Acuerdo sobre lo fundamental, el legado de Álvaro Gómez H. | El Nuevo Siglo
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Lunes, 2 de Noviembre de 2020
Redacción Política

Este lunes,  hace justamente 25 años, la violencia que tanto combatió desde las ideas y el respeto por la diferencia segaron la vida del que para muchos ha sido el más grande estadista, intelectual y humanista del siglo XX en nuestro país: Álvaro Gómez Hurtado.

Los postulados del hombre que propugnó siempre por el desarrollo de la nación, la universalidad de la educación y la defensa férrea de la ley y la familia, cobran más vigencia, en especial cuando muchos de los indicadores de desarrollo muestran que la nación está igual o más estancada que en su momento.

EL NUEVO SIGLO consultó la opinión de tres expertos sobre la vida y obra de Álvaro Gómez para conocer que representó el inmolado dirigente conservador para la política reciente del país, y qué tanto de su legado aún está vigente en la vida nacional de nuestros días.

 

 

“Antes que un político fue un pensador”

Alberto Casas Santamaría

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué significó Álvaro Gómez Hurtado para la historia reciente de Colombia?

ALBERTO CASAS SANTAMARÍA: Álvaro Gómez es muy seguramente la figura más importantes de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI en Colombia, básicamente porque el ejercicio de su actividad política y sus opiniones que dejó plasmadas en libros y en editoriales son lo suficientemente claros para determinar que sus recomendaciones y sus proyecciones de lo que debía hacerse en Colombia eran absolutamente válidas.

Pero la imagen que contenía elementos falsos elaborados por sus enemigos políticos no permitió que se pudieran poner en práctica. De haber llegado a la Presidencia de la República, Colombia sería diferente, por eso su memoria indica que tenía la razón.

Su vida, a pesar de las dificultades que tuvo que enfrentar desde muy joven, casi que desde niño, y además la persecución, el secuestro y el asesinato, lo engrandecieron para terminar convertido en lo que ya es: la figura más importante de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI en Colombia.

ENS: ¿Cuál es el principal aporte que le hizo Álvaro Gómez al quehacer político en Colombia?

ACS: Pues mantener la elegancia y la dignidad de la política que según él se había perdido, y por eso el régimen no le había permitido al país tener una democracia limpia. Lamentablemente su esfuerzo quedó frustrado porque sus enemigos se atravesaron y finalmente el asesinato acabó con la posibilidad de que se hubieran podido rectificar los errores que él advirtió.

ENS: ¿Qué era el acuerdo sobre lo fundamental que preconizaba Gómez Hurtado?

ACS: Pues las cosas que le permitían al país evitar la violencia. El acuerdo sobre lo fundamental era un mecanismo para señalar esos puntos que le permitirían al país dedicar sus esfuerzos a un debate ideológico en el que no fueran los cargos burocráticos el objetivo fundamental de la lucha política, sino la discusión sobre los temas del país permitieran que se llevaran a la opinión pública para que esta resolviera limpiamente qué camino le convenía más al país. Por eso él habló de ese acuerdo sobre lo fundamental para conseguir que el país consiguiera unos elementos para reformar la justicia  y hacer posible acabar con la impunidad y la corrupción que nos tiene sufriendo desde hace muchos años en Colombia.

ENS: ¿El país ha logrado avanzar en algo en esos temas fundamentales?

ACS: No, lamentablemente no, fíjese que la corrupción ha degenerado toda la actividad política y el orden público en un sector muy grande del país; lo que yo he llamado el ‘corredor del narcotráfico’ no le ha permitido al Estado controlar el orden público en esas zonas. Por consiguiente considero que todavía tenemos que buscar ese acuerdo sobre lo fundamental del que hablaba Álvaro Gómez.

ENS: ¿Es difícil hablar sobre supuestos, pero cómo sería la política colombiana si hoy Álvaro Gómez estuviera vivo?

ACS: Cierto, es difícil hablar sobre supuestos, pero Álvaro Gómez era fundamentalmente un pensador antes que un político y con base en esa sabiduría estaría haciendo el esfuerzo que adelantaba cuando lo mataron: elevar la política colombiana para que el país buscara las salidas que necesita. Solamente diría que estaría en cualquier oficio, lo último fue su dedicación a la cátedra y a la opinión a través de sus editoriales, y buscaba que esa pretensión se perfeccionara porque fue toda la lucha que libró desde que nació hasta que lo mataron.

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“El secuestro lo convirtió en adalid de la paz”

Darío Villamizar Herrera

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué significó Álvaro Gómez Hurtado para la historia reciente de Colombia?

