Migración centroamericana a EU, ¿vanas esperanzas? | El Nuevo Siglo
AFP
Sábado, 20 de Octubre de 2018
Redacción internacional
La caravana de personas que buscan llegar al país norteamericano abre de nuevo el debate de la migración. ¿Cómo enfrentar esta problemática?
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EL 13 de octubre una caravana de migrantes salió de Honduras hacia Estados Unidos para huir de la pobreza, la violencia, el asedio de las pandillas, la miseria y la crisis económica. En el recorrido se le han unido personas de El Salvador y de Guatemala. El presidente Donald Trump se ha pronunciado respecto a esta ola de migrantes y ha amenazado con dejar de suministrar ayuda a los países centroamericanos que permitan a la caravana cruzar su territorio para llegar a los Estados Unidos. 2.500 migrantes partieron de Honduras hacia Guatemala y El Salvador para cruzar la frontera con México y posteriormente entrar a territorio estadounidense.

El presidente Donald Trump ha amenazado a Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras, con cortar la ayuda económica brindada al país si no detiene a los migrantes. "Hemos informado hoy a los países de Honduras, Guatemala y El Salvador que si permiten que sus ciudadanos, u otros, viajen a través de sus fronteras y lleguen a Estados Unidos con la intención de entrar en nuestro país de manera ilegal, todos los pagos que se les hacen serán SUSPENDIDOS (FIN)", ha señalado el Mandatario estadounidense vía Twitter.

El Presidente de Hondura instó horas después a los hondureños para que desistieran de la migración y regresaran a su país natal. Jimmy Morales, actual mandatario de Guatemala respondió señalando que "ninguna ayuda puede ser condicionada ni ninguna ayuda puede ser exigida". Posteriormente, México y Guatemala advirtieron que no dejarán pasar a sus fronteras a migrantes que no cuenten con los documentos migratorios adecuados.

El endurecimiento de las políticas migratorias no es suficiente para enfrentar la crisis de migrantes; es necesario abogar por el equilibrio de los países centroamericanos

Donald Trump, por su parte, culpó al Partido Demócrata por la situación, debido a que no quieren apoyar en el Congreso una ley que incluya recursos para realizar un muro entre México y Estados Unidos. "Debemos construir el muro y asegurar nuestras fronteras con una legislación fronteriza adecuada. Los demócratas no quieren fronteras, por eso (tenemos) drogas y crimen" señaló Donald Trump.

Debido a que no se ha detenido el éxodo, el Presidente estadounidense decidió desplegar a la Guardia Nacional en la frontera con los Estados Unidos Mexicanos. Además, ha condicionado la firma del Tratado de Libre Comercio del Norte (Tlcan) a la implementación de controles migratorios más fuertes que eviten que más inmigrantes de Centroamérica ingresen a Estados Unidos por la frontera sur. Enrique Peña Nieto, presidente mexicano, ha rechazado este condicionamiento. "México tiene poder absoluto para no dejar que esa enorme 'caravana' de personas ingrese a nuestro país. Deben detenerla en su frontera norte", escribió Peña Nieto en Twitter. Los pocos controles migratorios y los permisos de los migrantes para atravesar México hacia el norte son utilizados como un elemento de presión diplomático por parte del D.F. ante su vecino del norte.

Los permisos son dados por lo general por un mes, tiempo suficiente para llegar al país destino. Sin embargo, ante la negativa y las dificultades para entrar a norteamérica, muchos migrantes deciden permanecer en México para aplicar a asilo o para quedarse como ilegales. Para los migrantes centroamericanos permanecer en este país es una oportunidad de tener una mejor calidad de vida. Sin embargo, según cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en 2017 los migrantes de Honduras fueron los que más solicitaron refugio en México (4.272 en total), pero las autoridades sólo concedieron a 378 personas. El Salvador, Guatemala y Nicaragua están también entre los primeros lugares en número de solicitudes. A pesar de lo anterior, la respuesta positiva por parte de los Estados Unidos Mexicanos es inferior al 10%.

Al ingresar a Estados Unidos, los migrantes pueden ser separados de sus familias, pues se les puede conferir estados migratorios diferenciados y los niños que lleguen solos van a ser remitidos a hogares de refugio, pero no se les dará estatus legal. A pesar de lo anterior, las personas provenientes de los estados centroamericanos no pierden la esperanza y continúan marchando hacia su destino.

Las continuas crisis políticas y sociales en América Central han propiciado un aumento considerable en las migraciones hacia América del Norte. Estados Unidos ya no es el único país destino para los migrantes, México se ha convertido en la segunda opción ante la negativa de Washington. Mientras las solicitudes de refugio y asilo incrementan, mayor efectividad en los trámites y las investigaciones para poder conferir cualquiera de estos status impera. El endurecimiento de las políticas migratorias no es suficiente para enfrentar la crisis de migrantes; es necesario abogar por el equilibrio de los países centroamericanos, para que estos puedan brindar las garantías necesarias a la población y esta no se vea en la necesidad de huir de la violencia y de condiciones inhumanas.