Colombia ocupa cuarto lugar de jóvenes “ninis” en países de la OCDE | El Nuevo Siglo
Según la OCDE, el 31,5% de jóvenes (18-24 años) en Colombia son “nini”.
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Martes, 4 de Octubre de 2022
Redacción Economía

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en su informe Panorama de la Educación 2022, la preparación de jóvenes es un indicador clave de la facilidad de transición de la educación al mercado laboral. En los países de la OCDE, alrededor del 16,1% de los jóvenes de 18 a 24 años son “ninis”, mientras que en Chile, Colombia, Costa Rica, Italia y la República de Turquía, la proporción supera el 25%.

En Colombia los “ninis” son jóvenes que no estudian ni trabajan. El organismo señala que es esencial evitar que lleguen a esa condición, por lo que se debe minimizar el tiempo que pasan sin empleo, educación o capacitación. Estos jóvenes no solo pierden oportunidades inmediatas de aprendizaje y empleo, sino que también sufren efectos a largo plazo. El estado “nini” se ha asociado con varios resultados adversos, como tasas de empleo más bajas y menores ingresos más adelante en la vida, mala salud mental y exclusión social.

Según la OCDE, las disparidades regionales en la proporción de este grupo de jóvenes son más fuertes en Colombia, Grecia, Italia y Turquía. En estos países, la brecha entre la región con la mayor proporción de “ninis” de 18 a 24 años y la región con la menor proporción supera los 20 puntos porcentuales. A su vez, las disparidades regionales son menores en Dinamarca, Países Bajos, Noruega y Eslovenia, donde la brecha entre las regiones más altas y más bajas es inferior a 5 puntos porcentuales.

Habilidades

De otro lado la proporción de adultos jóvenes con calificaciones avanzadas en toda la OCDE, impulsada por la creciente necesidad de habilidades superiores en los mercados laborales, alcanzó un récord del 48% de personas de 25 a 34 años en 2021, en comparación con solo el 27% en 2000. Según la OCDE, las personas de 25 a 34 años con mayor educación se encuentran en Corea (69,3%) y Canadá (66,4%).

Entre tanto, Gloria Bernal, investigadora del Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, dijo a EL NUEVO SIGLO que en la población “nini” hay dos aspectos importantes en los que hay que trabajar. “El primero es oportunidades educativas. Aquí es importante que se abran canales para que los estudiantes tengan más opciones de ingresar a la educación superior, así como terminar su educación media, ya que muchos se quedan en noveno grado”.

Añadió la experta que “hay que tener en cuenta que la educación superior no son solo carreras profesionales sino el fortalecimiento de carreras técnicas y tecnológicas y educación para el trabajo. Estas tienen ciclos más cortos y por ende las tasas de deserción son más bajas e implica que los jóvenes puedan entrenarse para un trabajo específico y así puedan salir rápidamente al mercado laborar. Aquí también es importante la orientación que se les dé a los estudiantes para que tengan entrenamiento vocacional”.

Además, afirmó que, “en segunda medida, las oportunidades de primer empleo son significativas. Esto con flexibilidades más amplias para los empleadores con algún tipo de incentivo para aquellos que vinculen a jóvenes, ya que con esta experiencia es más fácil encontrar un nuevo trabajo”.

De otro lado, dijo que “hoy en día hay una brecha importante entro hombres y mujeres, ya que el mercado laboral está castigando a mujeres jóvenes y sus oportunidades son muy reducidas. En este sentido, además de una política de primer empleo se necesita un enfoque de género para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades”.



Beneficios salariales

Sin duda los niveles más altos de logro educativo conllevan mayores ventajas de ingresos. En los países de la OCDE, los trabajadores de entre 25 y 64 años con un título secundario superior o postsecundario no terciario ganan un 29% más que aquellos que solo tienen un título secundario inferior. Esta prima de ganancias varía desde menos del 10% en Estonia y Letonia hasta más del 45% en Brasil, Colombia y Costa Rica.

La prima por completar un título terciario es mucho más alta. En toda la OCDE, los trabajadores con educación terciaria ganan el doble que aquellos con un nivel inferior a la secundaria superior. Las diferencias entre países también se amplían cuando se analizan los ingresos relativos asociados con la titulación terciaria. Los trabajadores con educación terciaria ganan cerca del 50% más que aquellos con educación inferior a la secundaria superior en Estonia y Nueva Zelanda, pero la prima puede ser entre el doble y el triple de los ingresos en Brasil, Colombia, Chile y Costa Rica.

Panorama mundial

Entre tanto, el informe Panorama de la Educación 2022 resaltó que el aumento en la educación terciaria fue especialmente fuerte entre las mujeres, que ahora representan el 57% de todas las personas de 25 a 34 años con educación terciaria, en comparación con el 43% de sus pares masculinos.

“El dramático aumento en el nivel educativo brinda una oportunidad única para impulsar el progreso económico y social en nuestros países”, dijo el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. “Es esencial que los países continúen innovando y mejorando sus sistemas educativos para garantizar que todos se beneficien de las ventajas de una buena educación y adquieran las habilidades que necesitan para tener éxito”.

Tener un título universitario brinda a los jóvenes fuertes ventajas en el mercado laboral. En 2021, la tasa de desempleo promedio para las personas en toda la OCDE con un título terciario fue del 4%, en comparación con el 6% para aquellos con uno secundario superior y el 11% con uno inferior al secundario. Los trabajadores a tiempo completo con educación terciaria también ganan en promedio alrededor de un 50% más que los trabajadores con educación secundaria superior y casi el doble que los trabajadores sin educación secundaria superior.

Gasto en educación

Según el organismo, el gasto en educación terciaria por estudiante ha aumentado a pesar del crecimiento en el número de estudiantes. Desde 2012, el número de población de educación superior ha aumentado un 0,4% anual en la OCDE, pero el gasto en instituciones de educación superior se incrementó un 1,6% anual en términos reales durante el mismo período. Esto llevó a un aumento en el gasto real promedio por estudiante de 1,2% anual.

Asimismo, en promedio los países gastan un total acumulado de US$105.500 para educar a un estudiante de seis a 15 años. Austria, Luxemburgo y Noruega gastan más de US$150 mil por estudiante durante estos años, mientras que la cifra es menos de US$50 mil en Colombia y Turquía. Además, Colombia tiene una de las proporciones más altas de estudiantes por personal docente.

Campos de estudio

De acuerdo con la OCDE existen marcados patrones de género en la elección de los campos de estudio. Las mujeres son mucho más propensas que los hombres a estudiar materias relacionadas con los negocios, la administración y el derecho, así como con la salud y el bienestar. Es más probable que los hombres elijan ingeniería, manufactura y construcción o tecnologías de la información y la comunicación, que tienen una gran demanda en los mercados laborales de los países pertenecientes a la Organización.

Pocas mujeres en educación vocacional secundaria superior siguen programas en ingeniería, manufactura y construcción: en promedio en los países de la OCDE, solo el 15% de los graduados en este campo eran mujeres en 2020.

Para este caso, Colombia fue el único país donde las mujeres representaron más del 40% de los graduados en este sector. Por el contrario, en los países de la OCDE, las mujeres graduadas estaban sobrerrepresentadas en salud y bienestar (83%); negocios, administración y derecho (62%); y servicios (58%). En salud y bienestar, las mujeres representaron el 90% o más de los graduados en Francia, Hungría, Letonia y Lituania.