La disponibilidad y el uso de la cocaína en Estados Unidos se han recuperado en gran parte debido a los aumentos significativos en el cultivo de coca y la producción de este alucinógeno en Colombia.
El 93% de polvo consumido proviene de este país. Así lo establece el informe “Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas de 2018” (National Survey on Drug Use and Health, NSDUH), que fue dado a conocer ayer por la DEA (Administración para el Control de Drogas) de esa nación. Esta noticia se presentó paralela al anuncio que el presidente Donald Trump canceló su visita a Bogotá, programada para el próximo 2 de diciembre, por problemas de agenda.
También el informe de la DEA se conoce después de que esta semana la ministra de Justicia, Gloria Borrero, señalara que tienen lista una nueva política antidroga, que esperan en el transcurso de los próximos 15 días presentar al Consejo Nacional de Estupefacientes para su aprobación.
El informe de la DEA con fecha de corte 2017 indica, que “el control mayoritario de las TCO (organizaciones criminales transnacionales) colombianas sobre la producción y el suministro de cocaína a los TCO mexicanos permite a las TCO colombianas mantener una influencia indirecta en los mercados de drogas de los Estados Unidos. Las TCO colombianas más pequeñas aún suministran directamente cantidades al por mayor de cocaína y heroína a los mercados de drogas del noreste y la costa este”.
El documento indica que la disponibilidad y el uso de cocaína en los Estados Unidos continuaron aumentando entre 2016 y 2017. “El aumento de los niveles de disponibilidad y la disminución simultánea de los precios internos probablemente impulsarán esta tendencia en el corto plazo. Los niveles récord de cultivo de coca y la producción de cocaína en Colombia, la principal fuente de este estupefaciente incautada y probada en los Estados Unidos, ha ampliado su mercado, lo que ha incrementado el abuso doméstico”.
Agrega la DEA en su informe que el aumento continuo en el cultivo y la producción en Colombia probablemente se traduzca en una mayor disponibilidad doméstica, precios domésticos reducidos y, junto con la continua epidemia de opioides, más muertes por sobredosis de cocaína en 2018 en Estados Unidos.
Dice también que “Colombia sigue siendo la fuente principal de la mayoría de la cocaína incautada y probada en los Estados Unidos. Según el programa de firma de cocaína de la DEA, en 2017, aproximadamente el 93% de las muestras de cocaína analizadas eran de origen colombiano, el 4% era de origen peruano y el 3% era de origen desconocido”.
Añade que desde 2007, “la producción de cocaína colombiana y la pureza promedio anual de cocaína en los Estados Unidos han tenido una correlación moderadamente fuerte. Sin embargo, la relación entre el precio minorista de la cocaína en los Estados Unidos y la producción de cocaína en Colombia es débil”.
Consumidores
El informe de la DEA explica que entre los consumidores regulares en Estados Unidos se puede hacer una amplia distinción entre los usuarios más socialmente integrados, que a menudo aspiran cocaína en polvo (clorhidrato de cocaína), y los usuarios más marginados, que se inyectan cocaína o crack de cocaína (base de cocaína/cocaína crack).
Según el NSDUH de 2016, se calculó que 1,9 millones de personas de 12 años o más eran usuarios de cocaína (lo que significa que habían consumido la droga en el último mes). Esta estimación incluye el uso tanto de cocaína en polvo como de crack. En 2016, se estimó que había 432.000 usuarios de crack. Estos datos indican que aproximadamente el 0,7% de la población de 12 años o más eran usuarios de cocaína y el 0,2% eran usuarios de crack.
Producción
El documento de la DEA señala que la producción potencial de cocaína pura en Colombia ha aumentado un 19% entre 2016 y 2017, de 772 toneladas métricas a 921 toneladas métricas. “Desde 2012, la producción de cocaína se ha más que cuadruplicado y las estimaciones de producción actuales se encuentran en los niveles más altos registrados desde al menos 2007”, dice.
Según las estimaciones de 2017, el cultivo de coca en Colombia aumentó 11% en 2017, de 188.000 hectáreas en 2016 a 209.000 hectáreas, estableciendo un nuevo récord por segundo año consecutivo.
Añade que “debido a los aumentos en el cultivo, la posible producción pura y la maduración de los campos de coca, la cantidad de cocaína de calidad para exportación disponible para el tráfico aumentó, así como la cantidad de cocaína que probablemente llegue a los Estados Unidos. El cultivo se ha incrementado por una variedad de factores, que incluyen disminuciones en la erradicación aérea y manual”.
Organizaciones criminales
La DEA señala en su informe que las organizaciones de narcotraficantes colombianos “continúan impactando el mercado de drogas ilícitas de los Estados Unidos, aunque en menor medida que en los años 80 y 90”.
Agrega que los colombianos “dependen de una asociación de trabajo con las TCO mexicanas para exportar cocaína desde Colombia a los mercados de los Estados Unidos”.
Añade que en 2017, el narcotráfico colombiano estuvo dominado por organizaciones criminales armadas denominadas GAO, además de facciones disidentes de las Farc, las cuales asegura, “están actualmente aliadas y trabajan en asociación”.
El informe indica que el Clan del Golfo se ha convertido en la GAO más grande de Colombia. “Aunque mantiene un alcance nacional, la base de poder del Clan del Golfo se encuentra en su región natal de Urabá… desde esta ubicación estratégica, el Clan del Golfo envía cantidades de cocaína de varias toneladas a través de medios de transporte marítimo a las cercanías de Panamá y otros países de América Central de forma regular”.
Preocupación por la crecida de los cultivos de coca en Colombia es una de las mayores preocupaciones expresadas en el reporte anual de control de drogas de la DEA.
Dentro del informe se explica que el 93% de la droga que se incauta en Estados Unidos proviene de Colombia, siendo de lejos el mayor proveedor de droga de ese país. En la lista continúa Perú con el 4% y el 3% es de origen desconocido.
Origen de muestras de cocaína incautada en EU, 2017
Fuente: DEA