Primero persona, después deportista | El Nuevo Siglo
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Domingo, 21 de Octubre de 2018
Oscar Munévar Forero

“En la mesa y en el juego se conoce al caballero” ¿Se acuerdan de ese viejo refrán español que permanentemente nos decían nuestros padres? Hoy más que nunca vale la pena traerlo a colación debido a los últimos actos de indisciplina que se han presentado con algunos  jugadores del Atlético Nacional de Medellín.

A Dayro Mauricio Moreno Galindo, nacido en el Espinal, Tolima, le enseñaron a jugar al fútbol, pero se les olvidó indicarle cuáles deberían ser los buenos modales, el mejor comportamiento y la caballerosidad que se debe tener cuando se está en la mesa o se entra a un campo de juego.

En su casa, Dayro tuvo problemas con su pareja, quien no lo denunció para evitar que el ídolo de multitudes fuera a parar tras las rejas. Al parecer el trago en la cabeza de este hombre hace estragos y él no lo ha querido entender. No obstante, sin alcohol también comete errores imperdonables, como el que se vio a través de la televisión el domingo pasado frente al Deportivo Cali, cuando se peleó con su compañero Steven Lucumí y una vez concluyó el juego salió corriendo al fondo del vestuario a encararlo, al punto que el técnico Hernán Darío Herrera antes de la conferencia de prensa dijo “no voy a referirme a ese episodio, hablo de lo deportivo”.

Pero Dayro no aprende, se peleó con el argentino Gonzalo Castellani, también fue acusado de llegar alicorado a un entrenamiento, salió de Millonarios por algo similar, etc. De qué le sirvió ir por el mundo a Dayro si no lee las normas de urbanidad, aunque sea las de Carreño, para que sea un señor.

Los deportistas y sobre todo los futbolistas deben ser primero personas y luego atletas para no confundir los roles de la vida y sobre todo el viejo refrán “en la mesa y en el juego, se conoce al caballero”.

Una última recomendación para los directivos: mucha táctica, práctica y media hora de buenos modales.