Algo está haciendo bien Samanta | El Nuevo Siglo
Sábado, 12 de Noviembre de 2022

Cualquiera que se dé un rápido paseo por la página de Wikipedia del prestigioso Man Booker International, el galardón literario más importante tras el Nobel y el Pulitzer, notará la sorpresiva frecuencia con la que aparece el nombre de la argentina Samanta Schweblin en el listado de candidatos. Tres para ser exacto, una hazaña que únicamente ha conseguido ser emulada, y apenas recientemente, por la consagrada Olga Tokarczuk (Premio Nobel 2018), quien tras ser finalista en la edición 2022 por “The Books of Jacob”, ya acumulaba nominaciones en 2019 por “Sobre los Huesos de los Muertos” y en 2018 por “Los Errantes”, novela con la que finalmente se alzaría como ganadora en aquel año.

Que la única rival que consiga hacerle frente a la potencia de las letras de Schweblin sea alguien como Tokarczuk, quien ya está más allá del bien y del mal en la cumbre de su carrera y cada día se consolida como una auténtica Meryl Streep de los libros, son noticias más que tranquilizadoras para el futuro de la literatura de Argentina y, por añadidura, para el de toda Sudamérica. Sumidos como estamos en la mayor crisis de contendores fuertes para el Nobel de Literatura, que Schweblin despunte en un certamen donde compite mano a mano con titanes como David Grossman, Michel Houellebecq, Ismail Kadare, Yan Lianke o la mismísima Annie Ernaux (Premio Nobel 2022) es un síntoma inequívoco de que algo está haciendo bien Samanta y que su nombre es una apuesta interesante para los próximos 30 años.

“Inquietante” es tal vez el mejor calificativo con el que podríamos definir su literatura, pues ineludiblemente el lector aterrizará en el punto final con una sensación de mal cuerpo que lo habrá venido acompañando a lo largo de toda su lectura. Sin temor a ensuciarse las manos y ser gráfica cuando tiene que serlo (pero no lo suficiente como para rayar en lo gore), Schweblin nos ofrece un repertorio de historias donde la cotidianidad colapsa con episodios manifiestamente absurdos que algunos personajes tratan de normalizar ante el delirio de otros quienes, en medio de su cortocircuito lógico, no consiguen digerir la situación que están presenciando. Aquel colapso de realidades es el componente “mágico” que muchos señalan en su obra, pero que yo identifico más con inequívoco desquiciamiento.

De su catálogo destaco la colección “Pájaros en la Boca y Otros Cuentos”, un compendio surreal que nos permite catar distintas facetas de la misma autora. De allí, el relato que da nombre al libro es simplemente brutal, “La Pesada Valija de Benavides” es bizarro con gusto, “Cabezas Contra el Asfalto” tiene un divertidísimo toque de humor negro, “La Medida de las Cosas” enternece con su vulnerabilidad y “En La Estepa” deja con ganas de una secuela que no necesita. Del resto de su obra, “Distancia de Rescate” es un éxito instantáneo que Netflix no ha dudado en convertir en película onírica y “Kentukis” es una distopía no tan lejana que nos obliga a reflexionar sobre la soledad de nuestro tiempo y los vacíos emocionales que llenamos con la tecnología.

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