Así como lo anticipó El NUEVO SIGLO, el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) reveló que la inflación anual en Colombia llegó a 11,44% en septiembre del 2022, lo que quiere decir que el costo de vida aumentó más de 0,6 puntos básicos en comparación con agosto, donde el indicador estaba en 10,84%.
El comportamiento año corrido del IPC total en septiembre de 2022 (10,08%) se explicó principalmente por la variación año corrido de las divisiones alimentos y bebidas no alcohólicas y alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles. La división alimentos y bebidas no alcohólicas registró la mayor variación año corrido, con 21,19%.
En septiembre del 2022 los mayores incrementos de precio se registraron en las subclases yuca para consumo en el hogar (95,74%), cebolla (75,84%) y arracacha, ñame y otros tubérculos (75,27%). La única disminución de precio se reportó en la subclase papas (-16,38%).
Por su parte, la directora del Dane, Piedad Urdinola, indicó que este indicador tan alto no se veía desde el año 1999, es decir, desde hace 23 años.
"Presentamos solamente desde enero de 1999 para tener un punto de referencia para los niveles altos que hemos alcanzado. Desde entonces no había unos niveles como los que estamos observando actualmente", explicó Urdinola
La división muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar registró una variación año corrido de 15,28%, siendo esta la segunda mayor variación año corrido. En septiembre de 2022, los mayores incrementos de precio se registraron en las subclases productos de limpieza y mantenimiento (31,15%), equipo de iluminación (18,84%) y elementos de aseo (16,78%).
Este indicador en el costo de vida refleja que la política monetaria del Banco de la República aumentando las tasas de interés al 10% no ha logrado frenar el alza en el costo de vida.
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Facilitar importaciones
Sobre qué hacer, aparte del incremento de las tasas de interés, para contener la inflación, Salomón Kalmanovitz, economista y ex codirector del Banco de la República, dijo a EL NUEVO SIGLO que “sería bueno facilitar las importaciones de los ítems que más se encarecieron, reducir sus aranceles y otras trabas, sobre todo en el caso de los alimentos. Sin embargo, esto va en contravía con el talante proteccionista de la administración Petro”.
En este aspecto algunos analistas consideran que la tasa de cambio no convendría para algunas importaciones. En este sentido el economista sostuvo que eso “depende de muchos factores y aún más de lo que se gaste. La devaluación hace más competitiva la producción nacional, pero se demora en reaccionar”.
De otro lado Sarah Garcés, analista de acciones de Acciones y Valores, le dijo este diario que “la tendencia alcista se ve presionada en precios de alimentos como el arroz, los huevos y la carne, que al hacer parte de la canasta básica familiar tienen un impacto mayor en los hogares de menores ingresos”.
Sostuvo la analista que “de hecho el consenso de varios expertos se ubicaba en un aumento de 0,75%, considerablemente por debajo del dato efectivo. En consecuencia, los agentes en la economía podrían dejar de interpretar la subida de precios como un choque transitorio y lo internalizarían como una situación permanente. A esto se le suma la indexación de precios, que incluye una mayor expectativa del salario mínimo en un intento del Gobierno para evitar que se pierda el poder adquisitivo de los hogares”.
“El reto del Banco de la República de mantener la inflación controlada mediante la política monetaria se vuelve más desafiante y se empiezan a proyectar subidas más agresivas por parte del Emisor en las próximas reuniones, lo cual encarece el endeudamiento de los hogares y hace que el final del ciclo alcista sea cada vez más lejano”, agregó.
“El Emisor no ha apretado a la economía”
De otro lado Jorge Restrepo, economista de la Universidad de Londres y docente asociado de la Facultad de Economía de la Universidad Javeriana, afirmó que “es importante resaltar que la subida de tasas apenas ha compensado el aumento de la inflación de precios. De ahí que firmar que no ha funcionado, desconocería que la tasa de interés si se le descuenta el IPC es menor, es decir, el Banco no ha apretado a la economía hasta el momento. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que estos aumentos se demoran mucho tiempo en afectar las decisiones económicas tanto de los hogares, como de las empresas”.
Sostuvo el experto que "hay que dar tiempo para que se vean reflejados los efectos en la economía respecto a las decisiones de política monetaria del Emisor. Seguramente el efecto se verá más adelante en un aterrizaje fuerte de la economía el próximo año, que se verificará con menores tasas de crecimiento que se han visto hasta el momento".
Alternativas
Una alternativa que tiene el Gobierno para detener la inflación, según Restrepo, “es revisar todos los precios administrados por decisiones del Estado, empezando por los precios de los servicios públicos domiciliarios, de los energéticos, así como los combustibles, ya que todos están sujetos a una regulación que estaba diseñada para situaciones en las que no había tasas de inflación de dos dígitos, con esto se lograría desindexar para que las tarifas no se ajusten automáticamente con el IPC”.
Además, “para revertir los ajustes de indexación que se hubieran hecho en los últimos meses, es decir, se debe modificar la regulación de las tarifas a través de los organismos técnicos como el Ministerio de Minas o la Comisión de regulación de Energía y Gas”.
De otro lado, sostuvo que el Gobierno “debe hacer un ajuste moderado, razonable y prudente en el salario mínimo para que no inicie una espiral de precios que podría afectar aún más la economía colombiana”.
Gremios
Ante este dato histórico de inflación, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, insistió en que en “esta difícil coyuntura inflacionaria y ante las sombras que se ciernen sobre el crecimiento de la economía colombiana el próximo año, estimado por el Banco de la República en sólo 0,7%, sería francamente inconveniente que el Congreso de la República apruebe la creación de nuevos impuestos para las bebidas azucaradas y los llamados alimentos ultraprocesados".
"Eso sería echarle más leña a la hoguera de la inflación, con el agravante de que quienes más sufrirán los efectos de esos impuestos serían los hogares pertenecientes a los estratos populares y los pequeños empresarios del comercio representados por los tenderos”, agregó.
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Petro cuestiona aumento de intereses
Luego de que el Dane revelara el dato de inflación para el mes de septiembre, el presidente Gustavo Petro sostuvo que las medidas adoptadas por el Banco Central no han sido suficientes.
“El ascenso de la tasa de interés interna, a la que se opuso el ministro de Hacienda, pero contó con el respaldo de la totalidad de la Junta Directiva del Banco de la República, solo trasladará la recesión mundial a la economía colombiana”, afirmó el mandatario.
“El Gobierno profundizará su política antiinflacionaria con medidas estructurales, como la reforma tributaria a grandes fortunas, el subsidio a fertilizantes, la reforma agraria, la alimentación en barrios pobres y el cambio de la formula tarifaria de energía”, añadió.
“El precio de los alimentos sigue jalonando el ritmo inflacionario de Colombia; esta vez menos por la inflación internacional, más por las inundaciones. Servicios de energía disminuyen su impacto”, dijo Petro.
Añadió que la intención real de “subir los intereses internos, en contra de nuestra propuesta, tiene que ver con evitar salida de capitales por el ascenso de la tasa de interés de los EE.UU. Se podía evitar con un impuesto transitorio de remesas a capitales golondrinas”.
Además, añadió que “la Corte Constitucional ordenó al Banco de la República ajustar sus decisiones al crecimiento de la economía y el empleo. El ascenso de la tasa de interés va contra el crecimiento económico y el empleo de los colombianos”.
De otro lado, afirmó: “buscaremos fortalecer la banca pública y aumentar la competencia en el sector financiero para lograr tasas de interés bajas en el sector productor de alimentos y la economía popular urbana en proceso de industrialización”.