Economía, eje del G20 | El Nuevo Siglo
Domingo, 13 de Noviembre de 2022

* Lupa a coletazo de guerra en Ucrania y recesión

* Cambio climático gana espacio a pulso geopolítico

 

 

Una vez más las veinte principales economías del mundo se reúnen. Aunque algunos analistas sostienen que el G20 año tras año viene dejando de ser el otrora escenario de acuerdos y decisiones clave, para convertirse en una instancia en que se reafirma la contradicción de las potencias y sus pulsos insalvables, lo cierto es que las dos decenas de gobiernos que se dan cita desde hoy en Bali tienen un peso específico en lo político, económico y social superlativo, al punto que representan más del 80% del PIB mundial, el 75% del comercio internacional, dos tercios de la población global y la mayoría accionaria de los entes de banca multilateral. De igual manera, del bloque hacen parte las principales potencias militares del planeta, así como las naciones que tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas…

Como se ve, el G20 es una cumbre trascendental, sobre todo porque la delicada coyuntura obliga a que se pongan sobre la mesa los temas más complicados para la economía, al igual que la estabilidad y paz mundiales.

Con la guerra en Ucrania a punto de entrar en su noveno mes y las alertas prendidas en todo el planeta por el riesgo de una recesión global, es claro que el económico será el principal tema de análisis, más ahora que el invierno en el hemisferio norte está a punto de empezar, lo que aumentará la demanda de energía en momentos en que, de un lado, el mercado de hidrocarburos y el gas continúa impactado por el coletazo del conflicto entre Moscú y Kiev, y, de otro, la inflación se convirtió en una especie de ‘pandemia’ que afecta en todas las latitudes y tiene a más de un gobierno contra la pared.

Aunque algunos observadores advierten que es poco lo que se debe esperar de esta cumbre en Indonesia, ya que sería muy difícil alinear los intereses particulares -y varios de ellos abiertamente contradictorios- de estas dos decenas de economías, si algo dejó en claro la situación pandémica, así como la actual ola de carestía global y el riesgo cercano de una nueva recesión mundial es que las potencias tienen un blindaje cada vez menor ante las crisis planetarias. Por más que dispongan de músculo financiero y un menú de herramientas más amplio y efectivo que el de países con economías emergentes o débiles, el margen de eficacia de estas políticas es limitado dada la globalización de los sistemas productivos y la interacción inesquivable de las cadenas trasnacionales de comercio, materias primas y con valor agregado, logística, negocios, finanzas, importaciones y exportaciones.  

A la par del flanco económico, hay otros asuntos centrales en la cumbre del G20. Por ejemplo, si bien el presidente ruso Vladimir Putin no asiste a Bali y derivó su vocería allí en el canciller Serguéi Lavrov, es seguro que las presiones al Kremlin para cesar la invasión y destrucción en Ucrania estarán a la orden del día. Sin embargo, siendo cada vez más obvio que la estrategia de ‘guerra’ económica contra Moscú no ha dado los resultados esperados para forzarlo a retroceder, hay algunas potencias que consideran que debe variarse la modalidad de presión.

También es evidente que en Indonesia los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y el chino, Xi Jinping, que hoy incluso tendrán una cumbre bilateral, tratarán de recalcar sus posturas económicas, políticas y militares, sobre todo en medio de la alta tensión de los meses recientes.

A lo anterior habrá que sumar la posibilidad de que se fije un cronograma y tablero de compromisos más concreto en cuanto a la financiación de las grandes potencias para combatir el cambio climático (que debería ascender a 100 mil millones de dólares al año), sobre todo para ayudar a los países más pobres y vulnerables, que fue una de las peticiones reiteradas en la COP27 que se realiza en Egipto.

El lanzamiento de misiles norcoreanos, las amenazas que penden sobre Taiwán, los rezagos de la pandemia del covid-19, el problema migratorio en las fronteras europeas y otras problemáticas subregionales y continentales de coyuntura, también serán analizadas dadas sus graves implicaciones en varios flancos.

Habrá que esperar lo que sale de esta nueva cumbre del G20. El optimismo sobre acuerdos de alto calado y decisiones que ayuden a desactivar distintas crisis, no es mayor. Sin embargo, los presidentes, jefes de gobierno y demás representantes de la veintena de naciones han dicho que la idea es avanzar en temas concretos y dar soluciones para el aquí y el ahora. Las conclusiones dirán qué óptica resultó más acertada.