Primero Colombia | El Nuevo Siglo
Sábado, 23 de Noviembre de 2019

El presidente Duque antes del paro, sostuvo que la prioridad en cuanto a las exigencias ciudadanas, argumentadas para realizar la protesta nacional, responden a que “el trabajo de Gobierno es humilde e incansable,” y afirmó que primero está Colombia.

Esta defensa de su Gobierno se constituye, de hecho, en responsabilidad para atender la agenda de exigencias, al ajustar la aplicación de medidas reclamadas por sindicatos, educadores, jubilados y planteles públicos y privados.

Lo cierto es que el trabajo incansable no tiene pausas prolongadas, ni motivadas por viajes al exterior. Es ahora, cuando los proyectos para que sean leyes, reclaman tarea directa y quizá personal del mandatario, ante el Congreso.

En ese orden están la Ley de Financiamiento y sus reformas tributarias, ratificó que no habrá reforma laboral, que continuará el sistema pensional y la agencia Colpensiones.

Y no se olvida su compromiso de destinar la disponibilidad de 4 billones y medio de pesos para la educación pública a partir de 2020. Todas estas promesas pesan más que su contenido.

Esta observación convoca el comportamiento gubernamental y de Congreso para resolver si esperas y, con equilibrio de contenidos legislativos, a consideración de senado y cámara de representantes, sin alargues.

Sería deplorable que personas ajenas al desdoblamiento temperamental del manifestante contra muchas personas deba soportarlo como algo normal, porque las leyes no aparecen. Sin duda, los bloqueadores están al servicio del vandalismo.

Además, Colombia no puede convertirse en repetidor satélite de sabotaje con autoría originada en el exterior, según opinión de internacionalistas en el país, quienes prefieren mantener en privacidad su identidad.

El campanazo de violencia registrado en Ecuador, Chile y Bolivia, sumidos en choques por economía alcista, reformas y, corrupción dictatorial, lo muestran según mensaje del Foro de Sao Paulo- Brasil.    

El Foro alienta iniciativas socialistas atribuidas a gobierno y círculos de organización de Brasil, que pregonan vuelco político continental, un ideario de hace no menos 50 años.    

Son formas consolidan delito, al creer que el boicot, rechaza ineficiencia o corrupción de funcionarios e instituciones de un Gobierno. Y es acción criminal, por incendios con bombas para destruir propiedades privadas.

Los lunares en protesta pública no se desconocen, otra cosa es la convocatoria a ciudades y poblaciones, mediante voz a voz a oficinas y comercios, repitiendo que el paro “como sea, tendrá apoyo”; Así justifican bloqueos.

Y no pasa inadvertido el daño que sufre actividad comercial, en principales centros urbanos, porque los sucios y deplorables grafitis, significan costos, tanto como reparación de fachadas, puertas y vitrinas.

No hubo tranquilidad completa y sí choques con manifestantes en principales ciudades. Queda esperar la legión bautizada por el Presidente Duque: Primero Colombia.