Alerta por migrantes haitianos | El Nuevo Siglo
Jueves, 14 de Octubre de 2021

Una problemática que va en aumento

* Colombia urge solución continental

 

 

En un problema de marca mayor se está convirtiendo para Colombia la migración ilegal de miles de extranjeros que ingresan por la frontera sur y buscan llegar a Antioquia, para de allí poder traspasar el tapón del Darién, arribar a Panamá y seguir su travesía por Centroamérica con destino a México, Estados Unidos o Canadá.  

Según datos de Migración Colombia, en lo corrido de este año se han detectado más de 67 mil migrantes irregulares, de nacionalidades diferentes a la venezolana.

Si bien no se trata de un fenómeno nuevo, este año se ha disparado tanto en número como en la afectación que produce esta oleada a su paso por nuestro país. Aunque la crisis en Necoclí (Antioquia) es la más visible, ya que allí permanecen hacinados y varados desde hace varias semanas más de 14 mil extranjeros -y todos los días llegan entre mil y dos mil más-, lo cierto es que en Nariño, Cauca y Valle también se presentan graves problemas por esta sobrepoblación trashumante y las difíciles circunstancias que atraviesan. En su mayoría provienen de Haití y las redes de traficantes que se lucran de su anhelo por conquistar el elusivo “sueño americano”, los conducen por Brasil, Perú y Ecuador, o incluso los obligan a iniciar su sufrida travesía continental desde Chile.

Semanas atrás los gobiernos de Colombia y Panamá adoptaron un plan de contingencia para permitir un paso más ordenado de migrantes, pero su alcance es claramente insuficiente. Por el contrario, algunos gobernadores y alcaldes del suroccidente consideran que lejos de frenar el flujo de extranjeros ilegales, lo está aumentando.

Como se dijo, la situación se está saliendo de control. El propio presidente Iván Duque, en su gira esta semana por Estados Unidos, urgió una acción continental efectiva para enfrentar esta problemática. La alerta está más que justificada dado que este drama implica desafíos desde el punto de vista humanitario, migratorio, sanitario (más aun con el covid-19 a bordo), alimentario e incluso tiene un flanco de seguridad, dado el accionar de redes de traficantes de personas y los riesgos que corren esos miles de migrantes al tratar de pasar a pie por la peligrosa selva del Darién, en donde operan grupos armados ilegales.

Las cifras son impactantes. Según agencias de la ONU más de 91 mil migrantes, en su mayoría haitianos, han atravesado este año desde Colombia la selva del Darién hacia Panamá. Este volumen de personas triplica el récord de 2016 en la misma ruta. Más grave aún resulta el hecho de que entre enero y septiembre de este año, muchos de los 56 mil haitianos estaban acompañados por niños. Se calcula un menor por cada cuatro adultos. Los cubanos, con 13 mil personas, ocupan el segundo lugar. Paradójicamente los venezolanos son muy pocos, en tanto que el resto provienen de países de Asia y África.

Le asiste, entonces, la razón al Jefe de Estado al señalar que esta crisis “no es solo un tema de Colombia y de Panamá” sino que atañe al continente, es decir los de origen, tránsito y destino. Por ejemplo, se pidió a Washington precisar la cobertura del Estatus de Protección Temporal para los haitianos, ya que la incertidumbre al respecto es uno de los móviles de esta ola de migrantes ilegales. Es un tema tan complejo, que incluso una comisión de congresistas estadounidenses ya estuvo en nuestro país para analizarlo.

Por ahora se tiene confianza en que el llamado colombiano a buscar una salida trasnacional a esta crisis dé resultados. La próxima semana habrá dos eventos determinantes para ello. De un lado, está citada una cumbre de cancilleres el miércoles en donde se espera adoptar una solución continental tangible. Y, de otro, en Cartagena se desarrollará el Encuentro Internacional de Defensores del Pueblo sobre migración y refugio.

Para un país que es ejemplo a nivel mundial en materia de política de atención y regularización de población migrante, como lo verifica lo que ocurre con los más de 1,8 millones de venezolanos que han ingresado a nuestra nación en los últimos cinco años, es claro que la problemática con estas decenas de miles de haitianos puede ser manejable, en la medida en que la comunidad internacional colabore para hacerle frente de forma eficaz, comprometida y verificable. Ese fue, precisamente, el llamado que hizo el presidente Duque y que esperamos tenga eco.