De Canciller a Defensa | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Noviembre de 2019

Al excanciller Carlos Holmes Trujillo le tocó asumir una tarea difícil y fue mantener buen clima de la relaciones internacionales ante los problemas internos de Colombia, que repercuten en la opinión internacional, muchos de ellos infundados y tergiversados por la prensa, claramente influenciada por posiciones políticas de izquierda, haciendo perder la objetividad de la información, pero si creando una mala atmosfera al gobierno nacional, tildándolo de flojo y sin rumbo.

Pues bien, el excanciller se paró firme en los escenarios y micrófonos del mundo, haciendo ver las realidades desconocidas en esas latitudes. Por ejemplo, explicar diáfanamente cómo la perversa guerrilla de reincidentes de las Farc, provenientes del proceso de paz y el Eln, viene reclutando niños desde los diez años para empuñar armas en contra de las fuerzas militares y la población civil.

Mostrar al mundo que los rezagos del proceso de paz hacen tanto daño, como lo fue en pleno conflicto, que mientras exista el narcotráfico no habrá paz en la región. Que los cultivos ilícitos con la erradicación manual jamás se acabarán y que la fumigación por aspersión ha sido el método más efectivo para combatir el narcotráfico.

Ahora bien, el excanciller ha tenido absoluta claridad y conocimiento de la manera como actúan los gobiernos de Cuba y Venezuela influyendo malintencionadamente en Colombia, enviando agentes de adoctrinamiento subversivo y financiando actividades violentas en las marchas de protesta social. Pero fue más allá, denunciando al sátrapa de Maduro como un genocida dictador y su régimen miserable.

La creciente e imparable migración venezolana es un gravísimo problema para Colombia, pues más de millón y medio de venezolanos se han quedado y un millón más pasó hacia otros países del continente, afectando los índices de desempleo y proporcionando altísimos costos que pagamos con nuestros impuestos para atender la salud, alimentación y vivienda de los inmigrantes. Sumado a lo anterior, una porción de esta gente son delincuentes que atracan y roban a colombianos que les dan refugio.

Ahora bien, en la otra cara de la moneda, las relaciones internacionales no son únicamente para explicar los malos aspectos del país, sino para mejorar el intercambio con las naciones del mundo, mostrar la buena fase de Colombia que ofrece enormes posibilidades de negocios. Tuve la oportunidad de escuchar al excanciller ante empresarios y organismos internacionales haciendo brillantes y motivadoras intervenciones, arrojando oportunidades de negocios en exportaciones y turismo, ofreciendo garantías de seguridad con excelente infraestructura que soporta destinos atractivos al mercado turístico internacional.

Colombia es un país de contrastes, si bien la opinión mundial nos tilda de violento e inseguro, las buenas gestiones de las misiones diplomáticas ante los gobiernos extranjeros y la prensa internacional, explican el fenómeno de ser una nación de doble cara: una de conflicto y otra de belleza y oportunidades, con gobiernos estables, una democracia sólida, respeto por los derechos humanos aunque los agentes de izquierda populista tratan de desprestigiar malévolamente a un gobierno sano y respetuoso como el del Presidente Duque.

Debo hacer un reconocimiento al excanciller Carlos Holmes Trujillo por su magnífica gestión y lo hago como periodista, político y empresario que soy, estando convencido que la nueva misión de defensa nacional será un reto, pero con su experiencia y compromiso le brindará seguridad al país en estos difíciles momentos. Veo en él una figura de peso como el mejor ministro del actual gobierno.

arangodiego@hotmail.com