Acuerdos de la COP27: "históricos" pero también "insuficientes" | El Nuevo Siglo
El ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, encabezó la sesión de clausura de la conferencia climática COP27.
AFP
Domingo, 20 de Noviembre de 2022
Redacción internacional

Durante las últimas semanas los líderes mundiales se reunieron en torno a un tema clave para el planeta: el cambio climático, la principal amenaza que enfrenta en estos momentos la humanidad.

Así, en el marco de la conferencia de la Organización de Naciones Unidos sobre el cambio climático (COP27), celebrada en el balneario egipcio de Sharm el Sheij, que concluyó ayer, se adoptaron dos decisiones: una relativa a un fondo para asumir las pérdidas y los daños que sufren los países más vulnerables al cambio climático, y otra orientada a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La primera de ellas fue una declaración final, y la segunda, una resolución.

Ahora, aunque estos son avances sustanciales, también hubo críticas por la falta de ambición para limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a los niveles preindustriales.

  1. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

La declaratoria para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero "subraya la necesidad urgente de reducciones inmediatas, profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático”.

Más en específico, se reafirmó el objetivo del Acuerdo de París, declarado en el 2015, de contener el aumento de la temperatura media claramente por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y de mantener los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C.

Igualmente, reiteró que los impactos del cambio climático serán mucho más atenuados con un aumento de 1,5 °C frente a 2 °C, y por tal motivo decidió continuar con los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C.

Y con relación al uso de la energía, la declaratoria hizo un llamado a suprimir "las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles", y pidió "acelerar las transiciones limpias y justas hacia las energías renovables".

Frente a esta transición, numerosos países habían pedido que se mencionara una salida progresiva del uso del petróleo y el gas, y no solo lo que quedó establecido, de reducir las subvenciones ineficaces.

Una decisión insuficiente

Por tal motivo, el secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó que la COP27 no optara por una formulación más fuerte que proclamara la necesidad de reducir drásticamente las emisiones.

"Claramente este compromiso no será suficiente. Para tener alguna esperanza de mantener el 1,5, necesitamos invertir masivamente en energías renovables y acabar con nuestra adicción a los combustibles fósiles", indicó.

También expresó su protesta el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, quien dijo que “el mundo nos está mirando, y no nos perdonará si fallamos nuevamente en prevenir lo peor. Lo que tenemos ante nosotros no es suficiente. No aporta los esfuerzos añadidos necesarios para que los principales emisores aumenten y aceleren sus recortes de emisiones", precisó.

Y la ministra del Medioambiente de Maldivas, Aminath Shauna, se declaró descorazonada. "Quiero seguir viviendo en las Maldivas. También quiero que mi hija de dos años crezca en las Maldivas”.

“Estamos a solo un metro por encima del nivel del mar. Cada fracción de grado de aumento de la temperatura y cada milímetro de subida del nivel del mar amenazan nuestra existencia. Hemos dejado claro durante las dos últimas semanas que la ambición de mitigación (reducir las emisiones) era una piedra angular de nuestros resultados aquí en la COP27. Estoy descorazonada porque no lo hemos conseguido", precisó.



  1. El fondo de pérdidas y daños

Y el otro avance, que sí fue ampliamente celebrado, pues era un reclamo que llevaba 30 años sin poderse materializar, fue el fondo para subsanar los daños y las pérdidas producidas precisamente por el calentamiento global.

Este, vale referirlo, fue el asunto más difícil de colocar en la agenda de la conferencia del clima, pero al cabo de dos semanas de duras negociaciones se convirtió en un logro histórico para los países más vulnerables.

En medio de una salva de aplausos, el fondo fue el primer punto aprobado la madrugada de ayer, al inicio de la sesión plenaria convocada para cerrar la COP27.

"Este fondo era una vieja deuda, así que hoy es un día de justicia para miles de millones de personas que han sido víctimas de la crisis climática", dijo Óscar Soria, de la plataforma activista Avaaz, para quien "se ha hecho historia en Sharm el Sheij".

"Este es un resultado muy positivo para 1.300 millones de africanos", precisó por su parte Collins Nzovu, ministro de Medio Ambiente de Zambia.

El concepto de pérdidas y daños se refiere a lo económico, alusivo al saneamiento de casas y puentes devastados por riadas y cultivos destruidos por la sequía, pero también a lo "no económico", como la pérdida de culturas, las migraciones forzadas y el aumento del nivel de los océanos, que le come terreno a los estados insulares.

Los países pobres y en desarrollo han pedido desde hace tres décadas la instauración de ese fondo, y en esta COP27 hicieron bloque en el G77, que aglutina a 134 naciones y cuenta con el apoyo de China.

El argumento de este fondo se basó en el hecho de que, históricamente, estos países apenas han contribuido al calentamiento global, pero al mismo tiempo sufren más las consecuencias de unos efectos climáticos extremos cuya intensidad y frecuencia aumentaron, según la comunidad científica, a causa del cambio climático.

Precisamente este 2022 vino cargado de desastres, con las inundaciones en Pakistán, que dejaron 33 millones de damnificados, o la sequía en Somalia, sinónimo de una gigantesca amenaza de hambruna.

Un duro tira y afloja

Desde el inicio de la negociación hace dos semanas, los países más desarrollados, con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza, se mostraron muy reticentes a la creación de ese fondo, y las objeciones duraron hasta el último minuto. En los pasillos, los europeos insistían en que preferían utilizar mejor los mecanismos ya existentes, mientras que Estados Unidos, el mayor causante histórico del calentamiento global, se mantuvo en segunda línea.

Por su parte, desde Túnez, donde se encontraba de visita, el presidente francés Emmanuel Macron arremetió el sábado contra la idea del fondo. "En cuanto hay un problema, se crean fondos", pero "¿cómo se va a manejar? ¿Quién va a poner el dinero?", se preguntó.

El gran temor de las naciones más desarrolladas era dar pie a un nuevo paradigma jurídico por el que los países pobres pudieran, a futuro, denunciarlos ante los tribunales y pedirles compensaciones. Pero finalmente, el asunto entró en la agenda de la COP el día de apertura, el 6 de noviembre.

"La gente pierde sus casas, sus granjas y sus ingresos, y el sistema actual de ayuda humanitaria exterior no era suficiente. Así que teníamos que hacer algo muy diferente y muy novedoso", explica Harjeet Singh, de la red de oenegés Climate Action Network.

Cómo funcionará

Este mecanismo confiará a un comité de transición formado por 24 países, entre ellos tres de América Latina y el Caribe, la elaboración de una serie de recomendaciones sobre el funcionamiento y la financiación del fondo. Todo ello con vistas a una adopción en la COP28 a fines de 2023 en Dubái, y no en el año 2024, como era el plazo inicial.

Entre las pistas establecidas figura la de hacer participar al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional para que aporten "soluciones de financiación". El texto no explicita la opción de condonar deuda, que había pedido Colombia enérgicamente.

Las cantidades estimadas en cuanto a pérdidas y daños son astronómicas y muy variables. El Instituto Grantham las cifra entre 290 mil y 580 mil millones de dólares anuales en 2030. 

La gran cuestión ahora es quién alimentará este fondo, y qué ocurrirá con China, la segunda economía mundial y el primer emisor planetario de gases de efecto invernadero. Sin embargo, China se aferra al estatus de país en desarrollo que se le otorgó en 1992.

El enviado chino para el clima, Xie Zhenhua, dio su visto bueno afirmando que el fondo debe beneficiar "en primer lugar a los países frágiles", aunque antes del fin de la negociación estimó que la contribución económica de las naciones en desarrollo debe ser voluntaria.