Han pasado 130 años desde que el presidente Carlos Holguín Mallarino obsequió a la reina de España, María Cristina de Habsburgo, una colección de 122 piezas en oro elaboradas por las prodigiosas manos de orfebres quimbayas. A pesar del tiempo transcurrido, algunos perseveran para que este patrimonio regrese, pero no es fácil porque ante una solicitud de particulares el país europeo argumentó que es un bien de interés cultural que no se puede enajenar ni exportar.

El tesoro Quimbaya hace parte de una exposición permanente en el Museo de América de Madrid, y está compuesto por 11 cuentas de collar, seis cascos, nueve pasadores de collar, una corona, ocho alfileres, tres recipientes, cinco cascabeles, 17 poporos, ocho colgantes, dos instrumentos musicales, 21 narigueras y 31 orejeras.

El secretario de la Academia de Historia del Quindío, Germán Medina Franco, explicó a EL NUEVO SIGLO que “es un rico ajuar funerario de la civilización prehispánica Quimbaya, encontrado en unas tumbas hacia finales del siglo 19, año 1890, en un paraje llamado La Soledad, entre los municipios de Filandia y Quimbaya”.

Agregó el historiador que “aquí se siente como patrimonio cultural, no solamente de la Nación sino de manera particular de la región del Quindío, el Viejo Caldas y el Eje Cafetero, que fue el territorio habitado por esta maravillosa civilización de orfebres”.

Otros bienes de nuestro patrimonio cultural han terminado exhibidos en museos en otros países, regalados, como sucedió con el tesoro Quimbaya, o vendidos por intermediarios, como fue el caso de la balsa de Siecha, parecida a la balsa Muisca que está en el Museo del Oro en Bogotá, y que desapareció al incendiarse el barco en el que iba para el Museo Real de Berlín.

Se trataba de otras épocas en que la legislación nacional sobre la defensa del patrimonio era débil, pues como sucedió con la balsa de Siecha salió de forma legal. Pero hay colombianos que creen que se puede revertir en algunos casos lo sucedido, como el tesoro Quimbaya, y por eso han presentado acciones ante la justicia del país e inclusive han pedido al Gobierno español que devuelva la totalidad de las piezas de oro. 

Medina hizo memoria y dijo que “ha habido varios esfuerzos a través de los años; César Hoyos, hace muchos años, siendo burgomaestre de Armenia, se dirigió a la Corona española y en el tiempo de Belisario Betancur a través de la Cancillería y a través de las fuerzas vivas del Quindío, la Academia de Historia, la Asamblea departamental, pero ha sido la voz que clama en el desierto”.

Finalmente un grupo de abogados presentó una acción popular, explicó el historiador, “que se tomó 10 años en un largo recorrido en Bogotá a partir de un juzgado administrativo. Hubo mil afugias en ese proceso, hasta que se cerró afortunadamente con un fallo de la Corte Constitucional, la Sentencia SU 649 de 2017, un fallo de tutela, pues ordenó al Gobierno nacional adelantar y agotar todas las gestiones en orden a lograr la repatriación de la colección Quimbaya”.

Entonces la obvia pregunta que cualquiera se haría es si el Gobierno ha hecho algo al respecto. El secretario de la Academia de Historia del Quindío dijo que “el Presidente actual, hay que reconocer que se ha puesto la camiseta de la repatriación del tesoro Quimbaya porque, para sorpresa nuestra, los gobiernos anteriores, ni el de Santos ni el de Duque, mostraron mayor interés en este tema”. 

Agregó Medina que en la reunión reciente que sostuvo Petro con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en su paso por Colombia, “le expresó su interés como jefe de Estado colombiano, de hacer lo que esté a su alcance para lograr la repatriación de la colección Quimbaya”.

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Papel de la Academia

La Academia de Historia del Quindío desde hace muchos años está entre las organizaciones y personas que han impulsado la reclamación para que vuelva el tesoro Quimbaya, por lo que participó en una audiencia pública que citó la Corte Constitucional previo al citado fallo. 

“Allí la Academia de Historia del Quindío se hizo parte, fue invitada, expuso todos los argumentos de carácter histórico, patrimonial, cultural, que justifican la repatriación de esa colección Quimbaya”, señaló Germán Medina.

Agregó que “cuatro ciudadanos quindianos, miembros de la Academia de Historia del Quindío, pero quienes actuaron a título personal, el año pasado le dirigieron al Gobierno español de Pedro Sánchez una carta expresando su inquietud sobre el tema de la repatriación, requiriendo una respuesta sobre en qué iba eso”.

Añadió el historiador que, para sorpresa de los remitentes de la misiva, “hubo una respuesta del Gobierno español, que la hizo llegar a través de la embajada de España en Bogotá, en el sentido de manifestar que tomaban nota de esa inquietud, pero ratificando la posición del Gobierno de España: que para ellos la colección Quimbaya ya hace parte del patrimonio histórico y cultural de España, que fue un obsequio que hizo el entonces presidente en 1892 de Colombia, Carlos Holguín Mallarino, y que fue recibido de buena fe por la reina regente de España de la época, y que es en este momento un bien inembargable, inalienable y no están dispuestos a desprenderse de él”.

También el Gobierno de España en dicha misiva hace un ofrecimiento de esos ante los que, como se dice popularmente, provoca ponerse a llorar, pues señala que podrían enviar unas réplicas de las piezas, así como colaborar en conferencias binacionales sobre la cultura Quimbaya.

Explicó Medina que la Academia de Historia del Quindío prefirió no presentar esa carta a su nombre porque  la Sentencia SU 649 de 2017 de la Corte crea un comité de verificación del cumplimiento de ese fallo, el cual lo integran delegados de la Defensoría del Pueblo, de la Procuraduría General, de la Cancillería, del Ministerio de Cultura, del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, y de un miembro de la Academia de Historia del Quindío.

Agregó que todo lo que se actúe en dicho comité está protegido por un principio de confidencialidad, “entonces por eso mal hubiera hecho la Academia en dirigir una carta por su lado, por fuera del entorno del comité de verificación del cual hace parte”.

Expresó Medina que “siendo un patrimonio cultural de la Nación, con que solo regrese a Colombia nos damos por bien servidos, al Museo del Oro, por ejemplo”; pero visto esto con ojos de región, dijo, “pues uno aspiraría a que algunas piezas del tesoro reposaran o hubiera unas exposiciones temporales en el territorio del Quindío”.

El regalo de Holguín 

El historiador Medina dijo que la entrega a la Corona Española que hizo el presidente Holguín a título de donación o regalo del tesoro Quimbaya, supuestamente en agradecimiento porque España sirvió como árbitro de un litigio limítrofe con Venezuela, que resultó favorable a Colombia, “fue sin haber agotado los mecanismos que ordenaba la Constitución de 1886. Se requería una previa autorización del Congreso, que no solicitó” porque las piezas se compraron a un particular con dineros públicos. 

Sin embargo, Medina se mostró esperanzado de que, en un futuro no muy lejano, este tesoro regrese al lugar de donde nunca debió salir. 

“Hay muy buena comunicación en este momento entre el Gobierno colombiano y el Gobierno español, y se está avanzando en un diálogo. Por lo menos el Gobierno español ha accedido a que haya un diálogo técnico sobre aspectos relacionados con la colección Quimbaya”, señaló el historiador.

Agregó que va a haber una próxima reunión de “expertos españoles y colombianos a puerta cerrada para hablar de aspectos de esa colección. Va a haber una exposición museográfica propiciada por las dos naciones. Entonces están en buena sintonía, lo cual no significa que nos vayan a devolver el tesoro Quimbaya mañana”.