Fugas | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Octubre de 2019

La espectacularidad de la fuga de la condenada excongresista Aida Merlano ha dado para toda clase de historias, elucubraciones y extrañas teorías de conspiración de esas que le encantan a los medios de comunicación y a las audiencias. Lástima que los periódicos ya no publiquen crónicas, porque ese género periodístico era el preciso para que nos contaran todos los pormenores de la preparación y ejecución de la operación que culminó con la evasión de la señora Merlano.

Aida Merlano no es la primera presa famosa que se le vuela al sistema carcelario nacional, ni es la más peligrosa de cuántos se han fugado, pero si es la primera cuya fuga ha sido transmitida casi en vivo y en directo. Así como la Guerra del Golfo fue la primera en la historia de la humanidad que vimos transmitida en directo gracias a CNN, la evasión carcelaria de doña Aida es la primera que ha quedado grabada en cuanta cámara estaba a disposición en el lugar donde ocurrieron los hechos.

En la fuga se han sumado todos los medios y negocios que involucran la modernidad interesante pero caótica que estamos viviendo. El primero, esa obsesión por la belleza perfecta que algunas mujeres persiguen como una especie de quimera inalcanzable. La belleza de la señora Merlano es un dato objetivo que convence a todos, menos a ella misma, tanto que andaba tramitando permisos para tratamientos de odontología estética que el Inpec le concedía sin ningún problema. No deja de ser paradójico que una persona condenada por actos de corrupción electoral estuviera tratando de lograr la mordida perfecta.

El segundo, la invasión incontenible de las cámaras, de seguridad y de las otras. Todo lo que la señora Merlano y sus múltiples acompañantes hicieron y dejaron de hacer en el consultorio odontológico desde el que se descolgó hacia la ocasional libertad quedó grabado y ha sido difundido profusamente. Ahí está su inmaculada vestimenta blanca, su bolso (una mujer no se fuga sin bolso), los guantes para el rapel, la cuerda que la sostuvo, aunque ella no se sostuvo, el golpazo afortunadamente bien amortiguado y su desaparición a bordo de una moto, eso sí con cumplimiento estricto de la norma que obliga a usar casco en tales vehículos. De todos esos detalles nos enteramos gracias a las múltiples cámaras que nos han enseñado todos los ángulos.

El tercero y final detalle de actualidad fue la fuga en una motocicleta en la que aparecía la ilusión óptica de tener el cajón naranja de Rappi la exitosa empresa de domicilios. La fuga de la señora Merlano ha sido probablemente la campaña publicitaria más exitosa de esa empresa y de paso gratis. Durante toda la semana han sido tendencia en medios y redes sociales desde las “Rappi-fugas” hasta las “Rappi-libertades”.  Hasta la competencia se metió, pues Domicilios.com advirtió en twitter que “con @DomiciliosCol lo único que se escapa es el hambre”.

Todo ahora puede ser convertido en negocio, o por lo menos en lema publicitario. Desde las tragedias, hasta los delitos. Es lo que llaman la nueva era.

@Quinternatte