El piloto a su timón | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Noviembre de 2018

Al margen de las encuestas que establecieron pérdida de credibilidad sobre el presidente Duque, también en plaza pública el criterio del ciudadano del común, ratifica que los últimos días de noviembre, bastaron para su bajón.

Es cierto que un presidente no gobierna para las encuestas, sin embargo, si se trasluce igual opinión en la calle, se confirma que el fenómeno se convierte en espejo.

Positiva y oportuna la ofensiva, anunciada por el jefe de Estado, al anticipar que la Ley de Financiamiento saldrá adelante, “con unos cuantos ajustes, con Iva, pero no para toda la canasta,” Dijo: “No estoy cerrado a la banda, voy a remangarme, para superar el conflicto”.

La lentitud administrativa de la Nación y la debatitis del Congreso, sin decisiones, son tropiezos que generan desconfianza, frente a cambios urgentes en el país.

La cadena de paros, marchas estudiantiles y desorden público, crecida durante tres semanas, con dupleta de disturbios en cada una, no puede tener repetición, sino diálogo, mostrando evidencias de las disposiciones de dinero y su giro a educación pública.

Ahora la expectativa es el informe del Dane sobre incremento económico en tercer trimestre de año, con índice de 2,7 por ciento, que puede generar combustible financiero de manera oportuna.

El repunte obedece a aumentos en generación de recursos de 12 sectores   incluidos administración pública, minería, petróleo, construcción, actividad inmobiliaria, turismo y hotelería.

Planeación Nacional y Fedesarrollo celebraron la sonrisa del mencionado trimestre; Los gremios empresariales no vacilan en destacar que el incremento cayó del cielo, para las necesidades en finanzas de la Nación.

Es otro reto para el presidente Duque y su equipo, si se tiene en cuenta que  se traducirá como inyección financiera, según analistas económicos, en algo más de $10 billones, si se administran con guantes de seda.

El manejo exige máxima atención para por fin fortalecer salud, con plataforma firme, y cumplir los dineros  prometidos para las universidades públicas y  Plan Nacional de Desarrollo, con beneficios regionales.

La agenda presidencial está ceñida de obligaciones; le recuerda, no alejarse del tablero de mando en la nave que significa gobernar con equipos eficientes del gabinete.

Un país con crítica, análisis y sugerencias al desarrollo y formación de cultura ciudadana, todavía se puede esperar, sin perder de vista, la inaplazable derrota a los armados Eln, que tienen asalto y, no ideal de ningún orden.

Con ojos de imparcialidad, habrá que ver la gestión del presidente Duque a partir de 2.019, con su talante joven, convocante y de dialogo en las regiones; Lo esperado: el cumplimiento a lo prometido en sus visitas. 

Un presidente, es un piloto al timón, en pleno vuelo, sin despegarse de su silla.