DARÍO VILLAMIZAR HERRERA: Álvaro Gómez Hurtado tiene una profunda significación en lo que algunos llamamos ‘los procesos de paz de los años 90’. Él fue secuestrado en mayo de 1988 por el M-19 en un momento en que el proceso de paz había entrado en una profunda crisis. Veníamos de Gobiernos y grupos alzados en armas buscando afanosamente un acuerdo de paz después de los hechos del Palacio de Justicia, pero a partir de su secuestro se convirtió en un adalid de la paz. Para ese momento la búsqueda de la paz estaba en crisis: se habían agotado los caminos y las posibilidades para sentarse nuevamente a una mesa o iniciar un acercamiento, pero su secuestro posibilitó que esto se reactivara.

Parte de la negociación se realizó en Panamá con el apoyo de la Iglesia católica. Uno de los temas que se acordaron en Panamá fue realizar en Bogotá una cumbre en la Nunciatura Apostólica de Colombia que se dio a finales de julio de 1988, y eso permitió volver a hablar de la paz en Colombia.

Paradójicamente, una ‘acción de guerra’ como fue denominada por el M-19 el secuestro de Álvaro Gómez Hurtado se convirtió finalmente en una acción de paz en la que él tuvo un papel muy destacado.

El paso siguiente fue su papel como  Movimiento de Salvación Nacional en la convocatoria y participación de la Asamblea Nacional Constituyente de 1990, y el ejemplo de posibilidades de reconciliación entre los enfrentados: una Presidencia colegiada de la Constituyente donde estaban Álvaro Gómez, Horacio Serpa y Antonio Navarro. Esa imagen de los tres leyendo el preámbulo de la Constitución no se le puede olvidar a la democracia en Colombia.

ENS: ¿Qué fue el acuerdo sobre lo fundamental y qué se ha logrado en estos 25 años?

DVH: La Constitución de 1991 es el momento cumbre para expresar un acuerdo sobre lo fundamental. Ahí efectivamente hubo un acuerdo sobre lo fundamental, nos hubiéramos ahorrado muchos dolores de cabeza y muchos muertos si mucho antes hubiéramos alcanzado ese acuerdo. Cuando Álvaro Gómez dijo que “si las sociedades no logran ese tipo de acuerdos sobre lo realizable, lo factible, entonces las sociedades estarán marcadas durante mucho tiempo por confrontaciones”, fueron palabras sabias.

ENS: ¿Cuál fue el gran legado de Álvaro Gómez como pensador en el quehacer político del país?

DVH: Álvaro Gómez representó la imagen de una derecha civilizada, una derecha necesaria en la construcción de la democracia. Desafortunadamente lo que hoy tenemos es una extrema derecha que no representa necesariamente ese legado. Es muy lamentable que 25 años después nos estemos enterando de la forma como fue asesinado, pero también eso hace parte de la importancia del proceso que se está viviendo en búsqueda de las verdades; el hecho de que unos dirigentes guerrilleros reconozcan que cometieron una serie de asesinatos es muy importante para la búsqueda de la verdad y la reconciliación en la sociedad. Aquí lo que se requiere es la verdad así nos duela, como nos duele saber lo que ocurrió con el doctor Gómez Hurtado.

 

 

“Fue el más grande estadista del siglo XX”

Alberto Abello

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué significó Álvaro Gómez Hurtado para la historia reciente de Colombia?

ALBERTO ABELLO: Álvaro Gómez fue, muy posiblemente, el más grande estadista del siglo XX. Generalmente la historia se escribe entorno de quienes tiene el poder peor no se habla de quienes han desarrollado una serie de tesis  para el avance democrático del país. Álvaro Gómez además de ser candidato y político era un humanista que se ocupó siempre del desarrollo de nuestro país, inclusive lo llamaron ‘desarrollista’. Una de sus grandes preocupaciones es cómo habíamos desaprovechado los ríos: Colombia se comunica por el río Magdalena pero hay varios ríos en el país que hubieran sido de mucha utilidad para abaratar los costos del transporte.

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Otro de los temas que l preocuparon es que gran parte de los ahorros del país se destinaron en el siglo XIX al desarrollo de los ferrocarriles, su padre había sido uno de los hombres que más había promovido el desarrollo de los ferrocarriles en el país, pero después por intereses políticos de diversa índole los ferrocarriles fueron abandonados, se desaprovecharon los ríos y hoy Colombia paga los fletes más caros del planeta.

También se ocupó mucho tiempo de pensar en cuál era el incentivo de la violencia en Colombia y encontró que era la droga y los cultivos ilícitos, entonces tenía la propuesta de lleva a Naciones Unidas la idea de legalizar la droga en el mundo para que se desplomaran los precios en una tarde y así dejaba de ser un negocio de las mafias. 

Por eso es el más importante político de finales del siglo XX porque siendo congresista presentó una propuesta para la elección popular de alcaldes porque es en los municipios donde está la esencia de la democracia pero que estaba en manos de politiqueros sin escrúpulos. Pero años después se aprobó la circunscripción nacional de Senado y la elección popular de Gobernadores, se convirtieron en maquinarias electorales que debilitaron los propios partidos y con muchos millones elevaron la corrupción a la máxima potencia.

