Premio OMA de arte a Subterra de Clemencia Echeverri | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Artbo
Martes, 31 de Octubre de 2017

ARTBO, programa para el fortalecimiento de las artes plásticas de la Cámara de Comercio de Bogotá, y Café OMA establecieron una alianza hace cinco años con el fin de incentivar la creación artística colombiana. Como parte de esta, en 2015 se creó el Premio OMA al Arte, que reconoce a un artista de la sección Principal de ARTBO | Feria Internacional de Arte de Bogotá.

Durante la edición número 13 de la feria, se entregó la tercera edición de este premio a la artista Clemencia Echeverri, representada por la galería brasilera Eduardo Fernándes, por su obra “Subterra” (2017).

El jurado estuvo conformado por Luis Javier Castro, coleccionista de Costa Rica, presidente de la Junta Directiva de OMA y creador del programa Con un café en la mano; Rafael Londoño y Mauricio Torres, creadores de la colección Maraloto; Luis Felipe Cordero, coleccionista chileno, y María Victoria Mahecha y Gloria Cristina Samper, de la firma consultora en arte Paralelo 10.

Además de ser reconocidos coleccionistas, los miembros del jurado tienen un interés por el arte y el apoyo a diferentes procesos de creación. Tras evaluar las obras que cumplían con los requisitos para participar en el premio, eligieron como ganadora a Clemencia Echeverri por el carácter innovador de su obra y su capacidad para  generar un aporte al arte nacional.

Como premio, a la artista le fueron otorgados $15 millones para desarrollar un proyecto artístico que será exhibido en la sección Sitio durante la edición número 14 de ARTBO | Feria Internacional de Arte de Bogotá, que se llevará a cabo en octubre de 2018.

En la primera versión del Premio OMA al Arte, el ganador fue José Alejandro Restrepo con su obra “Del homicidio como dibujo”. En 2016, fue Leyla Cárdenas, quien presenta este año  “Especular”, el resultado de su trabajo, en la sección Sitio de ARTBO | Feria Internacional de Arte de Bogotá.

“Especular” es una instalación que activa una imagen fantasmagórica de la Estación de la Sabana, de Bogotá, que si bien fue majestuosa en el pasado, ahora funciona como un lugar de paso sin entrada y sin salida. Para la artista, esta obra señala la imposibilidad de cumplir ciertos ideales de nación.