¿Un futuro sin futuro? | El Nuevo Siglo
Sábado, 20 de Octubre de 2018

“Cómo nos afecta el desempleo tecnológico” 

 

El escritor argentino Andrés Oppenheimer acaba de publicar "¡Sálvese quien pueda!" y allí prende las alarmas sobre el futuro del trabajo en esta era de la automatización. Advierte que hasta ahora los seres humanos habíamos logrado crear muchas más fuentes de trabajo de las que habíamos suprimido, pero hoy la desaparición de empleos está aumentando en forma exponencial, siendo remplazados esos puestos de trabajo por un ejército de robots. La pregunta que debemos hacernos es ¿Cómo debemos prepararnos para esta dura realidad?

El cofundador de Intel, el futurólogo Gordon Moore, estima que la capacidad computacional muta un cien por ciento cada dieciocho meses, lo que significa que el poder de las computadoras aumentará un diez mil por ciento en diez años. Esto hará que la revolución tecnológica tenga lugar no solo en el campo cibernética, sino también en la biotecnología, la robótica y la nanotecnología. Lo grave del asunto es que sólo sobrevivirán a este impacto los trabajadores de cuello blanco y los de la base de la pirámide laboral. Los que están en el medio estarán desempleados.

Entre los trabajos con más probabilidades de desaparecer están los administrativos, los de la banca y todos los encargados de funciones rutinarias en el día a día. Un dato curioso: los que están en mayor riesgo son los árbitros deportivos, quienes podrán ser fácilmente remplazados por drones y sistemas de video inteligente, que son mucho más precisos en sus apreciaciones.

Según Oppenheimer en todas estas tareas las computadoras tienen una gran ventaja sobre los humanos porque las máquinas inteligentes trabajan 7/24 sin descanso, no tienen vacaciones, ni prestaciones. Y tampoco desperdician su tiempo charlando o tomando café. Un experto en el tema tiene la clave para identificar los trabajos sobrevivientes: si tu trabajo se puede replicar fácilmente, es viable de automatizarse.

El fenómeno que se avecina tiene un antecedente histórico en Estados Unidos, en el siglo antepasado en la agricultura. En esos años el empleo rural cayó de un sesenta por ciento a un simple dos por ciento. Por otra parte cada día los robots y los drones son cada vez más baratos y los llamados "datos" no tienen límite para guardarse en la "nube", Hoy en el Japón la automatización es general a todos los niveles y en todos los sectores, Y allí hasta acaban de celebrar elecciones organizadas y controladas robóticamente. El camino lo está trazando el llamado "internet de las cosas". Esta nueva tecnología conecta "todo con todo". También ya están en servicio los autos sin conductor y autopistas con señalamientos robóticos.

Adenda

El Fondo Monetario estima que la automatización es muy buena para el crecimiento, pero muy mala para la equidad.