Cipselas en el viento | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Noviembre de 2018

A las puertas del día universal de Acción de Gracias, nada mejor que rendir tributo a nuestra autoridad superior con versos, loas y laudatorios.

Para conservarnos siempre faustos y servidores de la causa mayor, la poesía pasa a ser el mejor antídoto contra quienes, ahogándose en su propia bilis, pretenden causarte daño.

Remedio contra envites y embatadas, un poema puede ser el bálsamo excitante que invita al regocijo, la trapatiesta, el jolgorio y la pasión sublime.

En pocas palabras, la poesía pasa ser fiel compañera de la memoria, la verdad y la dignidad, así como la mejor herramienta para transformar en práctica cotidiana el mandato bíblico de “vencer al mal...con el bien”.

Por eso, a los textos propios de la ciencia política, la conflictología y las relaciones internacionales, este servidor ha querido sumar ahora una novela (“Volver a Verte”) y un poemario (“Cipselas en el Viento”), ambos con el sello editorial Ibáñez, en su colección Textos Cautivos.

“ ... Me vas a llevar contigo,

poesía,

para que no decaiga,

ni tropiece,

ni se entregue demasiado

pronto 

tu voluntad de irte.

 

...La única verdad perfecta

que yo he conocido

en medio del combate,

en el diluvio,

en los aludes que

arrasaron las conciencias

es la que tú me has enseñado.

 

...Recuerdo el suave

vaivén de los 

buques de guerra,

tu llanto avergonzado

por haber vivido

sin haber querido.

 

...Y si algún día

a mí también se me acabaran

las palabras

y pronunciarlas ya no pueda

y mi mente, de ellas

para siempre se despida,

dame la voz,

esa voz con la que 

tanto me has amado”