Banderazo a campaña parlamentaria | El Nuevo Siglo
Sábado, 13 de Noviembre de 2021

Los retos de la contienda por 296 escaños

* Urge fallo sobre reforma a Código Electoral

 

La campaña para las elecciones de Senado y Cámara de Representantes entró ayer en su fase definitiva, al abrirse el plazo para que partidos y movimientos políticos con personería jurídica inscriban sus listas de candidatos. También empezó la cuenta regresiva para la inscripción de los comités promotores de aspirantes de movimientos significativos de ciudadanos, es decir aquello que recolectarán firmas para sustentar sus postulaciones.

Sin lugar a dudas, los próximos comicios parlamentarios tendrán una serie de características tan inéditas como trascendentales. En primer lugar, se prevé una explosión de listas de múltiples espectros políticos producto no solo de las escisiones partidistas y de parlamentarios que se trastearon de colectividad, sino del mencionado alud de candidatos por firmas y la incursión proselitista de las colectividades que recuperaron o adquirieron su personería por cuenta de sendos fallos de la Corte Constitucional. De hecho, el Consejo Nacional Electoral tiene varias peticiones en el mismo sentido que debe resolver en próximas semanas.

A lo anterior debe sumarse que esta campaña marca un récord en cuanto a senadores y representantes a la Cámara en la baraja de precandidatos presidenciales. Aunque algunos ya dieron un paso al costado y otros lo harán próximamente cuando las colectividades escojan sus aspirantes únicos, es evidente que ese fenómeno político impactará la contienda por los 296 escaños en el Legislativo, como ya se ha visto en estos movidos meses de precampaña y rifirrafe diario partidista. Es seguro que una vez las colectividades, movimientos significativos de ciudadanos y nuevas coaliciones confeccionen sus listas definitivas y escojan a sus cabezas de lista, la contienda subirá de temperatura y podría llevar a romper el récord de votación marcado en 2018, cuando se acercó a los 18 millones de sufragios.   

En la misma línea, es claro que la jornada del 13 de marzo será especialmente intensa porque de forma paralela a la escogencia de los congresistas, se dará el pulso electoral entre las coaliciones interpartidistas para seleccionar candidatos únicos a la Casa de Nariño. Tras las lecciones aprendidas de lo ocurrido cuatro años atrás, cuando las consultas fueron determinantes para la pelea por la sucesión en la Jefatura de Estado, en esta ocasión no solo habrá más bloques políticos en competencia sino que su imbricación con la campaña parlamentaria será mayor.

De otro lado, así como en 2018 la novedad fue la escogencia -pese a su ínfima votación- de las diez curules automáticas para los exguerrilleros de las Farc desmovilizados, en marzo de 2002 se elegirán por primera vez 16 escaños en la Cámara para las víctimas del conflicto armado, que provendrán de igual número de pequeñas circunscripciones territoriales. Desde ya hay múltiples alertas sobre los riesgos que asoman en esta elección, que van desde una peligrosa improvisación en la logística electoral y un alto desconocimiento ciudadano sobre el proceso hasta la posibilidad de que candidatos de partidos establecidos o de grupos ilegales traten de colarse…   

De otro lado, aunque la Corte Constitucional no ha emitido el  fallo de revisión previa a la reforma al Código Electoral -aprobada por el Congreso en diciembre pasado-, se espera que lo haga antes  de terminar este mes. Se trata de una norma que impacta de forma sustancial la campaña parlamentaria toda vez que establece, por ejemplo, que las listas de candidatos deben tener paridad de género. De igual manera amplía el horario de votación hasta las cinco de la tarde y ajusta otros aspectos sobre el voto, inscripción de candidatos, censo electoral y mecanismos para revocar inscripción anómala de candidaturas, entre otros temas..

Obviamente el que no se haya producido el fallo de la Corte, pese a las múltiples peticiones para que se acelerara la decisión, plantea un preocupante escenario de inseguridad jurídica e inestabilidad en las reglas del juego electorales a tan solo cuatro meses de las urnas. Un asunto grave.

Pero más allá de todo lo anterior, en donde prima la mecánica y la estrategia electoral, lo más importante del arranque en firme de la campaña parlamentaria es que los partidos y candidatos empiecen a aterrizar ideas y propuestas concretas para superar la más grave crisis de las últimas décadas por cuenta de la pandemia. El país urge un Congreso renovado y determinante, ajeno a los vicios y defectos que lo tienen hoy en el sótano de la impopularidad y la desconfianza. Ese es el reto de aspirantes y ciudadanía en este banderazo proselitista.