ENS: ¿Cuál fue el gran legado ideológico de Álvaro Gómez?

AA: En materia de historia estudió a fondo el crimen del mariscal Sucre, estudio a fondo el federalismo y el centralismo, los grandes hechos históricos de la vida colombiana, las causas de la violencia, los errores de las malas administraciones, las malas decisiones, por eso siempre hablaba de un gran acuerdo nacional en materia de planeación que permitiera avanzar en materia de desarrollo porque el país estaba cada vez más atrasado.

Por eso sus grandes temas fueron siempre la libertad, la dignidad, el respeto por la vida, por eso siempre defendió el orden legal y constitucional establecido, la autoridad de la República, nunca estuvo de acuerdo en que la violencia, mucho menos con tranzar la ley.  

ENS: ¿En qué consistió el acuerdo sobre lo fundamental, y qué alcanzó a lograr?

AA: El acuerdo sobre lo fundamental requería de un Gobierno. Si bien él no llega a la Presidencia, a través de diferentes Presidentes logra una serie de ventajas para el país y para los colombianos. Ese acuerdo era para que se respete la ley por encima de todas las cosas. Él consideraba que había que volver a la concordia que tuvo el país en los comienzos del siglo XX, es decir, arrancar por la paz y a partir de allí acordar otros puntos en que se pueda avanzar en el desarrollo del país, un acuerdo negociable con todos los sectores del país y con el sector privado. Ese acuerdo sobre lo fundamental buscaba persuadir a todos los sectores sobre lo que se debía hacer: fortalecer la justicia, los valores morales, la educación, la familia.  Lo más triste de todo esto es que como Álvaro Gómez nunca pudo ser Presidente, Colombia en vez de adaptar ese acuerdo hoy está mucho más atrasada que antes.

 

Era una brújula para el país: Esguerra

 

Para el exministro y exconstituyente Juan Carlos Esguerra, Álvaro Gómez Hurtado significó muchas cosas y muy positivas para la historia reciente del país.

ensEn lo fundamental era una brújula respecto de la indicación de la dirección a la que debía orientarse el país en todos los campos: en materia del acuerdo que debía haber sobre los temas fundamentales; de la paz a la que debíamos llegar en medio de nuestros conflictos internos; del tipo de democracia que debía ser Colombia; del tipo de república que tenía que ser Colombia; de cómo había unos principios fundamentales que debían ser los que iluminaran la travesía de Colombia, entre ellos y en primer lugar, la buena fe, mencionando apenas algunas cosas”, explicó.

Para Esguerra, por ejemplo, Gómez Hurtado jugó un rol muy importante en la Asamblea Constituyente del 91. “Fundamentalmente en la comisión cuarta, en la que él participó sobre justicia, con las construcciones que hizo en materia de organización de la rama judicial, la Fiscalía General de la Nación y la Corte Constitucional, para mencionarle apenas dos de aquellos constructos en los que intervino más activamente”, agregó.

En cuanto al flanco humanista de Gómez Hurtado, el exministro destacó su formación, su sabiduría y la cultura universal que tenía. “No había tema sobre el cual no pudiera uno conversar con él y tener muchas cosas que aprender de sus conocimientos, visión, criterio y orientación”, agregó.

EL NUEVO SIGLO:- ¿Por qué muchas de las ideas y pensamiento de Gómez Hurtado siguen hoy vigentes?

JUAN CARLOS ESGUERRA:- Porque tenía una visión impresionante. Su conocimiento de la historia, de dónde venimos, era tan profundo que le facilitaba trazar el rumbo de hacia dónde deberíamos ir.

ENS:- ¿Cómo entiende lo que él llamaba “El régimen” y lo que pasó en estas últimas dos décadas y media?

JEP:- Era para él un sistema institucional que tenía muchas fallas que había que reformar. Una institucionalidad desgastada en algunos aspectos, orientada torcidamente en otros, una institucionalidad mal dirigida y mal liderada. Eso era lo que llamaba “el régimen” y que debíamos cambiar en medio de la institucionalidad y de la renovación de la institucionalidad.

ENS:- ¿Cómo describir lo que algunos analistas denominan el “talante” de Álvaro Gómez?

JEP:- Era al mismo tiempo un humanista, un historiador, un profundo conocedor de la realidad y un gran artista. Y si Usted mete todo eso en el mismo cuerpo y en la misma alma, le queda un ser superior como era Álvaro Gómez.

ENS:- ¿Cómo explicarles a las generaciones de hoy quién fue Álvaro Gómez Hurtado?

JEP:- Les diría que fue un hombre superior, de los grandes hombres del país, de los grandes pensadores que ha tenido Colombia, digno de mejor suerte en materia política.