Brasil a balotaje presidencial tras fuerte apoyo a Bolsonaro | El Nuevo Siglo
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Lunes, 3 de Octubre de 2022
Redacción internacional

SORPRESA, desconcierto y hasta desesperanza se vive desde anoche en el “lulismo” y demás militantes de la izquierda brasileña el resultado de la presidencial, donde contra todos los pronósticos, el candidato presidente Jair Bolsonaro (derecha) rozó el 44% de los votos, frustrando el sueño del exmandatario Luis Inácio Lula da Silva de alzarse con el poder en una sola vuelta.

En las elecciones más polarizadas de la historia en ese gigante sudamericano, Lula alcanzó el 47.9%, una ventaja de menos de 5 millones de votos y muy lejos del objetivo de conseguir el 50%+1 de los sufragios para evitar el balotaje, el próximo 30.

Tales guarismos los entregó el Tribunal Electoral con el 97% de los colegios escrutados, confirmando que la segunda vuelta presidencial.  

Se daba por descontado la victoria de Lula, quien desde que le fueron rehabilitados sus derechos políticos por la Corte Suprema al anularle una condena por corrupción y ordenar su excarcelación debido a errores procedimentales más no así el repunte electoral de Bolsonaro, a quien todas las encuestas lo ubicaban con un techo máximo en la intención de voto del 36%.

Antes de la cita en las urnas, los sondeos coincidieron en señalar una ventaja brumadora para el expresidente Lula. Le otorgaban entre el 46% y el 50%, porcentaje este último registrado por Datafolha apenas un día antes de la jornada electoral.

El candidato derechista fue reiterativo en señalar que las encuestas no reflejaban la realidad.  Y no sólo resistió el embate de múltiples encuestas, sino que intensificó su campaña electoral, recorriendo el país en menos de tres meses donde expuso los avances que en materia económica y social logró durante sus cuatro años de gobierno. De esta forma logró un contundente resultado en el que solo sus partidarios se empeñaban en creer.

De esta forma el veredicto de las urnas fue: más de 50 millones de votos a su favor, contra 55 millones de Lula da Silva.

El conteo fue tan tensionante como emocionante. Los boletines oficiales empezaron dando a Bolsonaro una ventaja de hasta siete puntos pero el mismo se fue reduciendo a cuentagotas. Cuando se llegó al 65% de los colegios electorales contabilizados Lula tomó la delantera, la que mantuvo hasta el final pero sin lograr la victoria en una sola vuelta ante el fuerte apoyo de los brasileños al presidente que busca la reelección.

Tan seguro estaba el aspirante izquierdista de un contundente triunfo que había reservado la emblemática avenida Paulista para celebrar su victoria por todo lo alto en Sao Paulo.

En una intervención anoche para agradecer a sus seguidores aseguró que “la lucha continúa hasta la victoria”, al tiempo que destacó la jornada festiva y tranquila que vivió el país en la cita electoral.

Agregó que la segunda vuelta contra Bolsonaro (Partido Liberal) es únicamente una prórroga. "Tengo 30 días más para hacer campaña”.

Sin embargo, lamentó no haber ganado las elecciones en la primera vuelta. "Todas las encuestas nos pusieron en el primer lugar y siempre pensé que íbamos a ganar.  Pero no siempre es posible. Me motiva la creencia de que nada sucede por casualidad", señaló.

Bolsonaro, por su parte, sostuvo que “vencimos la mentira de los sondeos” e instó a mantener la fuerza electoral de cara a la nueva cita electoral. Cuando temprano depositó su voto sostuvo que “unas elecciones limpias deben ser respetadas" y expresó sus deseos porque "venza el mejor".



Amén del casi 44% obtenido en su aspiración reeleccionista, el candidato-presidente se anotó otros dos éxitos: el avance de la ola bolsonarista en varias regiones del país con triunfos en gobernaciones y alcaldías, así como en la renovación de un tercio del Senado, la mayoría de la Cámara y las asambleas regionales de los 27 estados.

