Debilidades y fortalezas | El Nuevo Siglo
Viernes, 16 de Noviembre de 2018

A cada día le basta su afán”. Qué confortante es sentirnos en manos de Dios, aceptar con plena confianza lo que Él nos depare. A lo largo de los días vamos experimentando nuevas debilidades y nuevas fortalezas, terminando siempre de este lado, pues, así estemos débiles, “más fuertes” somos, como decía S. Pablo (II Cor. 2,12). He estado delicado de salud pero me he sentido en manos de Dios y compartiendo mis dolencias y limitaciones en unidad de oración, uniendo todo a la generosa ofrenda  de los padecimientos de Cristo por la purificación de las propias faltas y las de la humanidad entera. Agradezco al Señor tantos cuidados y atenciones, fruto de generosa amistad y caridad.    

Ha sido ocasión de compartir con decenas de dolientes que acuden pacientes en busca de atención  debida  a “urgencias en las clínicas, en donde como en la Méridi, son atendidos, poco a poco, con  diligencia. De ordinario hay muchas quejas, pero, en general, es de anotar que, según cuanto percibí, son  bien atendidos la mayor parte. Médicos, enfermeras, voluntarios y voluntarias de distintas organizaciones, van prestando, con responsabilidad y cariño, su atención a los pacientes, que, en la mayor parte salen agradecidos. Anoto todo esto en justicia, como algo confortante, en un país que necesita de estas noticias positivas, que den optimismo a una nación, en momentos afligida por  tantas noticias negativas, que son las que se pregonan.

Con relación a la salud son tantos los reclamos, lamentablemente, muchos los abusos con lo recaudado y destinado para ella, pero, de otra parte, hay que tener en cuenta la gran cantidad de dolientes y los ingentes gastos que su atención reclama de las diversas entidades públicas o privadas. Incesantes son los reclamos para la educación, y está bien que se los atienda, pero que se tenga en cuenta que es solo una de las necesidades a las cuales responder, son  tantos los profesores y estudiantes que hacen sentir su reclamo.  Al lado de esas voces, y que las tengan en cuenta, están también, y muy urgentes, las relacionadas con la salud, con el sector agrícola, con las vías de acceso a lugares apartados, la debida administración de justicia, a todas las cuales debe atender un buen Gobierno, con equilibrados presupuestos, que nunca alcanzarán a dar plena respuesta.

En medio de temas de tanta transcendencia, como aquellos que he aludido en columnas anteriores, he creído oportuno este comentario de sencilla y sincera acción de gracias a Dios y a tantas personas amigas que nos acompañan en momentos de débil salud, todo lo cual se torna en fortaleza a la luz de la fe. También dan voces de reconocimiento a lo positivo que hay en la atención hospitalaria de parte de los enfermeros, y a la cristiana solidaridad, al mismo tiempo el llamado al justo equilibrio en la respuesta a todos los frentes que urge atender. Insistir con insistencia, pero teniendo en cuenta que no es solo un frente sino tantos a los cuales no logrará atender, plenamente, un Gobierno sino con la comprensión y solidaridad de toda la Nación. 

*Obispo Emérito de Garzón

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