 y 2012, Zlotchevski fue ministro de Medio Ambiente del presidente prorruso Viktor Yanukóvich, quien luego fue derrocado, cambiando radicalmente la situación en Ucrania. Así, llegaron dirigentes proeuropeos que abrieron investigaciones contra esos exlíderes por corrupción y blanqueo.  Segundo, que en abril de 2014, cuando Hunter Biden entró a la mencionada empresa, Londres bloqueó 23 millones de euros en las cuentas de Zlotchevski en el país, mientras que el entonces vicepresidente Biden pidió a las autoridades ucranianas destituir al fiscal general encargado de las indagaciones.  Según el entonces candidato presidencial Donald Trump, el real motivo de tal solicitud no era otro que proteger a su hijo.

Con la presidencial en ciernes (2016), el equipo republicano liderado por Trump buscó en Ucrania información que pudiera evidenciar ese tráfico de influencias de su rival, Biden.  Y ello llevó a que el conservador, ya convertido en presidente, fuera objeto de un juicio político en el Congreso, que superó.

A raíz de ello comenzaron a conocerse más denuncias sobre las relaciones comerciales de Hunter, primero con una mujer rusa de buenos contactos, así como con un fondo de inversión chino, firmar un millonario contrato de consultaría con la mayor empresa privada de energía de ese país asiático y realizar grandes negocios con compañías mexicanas.

Analistas económicos coincidieron en señalar, en ese entonces, que Hunter no tiene “habilidad para los negocios” pero que supo monetizar el poder y la influencia política de su padre, a quien en muchos correos electrónicos secretos define como “El Gran Tipo” (GB). Es indudable que acompañarlo a sus viajes, conocer personajes y participar en reuniones que inclusive se realizaron en la Casa Blanca abrieron la puerta para que el hijo mayor de Biden ‘monetizara esas conexiones políticas’.

En un artículo del profesor de ciencias políticas de la universidad de Chicago, Charles Lipson publicado meses atrás en Realclearpolitics, destaca que en uno de esos e-mails encontrados en un computador de Hunter que él dice ‘misteriosamente desapareció’ y que tras ser recuperado por agentes federales se pudo restablecer su contenido, “una nota establecía se dividiría el lucro de otro negocio, con el 'Gran Tipo' como socio silencioso. Un socio de ese negocio, Tony Bobulinski, ha declarado públicamente que todos los socios sabían que el BG era Joe Biden”.

Y el articulista va más allá al indicar que ese aprovechamiento del cargo de Biden papá se convirtió en un ‘negocio familiar’ para sacar grandes ganancias. Reseña que Jim y Frank, dos hermanos del líder demócrata, tienen investigaciones abiertas desde 2019 por esas mismas prácticas y, en sus testimonios, develaron los negocios logrados gracias a esas conexiones.

Pero antes de estos procesos contra Hunter, en los cuales aún no está acusado, ni su padre investigado, Lipson recuerda un episodio que ocurrió en la oficina de Biden vicepresidente en la Casa Blanca al igual que la exclusiva de Daily Mail del viaje de padre e hijo en el Air Force 2 a ciudad de México.

Ambos casos de presunto nepotismo datan de 2014 y quedaron registrados en fotografías: el primero, en el despacho del entonces vicepresidente donde aparecen Joe, Carlos Slim y otros empresarios mexicanos al igual que Hunter en una reunión donde se estaban trabajando acuerdos comerciales con el gobierno y, el segundo, el vuelo que realizaron los Biden a la capital mexicana para que Hunter pudiera asistir a las reuniones sobre un acuerdo "gigantesco".

El escrutinio a los negocios de Hunter Biden, que los demócratas han calificado como una ‘obsesión’ de los republicanos volverán a estar en el centro del debate parlamentario desde enero y agitarán, sin duda, la tempranera presidencial del 2024.