Aquí si como se había vaticinado, el nuevo Congreso será de un fuerte perfil conservador lo que de antemano será un escenario complicado para Lula en caso de que gane la presidencia en la segunda vuelta y le dificultará las reformas que pretende para implementar su agenda social.

Los medios brasileños destacaron que esa ola verdeamarilla que identificó al bolsonarismo tuvo destacados triunfos como en la gobernación de Sao Paulo (San Pablo), el motor económico del país, donde contra todos los pronósticos ganó el candidato bolsonarista Tarcisio de Freitas, sacando más de siete puntos porcentuales al candidato apoyado por Lula, Fernando Hadad (aunque irán a balotaje). También las reelecciones de los mandatarios de Rio de Janeiro y Mina Gerais.

Otro vaticinio errado

Las encuestas tampoco acertaron con el proyectado apoyo a los candidatos Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (centro-izquierda) y Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (centro-derecha), a quienes ubicaban en tercer y cuarto lugar, respectivamente, con el 7% y el 6%.

En la jornada electoral, Tebet se encasilló en el tercer lugar con el 4.22% de los votos seguida de Gómez con el 3.06%. Y aunque sus votaciones fueron bajas frente a los favoritos, serán claves de cara a la segunda vuelta.

Vale señalar que las papeletas a favor de Tebet representaron más de los 4 millones 800 mil votos y si bien éstos no son endosables es muy probable que se decanten por Bolsonaro ya que son de derecha. Lo mismo podría ocurrir en la otra tendencia política con Gomes, pero para ello Lula deberá negociar, lo que no se visualiza fácil ya que en ese candidato de la centro-izquierda como sus seguidores fue de muy mal recibo las presiones recibidas hace una semana para que desistiera de su aspiración para favorecer al expresidente. 

"Los resultados forzarán a Lula a cortejar a los votantes centristas e incluso los conservadores de manera más agresiva en las próximas cuatro semanas", dijo en un tuit Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV) en Sao Paulo.

Continuismos antagónicos

Como lo reseñamos en nuestra edición de ayer, los 156 millones de brasileños convocados a las urnas debían elegir entre dos continuismos antagónicos. El del conservador Bolsonaro que en cuatro años ha logrado, entre otros, extender e incrementar el monto de las ayudas sociales a la población más vulnerable, reactivar la economía, luchar contra la corrupción y mejorar la seguridad.

Este excapitán del ejército de 67 años, centró su estrategia de campaña en los valores morales ("Dios, patria, familia"), un discurso patriótico y los ataques a su adversario, al que se refiere como el "ladrón", ya que fue condenado por el escándalo de “Lava Jato”, una mega operación de corrupción, sobornos y lavado de dinero en la estatal petrolera Pdvsa.

Mantiene un sólido apoyo entre los evangélicos, que representa un tercio del electorado, el agronegocio y los sectores populares que no perdonan al Partido de los Trabajadores de Lula sus escándalos de corrupción.

El candidato conservador atacó en sus mitines las encuestas: aseguró que la temperatura electoral había que tomarla en las calles, y que en ese caso iba a ganar de sobras. Y si bien no logró su vaticinado 60% en la primera vuelta de ayer, su apoyo fue claro, contundente y sobre todo retador para el balotaje frente a Lula.

Por su lado, Lula, de 76 años, contaba con alcanzar su tercera presidencia con el apoyo de las clases populares, las mujeres y los jóvenes, tras haber gobernado Brasil entre 2003-2010 y haber dejado el poder con un envidiable índice de popularidad (80%).

Pero las urnas evidenciaron que el exmandatario no pudo sacudirse a ojos de buena parte de la sociedad la mancha de la corrupción.

Ahora, tanto Lula como Bolsonaro que le pisó los talones en las urnas afinarán sus estrategias e intensificarán sus campañas ganar las llaves del Palacio de Planalto./