El fin de la dosis mínima | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Octubre de 2018

“Ahora se podrá combatir el uso de inhalantes”

Se trata de un tema ya contemplado en otras columnas, pero por fuerza de las actuales circunstancias es necesario retomarlo, pues tiene tanto detractores como defensores que no pueden llegar a un acuerdo por lo alejado de sus enfoques. Pero para la Policía sí es de suma importancia esta decisión del Gobierno, porque facilita su lucha contra el narco-menudeo.

La Policía tiene numerosos frentes que atender: hurtos  a residencias, el atraco callejero, el robo de vehículos, las riñas, los accidentes de tránsito… En fin me haría interminable por la cantidad de eventualidades que demanda la asistencia policial, procedimientos estos  que requieren mucha atención, dedicación y presteza de parte institucional. Y si a esto se le suma un procedimiento sujeto a debate entre el adicto o el jíbaro con el agente del orden, las cosas se complican; supónganse ustedes al patrullero discutiendo si el portador es un enfermo sujeto a tratamiento, que debe exhibir una constancia médica que respalde su dicho, o por el contrario se trata de un narcotraficante dedicado al menudeo que invoca ser enfermo y que, amparándose en las normas que le autorizan portar alguna cantidad de sustancias estupefacientes, quiere evadir la acción de la justicia.

Se imaginan mis amables lectores el trance tan difícil para el representante del orden -que está siendo requerido en otros frentes- al verse enfrascado en tamaño debate, sin alternativa para proceder, a sabiendas que hay un cúmulo de clamores públicos reclamando su asistencia. Muy difícil la situación, más cuando el antecedente nos muestra adolescentes consumiendo drogas en la vía pública, prevaleciéndose de las normas, violentando las buenas costumbres e irrespetando, con su ‘ejemplo’, a jóvenes ajenos al problema.

Estoy seguro que los defensores de la dosis mínima no se han detenido a pensar en los escenarios que describo y los entiendo, porque solo quienes hemos vivido la problemática de cerca, podemos entender el  alcance de estas decisiones, que sería muy conveniente debatir a fondo con los profesionales de Policía, para sacar conclusiones de gran calado. Es tan importante la  decisión del Gobierno que ahora la Policía podrá combatir el uso de inhalantes que se está generalizando en las grandes urbes.

Les quiero recordar que los inhalantes son vapores de sustancias tóxicas que los drogadictos usan para lograr un rápido estado de inconsciencia. La gama de productos que permiten su uso es extensa: el pegamento, el barniz, líquido de encendedor, líquidos de limpieza, desodorantes, disolventes. Son productos anestésicos  que se absorben a través de los pulmones hacia la sangre, alcanzando el cerebro. Se inhalan directamente del recipiente, o empapados en las mangas para estar inhalando periódicamente. Algunos  utilizan el “bolseo”, colocando la sustancia dentro de una bolsa.

El fin de la dosis mínima abre espacios para atender otros frentes del narcomenudeo.