Decenas de muertos en represión a desafiantes protestas al régimen iraní | El Nuevo Siglo
AFP
Viernes, 23 de Septiembre de 2022
Agence France Presse

Al menos 50 personas murieron en la represión de las fuerzas de seguridad iraníes contra las protestas que estallaron tras la muerte de Mahsa Amini, arrestada por la policía iraní por no llevar el velo de forma adecuada, dijo una oenegé.

Según Iran Human Rights (IHR), una organización con sede en Oslo, el balance al alza se explica por la muerte de seis personas por disparos de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Rezvanshahr, en la provincia de Gilan (norte) el jueves, así como otras víctimas mortales en Babol y Amol, también en el norte.

Se registraron manifestaciones en unas 80 ciudades y en otros centros urbanos desde que empezaron las protestas hace una semana, dijo la organización.

Grupos de defensa de derechos humanos también denunciaron que, en la región de Kurdistán, en el norte de Irán -de donde era oriunda Amini- también hubo muertos.

"Al menos 50 personas han muerto hasta ahora, y la gente sigue protestando por sus derechos fundamentales y su dignidad", declaró el director de la oenegé, Mahmood Amiry-Moghaddam.

"La comunidad internacional debe apoyar al pueblo iraní contra uno de los regímenes más represivos de nuestro tiempo", añadió.

El balance oficial de los disturbios facilitado por las autoridades iraníes da cuenta de al menos 17 muertos, cinco de los cuales, miembros de las fuerzas de seguridad.

Velos ardiendo, imágenes de responsables religiosos también en llamas o rasgadas... Las manifestaciones que se extienden en Irán rompen un tabú y colocan al poder islámico de Teherán ante un desafío sin precedentes.



La muerte de Amini provocó una ola de fiebre contestataria en un país donde la disidencia está rígidamente controlada.

Irán vivió el "movimiento verde" de 2009 tras unas elecciones de discutido resultado y más recientemente las manifestaciones de noviembre de 2019 contra el aumento de precios del combustible y la inflación.

Pero los analistas estiman que la protesta actual supone un desafío más complejo para el régimen islámico del ayatolá Alí Jamenei, de 83 años.

"Son las manifestaciones más grandes desde noviembre de 2019. Mientras los precedentes movimientos nacionales fueron llevados por clases populares y estuvieron provocados por la degradación de las condiciones socio-económicas, el estallido esta vez es socio-cultural y política", estima Ali Fathollah-Nejad, experto de Irán en la universidad de Beirut.

"El régimen no esperaba que la detención fatal de una ciudadana de provincias provocara una revuelta nacional", apunta. Y más sorprendente todavía, la revuelta nace de las mujeres.

"Ellas son las víctimas, es normal que protesten. Lo que es mucho más importante es que los hombres las apoyan", explica Alexandre Grinberg, analista del Instituto para la Seguridad y la Estrategia de Jerusalén, que señala una "secularización" creciente de la sociedad.

"Esto preocupa también a los religiosos de tendencia reformista. Entienden que el resultado será que la gente terminará odiando el islam y la religión", apunta.

Para Ali Fathollah-Nejad, el movimiento actual supone una doble ruptura respecto al movimiento de 2009, marcado por reivindicaciones políticas de clase media, y el de 2019, provocado por la cólera de las clases populares.

"Las condiciones actuales en Irán sugieren una tendencia a la unificación de los dos grupos", opina.

En las manifestaciones se han escuchado eslóganes como "muerte al dictador" y otras declaraciones contrarias al régimen, junto al grito liberador de comunión "zan, zendegi, azadi": "Mujer, vida, libertad".

También se han visto gestos sin precedentes como la de manifestantes destrozando un retrato del ayatolá Jamenei o calando fuego a una imagen del general Qassem Soleimani, comandante de los Guardianes de la Revolución muerto en un ataque estadounidense en Irak en 2020./Resumen AFP