Se vislumbra humo blanco en nuevo acuerdo sobre Brexit | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 16 de Octubre de 2019
Agence France Presse

UN viento de optimismo planeaba ayer en Bruselas donde los negociadores de la Unión Europea (UE) y Reino Unido apuraban sus negociaciones para desbloquear el Brexit, la víspera de una cumbre que se anuncia crucial para alejar el temido divorcio abrupto el 31 de octubre.

"Las bases fundamentales de un acuerdo están listas y teóricamente mañana (hoy jueves) podríamos aceptar este acuerdo", aseguró a primera hora de la tarde el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk, precisando que se conocería el resultado de la negociación en "siete u ocho horas".

Una fuente europea aseguró que "todo está solucionado salvo la aplicación del IVA para Irlanda del Norte". "Casi se ha llegado, es muy prometedor", agregó.

Tanto la Comisión Europea como el gobierno británico de Boris Johnson habían destacado poco antes los "avances" de la negociación, que se prolongó la víspera hasta pasada la medianoche, pero apuntaron que había "asuntos pendientes".

"Quiero creer que un acuerdo está a punto de finalizarse", aseguró por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, tras reunirse con la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, en Toulouse (suoreste de Francia).

El tiempo apremia. El Brexit está previsto el 31 de octubre, pero Londres tiene hasta el sábado para lograr un pacto con la UE. De lo contrario, debe pedir una nueva prórroga, impuesta por una ley que el parlamento británico aprobó en septiembre.

El ministro británico para el Brexit, Steve Barclay, reafirmó la voluntad del ejecutivo de cumplir con esa ley, pero insistió en el deseo de salir de la UE a fines de mes para lo que mantienen "negociaciones intensas".

Londres y Bruselas decidieron el viernes dar un nuevo impulso a las negociaciones para intentar alcanzar un acuerdo antes de la cumbre de jueves y viernes en Bruselas.

Los negociadores intentan ver cómo garantizar un comercio fluido de bienes entre Irlanda, país de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, territorios que ya gozan de la libre circulación de sus ciudadanos.

El objetivo es además proteger los acuerdos de paz del Viernes Santo de 1998, que pusieron fin a décadas de conflicto sangriento en la isla de Irlanda, y proteger el mercado único europeo de una competencia desleal de su todavía socio.

El escollo del "texto legal"

La base de las discusiones es la propuesta que planteó el gobierno de Johnson, quien heredó de su predecesora Theresa May un acuerdo de divorcio que su Parlamento rechazó, entre otros puntos por la cuestión irlandesa.

Johnson abandonó la idea de mantener a todo el Reino Unido en una unión aduanera con la UE mientras se lograba una solución mejor en el marco de la negociación de un acuerdo de libre comercio, pero el nuevo plan generó dudas.

El 'premier' británico "modificó su propuesta original para que no haya una frontera para las aduanas" en la isla de Irlanda, dijo el martes una fuente europea, en referencia a uno de los "puntos problemáticos" para los europeos.

Otro problema es el derecho a veto que tendría, según Londres, el Parlamento autónomo norirlandés, que cada cuatro años podría pronunciarse sobre si quiere seguir respetando las reglas del mercado único europeo en Irlanda del Norte.

Un diplomático europeo había indicado en la mañana que las negociaciones habían encallado la víspera al ponerse a "traducir las propuestas británicas en un texto legal", que los mandatarios deberán estudiar.

La líder del partido unionista norirlandés DUP, Arlene Foster, socio clave de Johnson en Westminster, dijo a la BBC que quería respaldar un acuerdo, pero que no lo haría si siente que separará a Irlanda del Norte del resto del Reino Unido.

Sus palabras dejan planear la incertidumbre sobre si el Parlamento británico podría aprobar un eventual acuerdo, antes que la Eurocámara se pronuncie, trámites necesarios para una salida ordenada.

La ministra francesa de Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin, apeló así a la población, parlamento y gobierno británicos, que "van en tres direcciones diferentes", a "trabajar un poco más juntos" antes de adoptar una prórroga.

En la memoria siguen los tres rechazos del Parlamento británico al acuerdo firmado en noviembre entre May y la UE, que no descarta una nueva cumbre de mandatarios antes del 31 de octubre.