Golpe duro al Eln | El Nuevo Siglo
Martes, 27 de Octubre de 2020

* Importancia del abatimiento de alias ‘Uriel’

* Hay que frenar desdoblamiento subversivo

 

 

Uno de los aspectos fundamentales en el intenso y largo combate a la antigua guerrilla de las Farc fue, sin duda, que tanto en los gobiernos de Uribe como de Santos se le asestaron a esa facción criminal sucesivos golpes a su estructura de mando. Tras la activación del Plan Colombia es claro que el abatimiento de varios de los integrantes del llamado “Secretariado” e incluso de su máximo comandante terminaron siendo determinantes para el debilitamiento táctico y estratégico de esa organización subversiva así como para convencerla de sentarse a la mesa en busca de una salida negociada al conflicto armado.

Sin embargo, en la lucha del Estado contra la otra guerrilla histórica en el país, es decir el Eln, las afectaciones a su cúpula han sido muy pocas, sobre todo en los últimos años. Ello se debe, en gran parte, a que la mayoría de los integrantes de su ‘Comando Central’ no están en Colombia sino que permanecen en Venezuela bajo protección del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. También en Cuba, pese a que las negociaciones de paz se rompieron a comienzos del año pasado, luego del atentado perpetrado por dicha facción subversiva contra las instalaciones de la Escuela de Cadetes de la Policía, en Bogotá, que dejó más de una veintena de muertes, la mayoría de jóvenes estudiantes desarmados. Si bien el gobierno Duque ha insistido a La Habana que extradite a dichos cabecillas guerrilleros a Colombia, pues la evidencia señala que allí sabían de la cruenta acción criminal, no ha existido respuesta positiva.

Aun así, las Fuerzas Militares y de Policía han asestado algunos golpes de importancia al Eln, ya sea abatiendo o capturando a altos mandos de frentes y cuadrillas, o neutralizando a combatientes y personal miliciano. Este año, entre enero y septiembre, de acuerdo al último informe del Ministerio de Defensa, por ejemplo, han sido sacados de combate (muerte, captura o desmovilización) un total de 516 efectivos de esa organización subversiva. A ello se suma que las órdenes de captura y ofrecimiento de recompensas por varios de los jefes y cabecillas elenos por parte de las autoridades de Estados Unidos, sindicándolos de narcotráfico y terrorismo, han tenido como base la información proporcionada por Colombia.

Visto todo lo anterior se puede entender por qué el abatimiento el domingo pasado de Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias ‘Uriel’, tras un operativo del Ejército y la Policía en zona rural de Nóvita, se constituye en uno de los golpes más duros asestados al Eln en lo corrido de este gobierno. El señalado cabecilla, con 25 años de trayectoria delictiva, era un alto mando del ‘bloque occidental’ de ese grupo insurgente; principal comandante en Chocó, en donde perpetró toda clase de delitos; activo estructurador de milicias urbanas y promotor de acciones de vandalismo e infiltración de protesta social en ciudades así como del reclutamiento de menores. De igual manera, era uno de los ‘comandantes’ subversivos con más propensión a la exposición mediática y aunque tenía línea directa con alias ‘Pablo Beltrán’, del ‘Comando Central’, integraba el ala más radical del Eln, que bajo el liderazgo de alias ‘Pablito’, también de la cúpula elena, no solo se opone a la posibilidad de un proceso de paz sino que es partidaria de arreciar la guerra y el terrorismo así como de profundizar el secuestro, la extorsión, la minería criminal y el narcotráfico como las principales fuentes de financiación de su actividad armada ilegal. No en vano Vanegas Londoño, de 41 años, tenía en su contra órdenes de captura por homicidio agravado, secuestro agravado y rebelión. Su estatus de “objetivo de alto valor” se comprobaba por una recompensa de hasta 500 millones de pesos a quien diera información sobre su paradero.

Lo importante ahora es no bajar la guardia en seguridad y orden público. De un lado, porque es probable que el Eln lance algún tipo de ataque a la población civil y la Fuerza Pública en retaliación por la muerte de ‘Uriel’. Y, de otro, porque es urgente seguir golpeando toda su estructura en momentos en que esa guerrilla está en pleno proceso de desdoblamiento de algunos frentes (tanto en Colombia como Venezuela), ha perpetrado varias masacres y no pocos asesinatos de líderes sociales, en algunas zonas tiene alianzas con las disidencias de las Farc e incluso ha tomado un rol más activo en el negocio del narcotráfico, sobre todo en zonas de frontera.