A escena un “Murmullo” circense del mundo literario de Gabo | El Nuevo Siglo
A partir de una propuesta multidisciplinaria, la puesta en escena escrita y dirigida por Érika Ortega habla sobre el miedo colectivo y cómo un pueblo se desintegra a punta de presagios.
Foto Alejandra Guevara
Miércoles, 20 de Octubre de 2021
Redacción Cultura

Acrobacias, dramaturgia y música recrearán una parte del mundo literario de Gabriel García Márquez en “Murmullo”, una puesta en escena inspirada en el cuento “Algo muy grave va a suceder en este pueblo” del escritor colombiano.

El infortunio llega cuando las palabras toman fuerza y el presentimiento se cumple. Un pueblo con personajes pintorescos que gastan sus días en el letargo de la rutina, el tedio los consume hasta los tuétanos y los años pasan por encima sin dejar huella.

Hoy no será igual que ayer. Hoy la mujer se levanta con una corazonada y su intuición crece como bola de nieve con cada oído que recibe el mal presagio. El miedo se contagia más rápido que la gripe, y el “murmullo” terminará siendo un enredo que borrará del mapa este trozo de tierra.

Esta es la historia que los bogotanos podrán conocer en “Murmullo”. La obra, que se tomará las salas del Teatro Libre desde este viernes hasta el 31 de este mes, “es un espectáculo que combina el circo, teatro, movimiento y la música en vivo. Una propuesta sobre cómo diferentes artistas pueden unirse para crear un lenguaje común, que consiste en hacerle el quite al miedo y volver a trabajar y a creer en que el encuentro con la gente en vivo es posible, que podemos darle vuelta a la página del miedo y volver a arrancar una segunda parte de la vida, porque sin duda la pandemia nos transformó a todos”, le dijo a EL NUEVO SIGLO Érika Ortega, quien escribió y dirigió esta propuesta escénica.

Mirada hacia el miedo colectivo

“Murmullo” se crea a partir de una invitación que el Instituto Distrital de las Artes le hace a Érika para dirigir un montaje de circo con los ganadores de la convocatoria “Escena Plural” del 2020. Este espacio se convirtió en una oportunidad para que la artista se animara a tener un momento de creación.

Para esa época el temor se tomaba el mundo entero debido a la actual emergencia sanitaria, lo que le sirvió de inspiración a Ortega para empezar a escribir una obra que abordara esa esencia pandémica.

En ese momento “empecé a revisar alrededor y me encontré con el cuento de Gabo. Pensé en que la pandemia que estamos viviendo era macondiana porque a todos nos sacó del lugar en el que estábamos y es algo exótico. Ahí es donde entra el mundo que explora Gabo, en el que ocurren cosas a veces siniestras o de una gran belleza hacia lo natural”, comenta.

La obra recrea la vida de un pueblo que a punta de presagios se desintegra, un escenario con el que Ortega, se encontró en esta obra del Nobel de Literatura, en la que el miedo colectivo era el punto de partida de la narrativa.

“Me parecía muy pertinente en este momento pandémico poder hablar un poco de ese miedo colectivo que salió a flote y que sin duda afectó la salud emocional de tanta gente. Este cuento de García Márquez cae muy bien en este momento porque la pandemia llevó a un miedo colectivo exacerbado, gracias también un poco a todas esas falsas noticias que circulaban en el mundo digital y que agravaron la situación”, señaló la directora.



Es así como el circo le sirve a la historia gracias a las metáforas que se construyen por medio de la interpretación de técnicas como manipulación de objetos, mástil chino, dúo de mano a mano, banquina, aros de malabar, straps, trapecio fijo, rueda circo, acrobacia de piso y percha.

Catorce artistas circenses de estas diferentes técnicas y estilos se reúnen para recrear el mundo literario de Gabo. Un equipo clave al momento de hacer el montaje de esta puesta en escena, ya que ante la ausencia de recursos, el proceso de producción de “Murmullo” se convirtió en el reto mayor que afrontó Ortega.

“De las cosas más difíciles del montaje y de poder llegar a la esencia de Gabo fue poder crear este pueblo, en donde un presentimiento llega a convertirse en la tragedia, en lo que destruye un pueblo. Y no contábamos con grandes elementos escenográficos, ni de utilería, pero los cuerpos, el movimiento y las imágenes se crearon entre los 14 artistas en escena, quienes construyeron esas metáforas que potencian la imaginación del público que está presenciando la obra”, explicó la creadora.

En 60 minutos el público estará sumergido en una historia divertida y sorprendente, que invita a sacudirse el miedo y a disfrutar la fortuna de estar vivos.

Pandemia: detonante positivo

Así como la pandemia significó un cambio de planes para muchos y crisis tanto económicas como de salud mental, para Érika fue la musa que la llevó a crear esta obra que mezcla varias disciplinas en el escenario y una oportunidad para que el público cree consciencia sobre la importancia del arte en el mundo.

“Ha acontecido algo muy importante y es que la ciudadanía, gracias a esta pandemia, al tener que cohibirse del encuentro en vivo y de espectáculos, hizo que le hiciera falta la cultura. Empezó a valorar qué era poder ir a ver circo, una obra de teatro o presenciar un concierto, además de añorar todas las emociones que solo se sienten en vivo”.

Además, asegura que la llegada del covid-19 “ayudó a reiterar que este mundo sin arte básicamente es un mundo aburrido, gris y monótono. Nos hizo caer en cuenta de que tenemos una misión muy grande: seguir creando y contagiando de fe, de historias inspiradoras. Sin duda los artistas son como los médicos del alma, son quienes le dan ese alimento espiritual a la humanidad”.